Presentó varios cambios Francia con respecto a la alineación que jugó ante Brasil el pasado jueves. El hecho de jugar en Saint-Étienne hizo que Deschamps premiase al portero de les verts, Ruffier, con la titularidad, dejando fuera a Lloris. La ausencia del cancerbero del Tottenham y de Karim Benzema permitió al central Raphael Varane portar el brazalete de capitán. Precisamente él fue el artífice del único tanto de la selección gala en su encuentro anterior, y además es el único jugador que ha disputado desde el principio los ocho duelos de Francia después del Mundial. Sólo Varane, Schneiderlin y Griezmann repitieron titularidad, dando señas de que el técnico confía en los jóvenes para que lideren la revolución francesa de cara a la Eurocopa que se disputará en su propio país. Optó por Olivier Giroud -enrachado con su club- como máxima referencia ofensiva, secundado por el futbolista del Atlético de Madrid y por el actual máximo goleador de la Ligue 1, Lacazette.

Por su parte, Olsen únicamente realizó tres cambios con respecto a los once que vencieron a Estados Unidos hace unos días. Schmeichel, Sviatchenko y Jacobsen salieron los lugares de Andersen, Hansen y Poulsen. Eriksen y Krohn-Dehli intentarían aprovechar los espacios que dejase Francia con su visión de juego, y Nicklas Bendtner repetía, tras su hat-trick, como delantero centro titular.

Payet movió a los galos

Comenzó el choque con los locales tocando en corto y con paciencia, buscando el hueco perfecto en el entramado defensivo danés. Tremoulinas lideró el primer acercamiento con un centro lateral que Hansen despejó de cabeza a saque de esquina. Kondogbia siguió el mismo proceso en la jugada siguiente, obteniendo el mismo resultado. Dinamarca intentó sacudirse la presión inicial con un balón conducido por Vibe que incerceptó Varane antes de que la ocasión pasase a mayores. Payet se movía bien entre líneas y trataba de internarse por el centro con el esférico en los pies durante el mayor tiempo posible: primero puso un pase picado por alto que le salió demasiado largo y fue directo a las manos de Schmeichel, y posteriormente con un disparo desde el borde del área que se fue ligeramente por encima del travesaño.

Cuando aún no se había llegado al cuarto de hora de juego, Lacazette inauguró el marcador tras cazar un rebote de Schmeichel tras tiro de Griezmann dentro del área y mandarlo al fondo de la red pegado al poste derecho. Los escandinavos quisieron responder rápidamente, pero el latigazo lejano de Eriksen rebotó en Koscielny. El defensor del Arsenal volvió a estar providencial en un centro de Krohn-Dehli desde la parte izquierda que cabeceó hacia atrás para conceder el córner. Giroud, que hasta entonces no había conseguido incidir de manera alguna en el duelo, recibió un pase de espaldas de Griezmann y se giró para chutar desde la frontal, pero lo blocó un zaguero. El propio delantero francés tuvo una gran oportunidad de ampliar la ventaja de su equipo tras un buen centro de Payet que consiguió rematar desde el punto de penalti, pero saliéndole muy alto.

El autor del gol, Lacazette, disparó desde media distancia, pero el cuero fue mansamente a las manos del cancerbero danés. Los galos seguían apretando en busca del segundo tanto, a punto estuvieron de conseguirlo mediante Payet -muy activo durante todo el primer tiempo- y su disparo desde la línea del área que se marchó lamiendo el palo diestro. Nuevamente Payet quiso conectar con los hombres de delante, esta vez Griezmann, pero el jugador bleu no pudo controlar la pelota en condiciones. Boilesen intentó espolear a su equipo con un pase en largo al que no pudo llegar Bendtner y atrapó sin obstáculos un Ruffier que no había tenido absolutamente nada de trabajo.

