Los octavos de final de la Champions League enfrentaban hoy a los que, probablemente, habían sido los dos equipos más desnivelados en la fase de grupos. Por una parte, el Zenit de San Petersburgo accedió a los octavos de final como segundo de su grupo y, más específicamente, como el peor segundo de los ocho grupos con solo seis puntos y una única victoria. Por el lado contrario, el Dortmund llegaba a este partido como el gigante de la primera fase, habiendo conseguido su pase a los octavos como primero en el 'grupo de la muerte', consiguiendo imponerse al Arsenal en la clasificación y dejando en la cuneta al todopoderoso Nápoles de Benítez.
El árbitro pitó el comienzo del encuentro y, casi con el silbato en la boca, el Borussia Dortmund ponía el 0-1 en el marcador. En el minuto tres, una gran conexión entre Lewandowski y Reus finalizaba con una jugada personal del alemán, que le regalaba el balón a Mkhitaryan para que batiera a Lodygin dentro del área. Pero el Zenit, que llevaba sin jugar un partido oficial desde el 11 de diciembre, acusó la falta de forma y se vio incapaz de reaccionar. Así, en el minuto cinco Reus aprovechaba un pase de Lewandowski para batir de nuevo al meta ruso y poner muy de cara la eliminatoria.
Los de Spalleti no eran capaces de dar tres pases seguidos en un centro del campo apagado
Con dos goles en contra el Zenit se puso a trabajar e intentó llevar peligro a la portería de Weindenfeller. Hulk puso la experiencia y Rondón la agilidad, pero los de Spalleti no eran capaces de dar tres pases seguidos en un centro del campo apagado. En los primeros 45 minutos tan sólo dispararon una vez a puerta, y cada recuperación del Borussia era una jugada de contraataque que despertaba el miedo en el banquillo y en las gradas. Al problema evidente que suponía el marcador para los rusos hubo que sumarle la lesión de Arshavin, que tuvo que abandonar el terreno de juego a los catorce minutos de partido doliéndose de su muslo izquierdo.
La tónica de la primera parte se repitió tras el descanso. El Zenit iba con todo a buscar la portería de Weindenfeller y en las pérdidas el Dortmund llevaba el peligro con rápidos contraataques. En el minuto 57, tras un despiste de la zaga amarilla, el balón llegaba a Rondón, que estrellaba el balón en la madera y regalaba accidentalmente un balón franco a Shatov para que fusilara la portería alemana. Así se iniciaba un 'toma y daca' en forma de goles entre los dos equipos.
Lewandowski ahuyenta los fantasmas
Tan solo tres minutos después del gol local, Lewandowski culminaba un contraataque batiendo por bajo a Lodygin, tras una gran conexión con su compatriota Piszczek. Collum, que hasta ese momento estaba manejando muy bien el partido, se inventó un penalti sobre Fayzulin en el minuto 68. Hulk lo ejecutó con maestría ante la indignación de Weindenfeller, que pedía explicaciones a un juez de área impasivo.
El Borussia se había complicado el partido de la forma más absurda. Para intentar ampliar la renta, Klopp sacó a Mkhitaryan del campo para meter a Aubameyang, renunciando así a la creación para apostar por la velocidad. En el minuto 70, antes incluso de que el gabonés pudiera tocar el balón, Reus, que hizo un partido espectacular en el regreso al once con un gol y dos asistencias, robaba un balón en las cercanías del área y asistía a Lewandowski para que cruzara el balón a la perfección y pusiera el 2-4 definitivo en el marcador.
Con este resultado, el Borussia Dortmund deja encaminada la eliminatoria y convierte la vuelta ante su público en un mero trámite. Los tempraneros goles de Mkhitaryan y Reus mataron las opciones de un Zenit que fue mejorando con el paso de los minutos. Los rusos acusaron la falta de intensidad por el parón invernal, que se alargará hasta el próximo 1 de marzo. La vuelta, el miércoles 19 de marzo.