A estas alturas de la temporada, el Borussia Dortmund puede presumir de ser uno de los equipos que más baches ha conseguido superar a lo largo de los siete meses de competición que se han disputado. Las lesiones que han dejado al equipo diezmado en varios momentos de la temporada y que, actualmente, siguen impidiendo a Klopp alinear a los once jugadores que maravillaron la pasada campaña, no han sido un impedimento para alzarse con el segundo puesto en la Bundesliga y para seguir vivo en la copa nacional y en Europa.

La temporada comenzó bien. La victoria ante el Bayern de Múnich en la Supercopa de Alemania, en la que ya no pudo participar por lesión el indiscutible Piszczek, permitió a los de Dortmund resarcirse por la dolorosa derrota en la final de la Champions. Pero a partir de ese partido, y como si de una maldición se tratara, las diferentes estrellas del conjunto amarillo han ido desapareciendo del once para ocupar un sitio en la enfermería.

Gündogan jugó su único partido con el Borussia en la Bundesliga el 10 de agosto

La primera y más preocupante baja fue la de Ilkay Gündogan. Jugó su único partido con el Borussia en la Bundesliga el 10 de agosto. Sustituido en el minuto 57, el jugador alemán no ha vuelto a pisar el césped de un campo de fútbol desde entonces. En varios momentos de la temporada se reincorporó a los entrenamientos con sus compañeros pero rápidamente volvió a acusar los problemas de espalda que le matienen apartado de los terrenos de juego hasta el día de hoy.

Después, Subotic fue el primer protagonista del absoluto drama que ha supuesto para Klopp este año conseguir cuatro jugadores en la zaga. El central serbio se rompió el ligamento de su rodilla el 9 de noviembre, en el partido disputado contra el Wolfsburgo, por lo que dejaba a Klopp sin su hombre de más confianza en el centro de la defensa para lo que restaba de temporada. Tan sólo una semana después, en un partido amistoso de la selección alemana contra Inglaterra, Schmelzer y Hummels también se rompían para uno y tres meses. Esto suponía que el Borussia Dortmund tendría que afrontar su partido de liga contra el Bayern de Múnich de esa misma semana sin ninguno de sus cuatro defensas titulares: Piszczek, Hummels, Subotic y Schmelzer.

Ante tamaño drama, el Borussia Dortmund se vio obligado a fichar al retirado y ex del Leverkusen, Friedrich. Pero la lista de bajas no acabó ahí, ya que hace sólo un mes, Blaszczykowski se rompió el ligamento cruzado anterior, adiós a la temporada, y una lesión leve en la rodilla de Bender se complicó, por lo que no se le espera ya hasta principios del mes de mayo.

Vivos, a pesar de todo

Es por ello que, a día de hoy, los aficionados del Borussia Dortmund pueden presumir de ocupar el segundo puesto de la Bundesliga, ser semifinalistas de la DFB Pokal y tener un pie y medio en los cuartos de final de la Champions League. A pesar de las numerosas bajas, la fuerza del bloque creado por Klopp a lo largo de siete temporadas se ha impuesto al caprichoso y dramático destino de la plantilla ‘borusser’.

Como todo lo malo, siempre se puede sacar algo positivo. En este caso es la emersión de jugadores como Grosskreutz, Sokratis y Durm. El primero ha demostrado ser un auténtico todoterreno. A lo largo de la temporada, ha cubierto los puestos de Piszczek, Schmelzer, Blaszczykowski y, este fin de semana la baja de última hora de Reus. En un estado de forma impresionante, ha demostrado a Klopp que puede contar con él para lo que sea, y su polivalencia ha sido determinante para que el equipo esté donde esté actualmente.

Sokratis, por su parte, se ha convertido en el jefe de la zaga a la fuerza. Aunque sus primeras apariciones fueron titubeantes, el jugador ha ganado confianza y ha completado grandes actuaciones en su primera temporada en Dortmund. El canterano Durm, ha ocupado la posición de Schmelzer en una de sus bajas y ha dejado destellos de calidad que aseguran un relevo generacional prometedor.

Las circunstancias han provocado que la diferencia con el Bayern de Múnich, actualmente, sea abismal. Pero ello no impide a los jugadores ser conscientes del gran esfuerzo realizado. A falta de dos meses de competición, el Borussia Dortmund promete seguir dando guerra.