Elefantes y Leopardos nos tenían preparada una gran batalla por el poder en el continente africano. Ambos equipos tienen un gran potencial y lo han demostrado a lo largo de la competición, pero solo uno podía llegar a la semifinal. Sólo uno podía convertirse en el primer aspirante a nuevo rey del fútbol africano. Consolidación o revelación. Ambas selecciones tenían algo por lo que luchar y mucho por demostrar.

La igualdad estuvo presente durante todo el partido, que se acabó decidiendo por la gran efctividad de los marfileños, que luchaban porque su mejor generación tuviera una última oportunidad para alzarse con el trofeo más preciado en el fútbol africano. Su rival no era fácil. La República Democrática del Congo, un país que vive una situación política muy delicada, vive paradójicamente uno de sus mejores momentos en cuanto a fútbol se refiere. La batalla estaba servida.

El primer golpe lo dio Bokila en el minuto 5, con una ocasión que muy cerca estuvo de batir a Gbhouo y cuyo rechace posterior no fue aprovechado por Dieumerci Mbokani, quién mostraba una muy buena imagen en los primeros minutos con una constante lucha aérea para crear peligro sobre la portería de Costa de Marfil. Sin embargo, la lucha no era suficiente para frenar el ímpetu de los elefantes.

Idas y venidas

En el minuto 20, Yaya Touré adelantó a los suyos. Un gol marca de la casa, típico del marfileño. Un balón quedó suelto en la frontal tras una mala jugada de Wilfried Bony, y el exjugador del FC Barcelona no dudó en correr hacia el balón. Cabalgó rápidamente y, rompió el balón contra la red de Kidiaba, que fue perforada por primera vez en la noche. Explotaban ya de alegría los marfileños, que veían en ese gol un paso adelante en la búsqueda de su ansiada final para redimirse de los errores de 2012.

Yaya Touré y Mbokani pusieron los primeros goles en el electrónico.

Sin embargo, el subidón les duró poco. Tan solo dos minutos después, una inocente mano de Eric Baily provocó que RD Congo tuviera una oportunidad desde los once metros. Y allí entró su especialista, el anteriormente mencionado Dieumerci Mbokani, que se hizo rápidamente con el balón para hacerse con la responsibilidad. Cogió una carrera ínfima y, con un disparo arrapado a la cepa del poste, colocó el empate en el marcador, señalando la bandera que llevaba en la camiseta y recordándole a Costa de Marfil que delante tenían un rival que no era precisamente blando.

El partido se apagó en ese momento. Los momentos iniciales habían sido una sucesión de idas y venidas con dos goles consecutivos y era el momento de frenar el ritmo. Yaya Touré tuvo una oportunidad con una falta muy lejana y una muestra de la gran calidad que atesora Bolasie provocó una ocasión en la que Mbokani no pudo superar a Gbhouo por culpa de la interferencia de un defensor en su disparo.

Foto: CAF

Cuando parecía que la primera mitad iba encaminada a terminar de esa forma, apareció Gervinho. Primero tuvo una buena ocasión con un remate de cabeza que le fue despejado bajo palos y, posteriormente, una nueva cabalgada de Wilfried Bony propició la jugada de gol. El flamante nuevo jugador del Manchester City avanzó con el balón y, al ver que la defensa no cubría la banda, Gervinho se incorporó al contraataque con velocidad para recibir al espacio. Bony le vio, y envió un perfecto balón que Gervinho se encargó de acomodarse y, con el interior del pie, enviarlo al fondo de la red que defendía con honor Kidiaba. El partido se oscurecía para los Leopardos y empezaba a ser una fiesta otra vez para Costa de Marfil.

El golpe definitivo

En la segunda mitad, Bolasie intentó empujar a su equipo, pero los intentos de crear ocasiones se veían contínuamente frustrados por la defensa de Costa de Marfil, que no les permitía crear oportunidades de ninguna forma. Además, sobre el minuto 60 Ibenge tomó la extraña decisión de sustituir a Mbokani para intentar una variante en su juego. En un momento en el que estaban perdiendo, quedarse sin su estrella fue trágico para RD Congo. Solo seis minutos después, se acabó la historia. Tras un córner mal despejado por Kidiaba, Kannon entró con el muslo a rematar e introducir el balón en la red por tercera y última vez en el partido para los marfileños y, a su vez, sentenciar un partido entretenido donde los haya.

CAF

La luz de Congo se apagó para que la de Costa de Marfil se encendiese con fuerza en ese momento. En la última competición internacional de su legendario portedo Robert Kidiaba, los Leopardos han mostrado una digna cara con un equipo que está todavía por pulir pero que no ha podido darle esa última alegría su portero durante prácticamente los últimos 20 años.

El partido no tuvo más historia. Los últimos minutos fueron idas y venidas y ataques de RD Congo que no encontraban más que frustraciones mientras que RD Congo consiguió manejarse y controlar el tiempo para no sufrir más de lo necesario y llegar a la final, dónde intentarán alzarse por fin con el ansiado título continental.