El Bayern, a pesar de las bajas de Ribery y Shaqiri, llegaba al Emirates Stadium como favorito para proseguir su paso por la Liga de Campeones. Un favoritismo que se veía incrementado por el mal momento por el que está pasando el Arsenal. Además, Wenger no iba a poder contar con Arteta, Ramsey, Källström, ni con Theo Walcott. Algo que acrecentaba las dudas previas al choque, pues los gunners venían mostrando malas actuaciones en su centro del campo, zona que precisamente se encargan de cubrir las bajas mencionadas.

El recuerdo de la eliminatoria de octavos de la temporada pasada, en el que ambos conjuntos se vieron las caras, estuvo muy presente durante las horas previas. El Bayern eliminó a los ingleses, que iban a tratar de tomarse la revancha en la presente campaña.

El eterno aspirante reta al vigente campeón

Kroos tuvo la primera oportunidad en el segundo minuto de encuentro. Su disparo desde la frontal obligó a Szczęsny a realizar una plástica estirada para desviar el balón a córner. Sin embargo, quien comenzó mucho más intensó fue el Arsenal. Presión arriba, pases rápidos e incisivos que provocaron ocasiones como la de Sanogo o el penalti que provocó Özil en el séptimo minuto de juego. El alemán fue derribado por Boateng dentro del área, pero su flojo y centrado disparo desde los once metros lo paró Neuer sin problema alguno. El ex del Real Madrid

Tras este error de Özil en el minuto ocho, el Bayern emergió en el partido como la gigantesca mole que realmente es el conjunto bávaro. El buen hacer del centro del campo local, que había comenzado mostrando una imagen muy distinta a la de los últimos choques, se fue desvaneciendo tras el décimo minuto de juego. Aguantó como pudo a los futbolistas muniqueses que fueron ganando paulatinamente la posesión del balón. Los alemanes no concretaron ocasión alguna y fue de hecho Oxlade-Chamberlain quien estuvo muy despierto para aprovechar un magnífico pase al hueco de Sanogo y la pasividad de Alaba. Neuer estuvo igual de despierto que el extremo inglés y salió de su meta para desbaratar la oportunidad.

Aunque no hubo intercambio de golpes, ambos equipos pugnaron por el control del esférico. Aunque en esta lucha el Bayern fue superior, lo cierto es que los londinenses se acercaron más a la meta de Neuer. Sin embargo, el gol pareció igual de factible en ambas porterías. Algo que, sin lugar a dudas, mantuvo el partivo vivo y emocionante hasta que los de Guardiola comenzaron a acumular llegadas. En una de estas, Robben controló un balón en el aire antes de ser derribado por Szczęsny. El colegiado no lo dudó un instante y señaló el punto fatídico para posteriormente expulsar al portero polaco. Cazorla, jugador determinante para el Arsenal, fue el elegido por Wenger para ser sustituido por Fabianski, el meta suplente. Hechos que sin duda habrían cambiado el devenir del partido si Alaba hubiese convertido el penalti. Sin embargo el lateral del Bayern cruzó en exceso el balón y este se perdió por línea de fondo.

Momento de la expulsión de Szczęsny. | Foto: AFP/Getty Images.

Tras firmar una gran primera mitad en el lateral derecho, Lahm pasó al mediocentro tras la entrada de Rafinha en el descanso. Boateng, que cometió el penalti sobre Özil, fue el sustituido. Javi Martínez se vio desplazado al centro de la zaga. Monólogo del Bayern de Múnich en la segunda mitad sumando ocasión tras ocasión con un Arsenal totalmente replegado a la espera de poder cazar alguna imprecisión de su rival para construir cualquier tipo de peligro. Las directrices de Wneger al descanso, por lo tanto, pareció clara. Objetivo prioritario no encajar ningún gol para tratar de llegar al Allianz Arena con las opciones intactas de pasar a cuartos de final.

Kroos rompe definitivamente el partido

El Bayern buscó constantemente el gol entrando por banda derecha donde Monreal, que entró en sustitución de Gibbs, se vio en inferioridad numerica una y otra vez frente a Robben, Lahm y Rafinha y con una ayuda extremadamente tímida de Özil. En una de estas jugadas, el capitán del Bayern dejó un balón atrás, al balcón del área, para que Kroos, con un disparo potente, enviase el balón a la escuadra para terminar de certificar la peor pesadilla posible, un gol a poco de comenzar el segundo tiempo. Los de Múnich no cesaron en su empeño ofensivo con una idea fija: cerrar la eliminatoria en Londres.

Con más de media hora todavía por delante, el equipo teutón tocó y tocó con paciencia a sabiendas de que las ocasiones llegarían. El Arsenal dio pequeños pasos hacia atrás y encerrándose cada vez más, algo que supuso que el Bayern se acercase paulatinamente a la meta de Fabianski.

Müller entró por Mandzukic para hacer de falso nueve y Kroos, con espacios se exhibió y movió a todos los futbolistas que estaban sobre el césped a su antojo. Llevó la manija y pasaron por sus pies todos y cada uno de los ataques alemanes.

El viejo reloj situado sobre el clock end, trasladado a lo alto de la grada y que acompañó al club inglés cuando se mudó de Highbury al Emirates Stadium tomó el protagonismo. Los locales vivieron pendiente de él lo que restó de partido con la sensación de que las manecillas avanzaban con una lentitud excesiva. Los visitantes jugaron con él. Los de Guardiola tuvieron paciencia y lograron su objetivo a pocos minutos del final. El peor momento posible pensarán los aficionados del Arsenal que veían ya el 0-1 como un buen resultado. Lahm, que ya había asistido a Kroos en el primer gol, rubricó su gran partido con una nueva asistencia. Müller aprovechó el centro de su capitán para plasmar la superioridad del Bayern en el marcador. Kroos pudo ampliar la ventaja ya en el tiempo de descuento, pero su disparo terminó estrellándose con el poste izquierdo de la portería de Fabianski.

El 0-2 final deja a Guardiola y a los suyos muy cerca de la siguiente ronda. El Arsenal deberá ir con todo a la capital de Baviera para tratar, como mínimo de lograr el mismo resultado que obtuvo en terreno alemán la pasada campaña. 0-2.