Dos viejos conocidos se vuelven a ver las caras diecisiete años después. Es el tiempo que ha transcurrido desde que Juventus FC y AS Mónaco se enfrentaran en las semifinales de la Liga de Campeones del año 1998, en la que el Real Madrid se llevaría el triunfo final ante el campeón de Italia y subcampeón de Europa en aquel entonces. La Vecchia Signora marcaba el ritmo en el Viejo Continente en aquellos instantes, después de vencer en los penaltis en Roma en 1996, y caer un año después en Münich contra el Borussia Dortmund. Eran tiempos gloriosos para una 'Juve' que desapareció del primer plano europeo merced al Calciopoli.

Algo similar le ocurrió a un Mónaco que había estado cerca de tocar la gloria con los dedos el año 2004. Aquel equipo de Didier Deschamps se plantó en la final de Gelserkirchen dejando en la cuneta al Lokomotiv de Moscú, al Real Madrid y al Chelsea inglés, pero terminó derrotado por el Oporto de José Mourinho. Las dificultades económicas sepultaron el proyecto monegasco en la Ligue 2, hasta que los petrodolares de Dmitry Rybolovlev le reflotaron para jugar en estas instancias europeas. Sin muchas estrellas, pero con un bloque muy joven, sólido y fiable, el Mónaco no quiere ser la perita en dulce de estos cuartos de final.

Ambos reeditarán aquella semifinal en la que brilló con luz propia uno de los grandes "santo y seña" bianconeros. Alessandro Del Piero hizo diabluras para meter a los suyos en la final de Ámsterdam con un hattrick en Delle Alpi, sustituido por el moderno Juventus Stadium, y otro gol de bellísima factura en el Louis II monegasco para sellar el pasaporte a la final. Cómo ven, dos equipos con tradición europea, pero a los que los cambios en las dos últimas decadas han convertido en 'novatos' a estas alturas de competición después de años lejos de ellas.

Ocasión histórica

Si alguien se la juega de verdad en este cruce, ese alguien es la Juventus de Turín. El equipo de "la mitad de los italianos más uno" se encuentra ante una ocasión muy difícil de repetir de disputar unas semifinales de la Copa de Europa. Clara favorita en la eliminatoria ante el equipo galo, al campeón italiano le toca dar un paso adelante, después de tres Scudetti consecutivos y un cuarto en camino. Europa es la asignatura pendiente de un equipo que en su retorno en 2013 alcanzó los cuartos de final, donde fue apeado por el Bayern Münich, y el año pasado no pasó de la fase de grupos.

Responsabilizado por la condición de claro favorito, Massimiliano Allegri considera "más peligroso" este cruce de cuartos de final ante el Mónaco que el de la anterior ronda contra todo un Borussia Dortmund. En horas bajas los de Klöpp, eso sí, pero un equipo muy potente en Europa y que sabe moverse como nadie en una competición que el año que viene, salvo milagro, verá por televisión.

La Juventus no pisa unas semifinales de la Copa de Europa desde 2003. Los juventinos han perdido cinco finales de las siete que ha disputado

Los problemas bianconeros se centran en la gran cantidad de ausentes para el técnico de Livorno. Sin el fundamental concurso de Paul Pogba en el centro del campo, Allegri no podrá contar tampoco con Asamoah, Martín Cáceres, Luca Marrone ni Rômulo. A cambio, las buenas noticias apuntan a la recuperación de "Los Andreas", Pirlo y Barzagli, para el partido de este martes.

Con la vuelta del regista por excelencia, Allegri duda entre los escuderos que protegerán al bueno de Andrea sin la potencia francesa de Pogba. El entrenador juventino podría regresar a la idea primigénea de su predecesor, Antonio Conte, y situar tres centrales y dos carrileros, con Evra a la izquierda y Lichtsteiner a la derecha. Barzagli, junto a Chiellini y Bonucci, completaría el centro de la zaga. Acompañando a Pirlo estarían Arturo Vidal y Roberto Pereyra, con la dinamita Tévez - Morata arriba, dispuestos a abrir la brecha que cuele a la 'Juve' en 'semis' de la Liga de Campeones doce años después. La otra opción que maneja Allegri pasaría por dar entrada a Marchisio en el centro del campo y retirar un zaguero.

Respeto para los monegascos

Después de superar la primera fase de la Liga de Campeones y los octavos de final contra el Arsenal basados en su potencial y solidez como bloque, Leonardo Jardim, técnico monegasco, reclama el respeto que cree que merecen los suyos y su trabajo. "Hemos alcanzado los cuartos de final porque nos lo merecemos", repite como mantra el portugués, sabedor de que la explosiva mezcla entre veteranía y juventud en su bloque es importante para hacer trizas el favoritismo, a priori, de los italianos.

El técnico luso no tiene que afrontar los problemas de lesiones que si hay en la acera de enfrente, salvo la baja segura de Lacina Traoré y la duda del joven centrocampista francés Tiémoué Bakayoko. Uno de los factores determinantes puede ser la juventud e inexperiencia monegasca a estas alturas del torneo, en la que sólo Carvalho, Toulalan, Stekelenburg y Berbatov saben lo que es jugar a estas alturas de la máxima competición continental. En la otra acera, un ejército con tres campeones del mundo como Buffon, Pirlo y Llorente al frente y muchos futbolistas acostumbrados a escuchar el himno de la competición más importante de clubes en el mundo cada año. Y eso termina pesando.

El Mónaco es uno de los equipos menos goleados esta Liga de Campeones con cuatro goles en contra. También es de los menos goleadores, con sólo siete a favor

Jardim no oculta la extrema organización de los suyos en todo momento, y la luce orgulloso como una de sus mayores virtudes: "Se puede decir que jugamos como un equipo italiano cuando no tenemos la pelota, y así queremos ganar de nuevo", manifestó el portugués. La Vecchia Signora ante su imagen clásica. Mucho orden, mucho trabajo, mucho esfuerzo, buenas dosis de talento, aunque sin la experiencia que poseía aquella última gran Juventus de finales de los noventa y cominezos del siglo XXI. El Mónaco tiene una de las mejores defensas de la competición, a pesar de la juventud de varias de sus piezas, y querrá explotarla como su mejor baza junto a la velocidad en ataque.

Con Moutinho como la gran estrella de un ejército de currantes, los rojiblancos formarán con el habitual Subasic bajo palos, protegido por la línea de cuatro formada por Fabinho, Elderson, Kurzawa y Abdennour. Por delante, el cerebro de Toulalan conjuntado con la frescura de Kondogbia y el talento del enganche portugués. Y en ataque, el tridente Germain - Martial - Berbatov. Sin embargo, no cabe descartar que Dirar o Ferreira-Carrasco puedan ser titulares en el ataque monegasco.

Con apenas 200 kilómetros de distancia en línea recta entre ambas ciudades, se espera un importante desplazamiento de gente desde la Costa Azul hacia la ciudad piamontesa para animar al Mónaco en un duelo especial. Un movimiento de afición rojiblanca llena de ilusión y esperanza, que se unirá con la esperanzada tifossería bianconera por alcanzar la antesala de la finalísima de Berlín. Una oportunidad histórica para ambos, que sólo uno de los dos contendientes podrá aprovechar.

Posibles alineaciones