Arrancaba el partido con dos planteamientos claros sobre el Mercedes- Benz Arena. Por un lado el Stuttgart, prudente, bien cerrado atrás y saliendo a la contra; por otro, el Friburgo, fiel a su estilo, con la posesión de balón y  manteniendo la iniciativa desde el principio. Los visitantes buscaban la revancha de la derrota sufrida días atrás ante este mismo equipo, que le privó de jugar la final de copa. El equipo entrenado por Streich comenzaba el partido muy arriba y constantemente buscando el gol. Schmid por banda izquierda era el que llevaba todo el peligro al área rival. Los locales, apenas incomodaban a Baumann y sólo se acercaban al campo contrario por medio de Harnik que hizo un gran partido. Pero el Stuttgart empezó a desperezarsee y a proyectarse en ataque. Gentner, a 2 metros de Baumman, y después de recibir un pase de la muerte, enviaba el balón arriba en la primera ocasión clara de la que gozaban los locales. Mientras, el Friburgo respondía por medio de Kruse en una gran jugada colectiva que obligaba a Ulreich a emplearse a fondo para evitar el gol.

El encuentro se fue igualando y el dominio del Friburgó se transformó en una lucha cuerpo a cuerpo en el medio campo. Ningún equipo llegaba con claridad y las mejores ocasiones llegaban a balón parado. En uno de esos balones parados, vendría el gol anulado a los visitantes. Schmid sacaba un córner que Makiadi remataba a gol. El tanto era anulado ya que el jugador del Congo se encontraba en posición antireglamentaria. Esto hizo reaccionar a los locales que, ante su público, se fueron al ataque.El equipo de Bruno Labbadia ensanchó el campo permitiendo a sus laterales subir y centrar balones constantemente con mucho peligro sobre todo por la banda de Molinaro.

El empuje del Stuttgart tuvo su premio a los 35 minutos gracias a una gran jugada local. Harnik, que fue una pesadilla sobre todo en la primera parte, redondeaba su gran primer tiempo con un espectacular pase a la espalda de la defensa, que Genter remataba a gol sin que Baumann pudiera hacer nada. 1-0 y los locales se ponían por delante en el marcador merecidamente.

A partir del gol el Friburgo, lejos de venirse abajo, tomó de nuevo el mando en el juego aunque sin apenas crear peligro. Ni Kruse, ni Schmid ni Schuster conseguían inquietar la portería de Ulreich. El Stuttgart esperaba atrás a su rival y aprovechaba sus recuperaciones de balón para lanzar contras con Traoré como protagonista. Y tras unos minutos de tregua entre ambos equipos, era de nuevo el Stuttgart el que conseguía aumentar la diferencia en el marcador tras un fallo clamoroso de la defensa de Christian Streich. Diagné sacaba una falta cometida sobre él y el balón era interceptado por Ibisevic, el más listo de la clase, que corría más que nadie y se plantaba solo ante Baumann para batirlo con una facilidad pasmosa y colocar el 2-0 en el marcador, resultado con el que se llegaría al descanso.

La segunda parte comenzó como había acabado la primera. Los locales ni mucho menos salieron a conservar la victoria que certificaba su permanencia y buscaron el ataque incesantemente por medio de Traoré y Harnik que seguía siendo un verdadero dolor de cabeza.El Friburgo se acercaba tímidamente al área rival, y sólo Makadi creaba peligro. En los locales, Labbadia, daba descanso a Ibisevic para que entrara Macheda, que en los pocos minutos que jugó disfrutó de numerosas ocasiones que pudieron ampliar el marcador de no ser por el cancerbero visitante. El ex del Manchester United encontró en Traoré a su mejor aliado en el terreno de juego, con el que se asoció muy bien durante los últimos minutos creando peligro cada vez que entraba en contacto con el balón.

Cuando el partido agonizaba, el Friburgo tiró de garra más que de juego para poner el picante a los minutos finales del encuentro. Santini disparaba con la derecha después controlar un gran balón en carrera y el cuero entraba raso junto al poste derecho colocando a su equipo a un solo gol de diferencia y con el milagro del empate. El Friburgo empujó hasta el final y a punto estuvo de empatar tras una buena jugada colectiva que Ulreich acertaba a atajar certificando la victoria local y lo más importante, la permanencia de su equipo en la Bundesliga.