El partido que cerraba la vigesimosexta jornada de la Bundesliga prometía goles. El Bayer Leverkusen llegaba al encuentro con la necesidad de ganar para seguir conservando el cuarto puesto. Habiendo sumado solamente cuatro de los últimos dieciocho puntos posibles, los puestos de Champions se veían amenazados ya por un Gladbach que ha recuperado sensaciones. En frente, el Hoffenheim de Gisdol, que ha sufrido una transformación espectacular desde la temporada pasada, ya que ha pasado de ser el equipo menos goleador a ser el tercero que más goles anota tras los gigantes Bayern y Dortmund.

Asentado en la zona media de la tabla, el Hoffenheim afrontaba el partido con la intención de hacer más grande la diferencia de seis puntos que le separaban del descenso. Con esa actitud saltó al campo, y se encontró al otro lado a un Leverkusen perdido y poco ambicioso durante los primeros compases del encuentro. En el minuto 12, una mano tan evidente como innecesaria de Hilbert dentro del área le regalaba al Hoffenheim la oportunidad de adelantarse en el marcador desde los once metros, y fue Salihovic el que, emulando a la perfección al mítico Panenka, ponía el partido de cara para su equipo.

Una buena defensa del Hoffenheim ahogaba todos los intentos franjirrojos

Tras el gol, el Leverkusen se hizo con el control del balón, pero todas sus jugadas morían sin llegar al área. Una buena defensa del Hoffenheim ahogaba todos los intentos franjirrojos de acercarse a la portería defendida por Grahl, y aprovechaba los balones robados para montar contraataques y meter más miedo a los aficionados presentes en el BayArena.

Después de 38 minutos de partido en los que los locales no habían disparado a puerta, un gran centro de Castro desde la izquierda lo remataba Kiessling al fondo de las mallas para poner la igualdad en el marcador y sacar un grito de rabia a Hyypiä. Pero cuando los aficionados estaban aún celebrando el gol de su equipo, Kevin Volland volvió a llevar el silencio a las gradas un minuto más tarde, cogiendo un balón en el pico del área y colocándolo en la escuadraderecha de un Leno que sólo pudo girar la cabeza para ver la parábola perfecta del balón.

Arreón sin recompensa

Tras el descanso, el Bayer Leverkusen despertó. Salió más agresivo y un Bender muy caído a la banda llevaba peligro constantemente. En el minuto 53, el centro alemán recogía un balón muerto en el centro del área y le ponía un gran pase de tacón a Rolfes para que empatara de nuevo el partido. El Hoffenheim no reaccionó y se limitó a esperar las continuas embestidas de los locales, dando el empate como bueno. En el minuto 60, una falta lanzada por Salihovic estuvo a punto de poner a los de Gisdol de nuevo por delante, pero Leno hizo lo justo para evitar que el balón entrara.

La entrada de Derdiyok y Can por Son y Sam suavizó los ataques de un Leverkusen y apagó sus posibilidades de llevarse el partido. En el minuto 88, cuando peor estaban los hombres de Gisdol, Modeste aprovechaba un centro de Johnson desde la derecha para hacer el tercero y darle los tres puntos a su equipo. En la celebración, el francés se acercó a comprobar las redes de la portería, ironizando sobre el gol de Kiessling en el partido de ida que subió al marcador injustamente tras colarse por un agujero en el lateral de la red.

La próxima jornada, que se jugará el martes y miercoles de esta semana, el Leverkusen viajará a Augsburgo para defender el cuarto puesto, mientras que el Hoffenheim buscará seguir ampliando su distancia con el descenso ante el Hannover 96.