Después del encuentro entre el Bayer Leverkusen y el Paris Saint Germain, las reacciones no se hicieron esperar. Con este abultado resultado, la clasificación para los de Hyypiä es prácticamente imposible. Zlatan Ibrahimovic demostró poder tirar del carro galo ante la inoperancia del equipo alemán. La expulsión de Spahic  poco antes de alcanzar la hora de partido solo supuso un borrón más en la negra noche de Leverkusen.

El director deportivo del Leverkusen, Rudi Völler, dijo: “Es obvio que el 4-0 nos duele, y más después de llegar de dos derrotas consecutivas (ante el Kaiserslautern en Copa y Schalke 04 en Bundesliga)". No quiso valorar el partido más allá del resultado y quiso mirar al próximo encuentro diciendo: “Necesitamos ganar al Wolfsburgo para reencontrarnos con nosotros mismos”.

El entrenador local, Sami Hyypiä, también hizo declaraciones tras el partido.  Reconoció el potencial del PSG: “Nos encontramos ante un equipo top desde el principio. Queríamos ser un equipo compacto y manejar el juego desde atrás. Nos fue imposible en la primera parte", admitió.

El central turco del Bayer Leverkusen, Omer Toprak, se mostró claro y sincero al reconocer que “el partido se resolvió en la primera parte”. Dejó un recado para sus compañeros y para él mismo: “No fuimos valientes ni agresivos en los duelos”. Stefan Reinartz expresó su malestar diciendo: “No he sentido el espíritu de equipo”. Sentenció con palabras duras como que “algunos solo corrieron para ellos mismos”.

El gran vencedor de la noche, si se lo permite Zlatan Ibrahimovic, fue el técnico francés, Laurent Blanc. Con experiencia como jugador en la competición, ahora quiere hacer historia como entrenador.  Se deshizo en elogios hacia los suyos: “Mis jugadores han hecho el partido perfecto”. Siguió con la opinión reconociendo que “la precisión en los pases y las ocasiones creadas influyeron en el resultado”. Terminó con una declaración tajante: "Tengo que quitarme el sombrero ante los míos”.