Los laterales franceses, Jallet y Tremoulinas, consiguieron zafarse consecutivamente de sus marcadores y colgaron el balón al corazón del área, pero Giroud se vio muy perdido ante la contundencia de la pareja de centrales escandinava. Las ayudas de Kvist ante el asedio interior de Payet estaban manteniendo a Dinamarca en el partido y aprovechaban la falta de profundidad de los hombres de Deschamps en el último cuarto de campo. Se entraba en el tramo final del primer período, y Kondogbia por fin consiguió encontrar lo que hasta ahora había sido imposible: el hueco preciso por el que servir un esférico franco a Giroud para que este batiese al guardameta con un disparo centrado por abajo e hiciese el 2-0. Lejos de conformarse con la diferencia de dos goles, Lacazette se sacó un zapatazo que obligó a Schmeichel a exhibir sus reflejos para evitar un tercer y definitivo tanto.

Los de Morten Olsen pudieron recortar distancias justo antes de marcharse a vestuarios con un remate de cabeza de Bendtner al poste tras un centro limpio de Krohn-Dehli. Y de esta guisa se llegó al entretiempo, con Francia habiendo dominado a su antojo y sin sufrir -salvo en esta última jugada- ni haber recibido un solo tiro a portería.

Dinamarca mejoró mucho en la segunda parte

Tras la reanudación, el seleccionador danés dio entrada a Christiansen y Poulsen en los lugares de Boilesen y Wass. Tomaron las riendas y pudieron acercarse, primero con un centro de Jacobsen que no encontró rematador y posteriormente con un tiro de Krohn-Dehli que estuvo lejos de coger puerta. Eran los mejores minutos de Dinamarca en el partido ante una Francia que había salido adormilada de los vestuarios. Vibe corrió en solitario desde el centro del campo, pero antes de que pudiese crear peligro le arrebataron la pelota. Sviatchenko se lanzó al ataque y lo probó del mismo modo que su compañero, pero igualmente estuvo rápido Kondogbia para evitar la ocasión. Bendtner lo intentó con un zarpazo lejano y seco que se marchó extremadamente desviado. Deschamps se desesperaba en la banda ante la inoperancia de su equipo, que apenas podía pasar del centro del campo en los compases iniciales.

Lacazette estiró a Francia con una jugada en solitario por la banda que fue interceptada por Christiansen. Payet trató de seguir la estela trazada por su compañero y quiso asociarse con Griezmann y Giroud, pero no fructiferaron sus intentos. Vibe dejó su puesto sobre el césped a Jorgensen, que centró en largo pero pilló a Bendtner fuera de su posición. El seleccionador de Les bleus no se quedó atrás y metió a Fekir y Guilavogui en sustitución de Griezmann y Kondogbia. 

Poulsen chutó un par de veces, pero el primero se fue lejos y el segundo rebotó en Varane. Eriksen hizo aparecer por fin a Ruffier con un tiro colocado, pero flojo, que no supuso problema alguno. Nuevamente el arquero galo intervino brillantemente a un trallazo de Bendtner abajo a la izquierda. Tremoulinas consiguió llegar a la línea de fondo y servir un balón a Giroud, pero Hansen se interpuso y despejó el peligro. Payet condujo el balón y chutó desde treinta metros, pero Kjær se puso en medio y no cogió portería. El partido estaba muy abierto y gol podía llegar para cualquiera de los dos bandos, y otra vez Bendtner tuvo una gran oportunidad de marcar con un disparo cruzado que salió rozando el poste derecho. Jacobsen dobló la banda y dejó atrás a Jallet, pero su colgada al área la atrapó Ruffier antes de que llegase Jorgensen.

Giroud no dirigió bien su cabezazo tras un buen centro de Payet, en uno de los pocos acercamientos claros de los locales en la segunda mitad. Guilavogui también la colgó, pero Hansen saltó con firmeza y despejó sin contemplaciones. Koscielny falló una ocasión clara cuando ya ambos equipos habían bajado los brazos y esperaban el pitido final, aunque no influyó en el devenir del duelo. Deschamps dio minutos a Valbuena y Zouma, y en última instancia metió a Sagna por una choque desafortunado de Jallet que le hizo retirarse lesionado. Krohn-Dehli tuvo la oportunidad final con un chut a la esquina inferior izquierda, y así se llegó al final. Francia sigue en su camino de preparación para la Eurocopa, mientras que el encuentro sirvió a Dinamarca para darse cuenta de que aún está lejos de los equipos más potentes.