El Bayern Múnich, vigente campeón de la Champions League, debutó en el Allianz Arena con el objetivo de repetir el éxito de la anterior campaña. El partido no planteó excesivas dificultades a un Bayern que venció 3-0 y que fue totalmente superior a su rival. El CSKA no fue enemigo para un conjunto bávaro que empieza con fuerza la competición y suma sus primeros tres puntos en el grupo D.

El primer gol de la Champions, en Múnich

En los primeros compases del juego, el Bayern Múnich salió con mucha fuerza en busca del primer gol. El equipo de Guardiola buscó tener la posesión desde el minuto uno. Con las subidas de los laterales como arma principal, varios centros de Rafinha y Alaba llegaron al área de Akinfeev con peligro. El conjunto ruso, entrenado por Leonid Slutski, se encerró en su campo esperando salir rápido a la contra con la velocidad de Musa.

El primer gol de la fase de grupos de la Champions League no tardó en llegar. En el minuto 4 de partido, David Alaba ejecutó magistralmente un lanzamiento de libre directo que se coló en la portería de Akinfeev. El tanto no fue suficiente para un Bayern lanzado al ataque. Mario Mandzukic dispuso de tres claras ocasiones para materializar el segundo gol. El delantero croata no estuvo acertado, pero la presión y agresividad del conjunto de Guardiola no dejó respirar a un CSKA apático.

En el minuto 38 de la primera mitad, Mandzukic cabeceó al poste. El remate del delantero centro del Bayern se paseó por la línea de gol y no entró de milagro. En la siguiente jugada, una falta lateral centrada con mucha calidad por Robben, llegó el segundo gol del partido. Su autor fue Mario Mandzukic, que se hartó de tener ocasiones hasta que marcó de cabeza. Los dos tantos del Bayern fueron a balón parado. Con el 2-0 en el luminoso los futbolistas se fueron al descanso. El CSKA fue un invitado de lujo al debut del Bayern. Los de Slutski no tuvieron ni una ocasión destacada en el transcurso de los primeros cuarenta y cinco minutos.

El Bayern baja una marcha

El segundo tiempo empezó con el CSKA un poco más ofensivo. El conjunto ruso avanzó sus líneas e intentó presionar la salida de balón del conjunto de Guardiola. A pesar de intentarlo, el Bayern siguió siendo superior y buscó la posesión para matar el partido. Con el rival más avanzado, los espacios en la zona defensiva del CSKA Moscú crecieron y esto facilitó la labor del Bayern. Sin hacer un juego de elaboración brillante, casi sin quererlo, los bávaros siguieron llegando con facilidad a la portería de Akinfeev.

En el minuto 49 Robben empalmó un rechace en el área que apunto estuvo de significar la sentencia definitiva al encuentro. En el minuto 68, otra vez el holandés fue el protagonista. Tras una mágica acción de Alaba, que picó la pelota con calidad por encima de la defensa, Robben se quedó sólo ante el portero. El extremo no falló en su definición. Con un tiro cruzado batió al portero ruso y estableció el definitivo 3-0 en el marcador.

Con el partido decidido, un carrusel de substituciones rompió la dinámica del juego. El partido no tuvo más historia. El Bayern tocó y tocó el esférico ante el esfuerzo inútil de su rival. El CSKA lo intentó en los últimos minutos pero la defensa del campeón alemán fue perfecta. El primer tiro entre los tres palos del conjunto líder de la liga rusa llegó en el minuto 93. Demasiado poco bagaje ofensivo para intentar triunfar en el campo del vigente ganador de la Champions League, que sin hacer un partido de diez, saldó con nota su debut europeo de la temporada.