Tras el partido de la semana anterior en San Paolo, la eliminatoria llegaba totalmente abierta al NSK Olimpiyskyi, donde Dnipro y Nápoles debían medir sus fuerzas una última vez para alcanzar la final de la segunda competición europea a nivel de clubes.

Muchas interrupciones y pocas ocasiones

El primer acercamiento del cuadro napolitano llegaría por mediación de Higuaín, que cabeceó ligeramente alto un centro tras el saque de una falta. La necesidad de los visitantes era mucho mayor, ya que estaban obligados a marcar para tener opciones de pasar a la final. Esa circunstancia la aprovechó el Dnipro para controlar la posesión del balón en los compases iniciales de juego, sin prisa y asegurándose de que sus pases contaran con la precisión necesaria. Konoplyanka probó un disparo lejano que no supuso problema alguno para Andújar. En la jugada siguiente, Gabbiadini combinó muy bien con Higuaín para que el delantero argentino pudiese hacerse un hueco dentro del área y chutase, pero demasiado centrado y sin inquietar al guardameta.

Matos y Fedetskiy estaban en todo momento encima de Higuaín, dificultando su giro cuando recibía de espaldas. El Nápoles no era capaz de trenzar el juego necesario para superar la férrea zaga ucraniana, que se basaba en el gol marcado en San Paolo para no lanzarse con precipitación sobre la meta rival. La tensión se iba haciendo patente sobre el césped con el paso de los minutos, y tanto Matos como Gabbiadini fueron amonestados. Insigne metió una pelota larga en profundidad que no encontró a ningún compañero desmarcado. Inler buscó a Callejón en la banda derecha, pero el español se encontraba en posición antirreglamentaria. Los minutos seguían pasando, y Boyko no se había visto aún en dificultades para defender su arco.

Por fin, a la media hora se notó la presencia del cancerbero local. Higuaín dirigió un remate de cabeza abajo a la derecha que obligó a Boyko a hacer gala de sus reflejos con una rápida estirada. Ghoulam colgó un esférico desde la parte central que despejó Matos con el pie antes de que llegase Gabbiadini. Seleznyov dispuso de una buena oportunidad de poner por delante a su equipo tras recibir un envío de Rotan dentro del área, pero Andújar detuvo el bien colocado chut.

Los de Markevich trataban de trabar el juego en la manera de lo posible para torpedear el control de su rival. Los parones en el ritmo del encuentro era contínuos, por lo que el espectáculo dejaba mucho que desear para el gusto del espectador. Konoplyanka puso un pase alto y preciso hacia Luchkevych, pero Albiol se adelantó y mandó el balón lejos. Higuaín no dejaba de intentarlo, esta vez con un cabezazo desde el punto de penalti que no inquietó a Boyko. Insigne probó fortuna desde más allá de la frontal, pero pecó de falta de puntería. Y con la igualdad inicial predominando en el marcador, terminó un tosco y feo primer tiempo.

Higuaín cae ante la presión de dos rivales. (Foto: AS)

El Nápoles quiso, pero sólo fue capaz Seleznyov

Tras la reanudación, el guión no mejoró lo más mínimo. Britos llegó hasta la línea de fondo y puso un pase horizontal a donde no había nadie. Seleznyov controló dentro del área y cedió el balón atrás ante la llegada de Luchkevych, que disparó con fuerza, pero se marchó cerca del poste izquierdo de la meta defendida por Andújar. De nuevo Seleznyov se adentró al corazón de las inmediaciones rivales tras una buena jugada personal, pero su lanzamiento no hizo trabajar al cancerbero. Callejón tuvo en sus botas la mejor ocasión del Nápoles hasta entonces con un disparo rápido desde el borde del área que se marchó escasos centímetros por encima del larguero.

Había avisado en las dos anteriores, pero la tercera no falló: Seleznyov remató de cabeza -y cayéndose hacia atrás- un centro de Konoplyanka desde la izquierda para batir a Andújar y poner a los ucranianos en ventaja, y con un pie en la final de Varsovia. Rafa Benítez no tardó en mover ficha, y metió a Hamsik en lugar de Gabbiadini y a Mertens en sustitución de Insigne. Salió con ganas el belga, intentando una internada en solitario por el centro que fue cortada por Kankava lanzándose al suelo. Callejón volvió a probar suerte desde lejos con un zapatazo seco y bien colocado, pero Boyko seguía estando bien colocado y sin dejarse sorprender.

Ambos equipos pugnan por un balón dividido. (Foto: AS)

Empezaba a volcarse el equipo italiano sobre la portería de su rival, conscientes de que estaban momentáneamente eliminados de una competición en la que habían firmado actuaciones brillantes en las pasadas eliminatorias. Mertens chutó desde más allá de la frontal, y Boyko tuvo que lanzarse para despejar a córner con la manopla. El técnico local también empezó a rotar a sus hombres, y dio entrada a Matheus en el puesto de Luchkevych. El Nápoles era dueño y señor de la posesión, pero no conseguía profundizar ni elaborar buenas jugadas que sorprendieran al Dnipro y les permitieran marcar. Mertens había salido con las pilas cargadas y dispuesto a vaciarlas sobre el campo, y otra vez rondó el tanto con un chut que se fue lamiendo el palo, tras un buen centro de Ghoulam.

El Dnipro buscaba interrumpir la fluidez del juego mediante faltas que le valieron varias amonestaciones por parte del colegiado. David López intentó ser el héroe por un zarpazo lejano que fue directo a las manos de Boyko. El reloj seguía corriendo y Benítez se desesperaba en la banda ante la inoperancia de su equipo. El héroe de la eliminatoria, Seleznyov, abandonó el tapete para dejar su lugar a Kalinic. Hamsik, hasta entonces inédito en el partido desde que entró, colgó un centro que repelió con contundencia Cheberyachko. El Nápoles realizó su segunda sustitución: un hombre defensivo como David López se fue para que el delantero Henrique sumase un atacante más a la nómina de Benítez sobre el césped.

El choque entró en sus minutos finales sin que el marcador se viese alterado, con un Dnipro defendiéndose a la perfección y un Nápoles que no podía por más que lo intentaba. Las amarillas seguían lloviendo, y juego siendo trabado. Los napolitanos mandaron a sus diez jugadores de campo hacia arriba y a punto estuvo de costarles el segundo gol en contra con un cabezazo de Matheus completamente solo que se estrelló en el larguero. Y así se llegó al final, con el Nápoles sucumbiendo en la oscura y lluviosa noche de Kiev. El Dnipro se enfrentará en la final de la Europa League al Sevilla el próximo 27 de mayo en la ciudad de Varsovia (Polonia).