Tras su victoria sobre el Eintracht de Frankfutr hace un par de semanas, todo hacía indicar que el Schalke por fin había culminado su meta. Instaurados en la tercera posición de la clasificación, y con una ventaja suficiente sobre el cuarto clasificado, los de Keller afrontaban los últimos cuatro partidos con la mente más puesta en las vacaciones que en cerrar exitosamente la temporada. Sin embargo, la última jornada, el equipo dirigido por Keller sufrió un duro revés ante el Stuttgart, algo que sumado a las victorias de sus perseguidores, le devolvió de golpe a la lucha. El Monchengladbach, sexto clasificado, llegaba al Veltins Arena, y los empates de Leverkusen y Wolfsburgo, convirtieron el duelo, en un partido crucial, ya que, de producirse una victoria visitante, las cosas volverían a apretarse más aún.

Locura inicial

Las urgencias con las que unos y otros llegaron al partido se dejaron ver desde muy pronto, y tanto Schalke como Monchengladbach arrancaron como motos, lanzándose de manera trepidante el uno sobre el otro, y convirtiendo el encuentro en un auténtico correcalles. El balón corría muy rápido de un área a la otra sin pasar por el medio. El Gladbach golpeaba, segundos después, el Schalke respondía, y así, una y otra vez. La mejor oportunidad en estos primeros compases llegó por parte del cuadro visitante, después de que Herrmann rematara a bocajarro contra el cuerpo de Fährmann un gran envío de Korb desde la derecha.

Recital sin oposición

Pasados los primeros 20 minutos de partido, el encuentro se enfrió, destapando al conjunto dirigido por Lucien Favre como claro dominador. Los potros adelantaban mucho la posición de sus laterales, dejando únicamente a tres hombres en campo propio, con Nordtveit incrustado a la altura de Stranzl y Jantschke. Este planteamiento, un tanto arriesgado, dotaba al equipo de numerosas alternativas en ataque, dándole la tan ansiada verticalidad, pero regalando al Schalke las opciones de poder robar y salir rápido a la contra.

Los potros adelantaban a sus laterales, colocando tres hombres en campo propio, y ganándo así en verticalidad

En el minuto 35, tras una fase de total monólogo visitante, Raffael recogió un balón en el pico izquierdo del área y mandó un pase raso a la frontal hacia Kruse; el alemán no pudo controlar, pero la pelota concluyó en los pies de Herrmann, que, sin pensárselo dos veces, empaló el esférico con la izquierda, anotando el primero y único gol del encuentro. El tanto no hizo reaccionar a un desordenado Schalke, y con el marcador a su favor, los potros continuaron gobernando el choque, ralentizándolo a su favor, y quedándose cerca de aumentar su ventaja. Con el Schalke totalmente noqueado y el Monchengladbach pletórico, el colegiado indicó el final de la primera mitad.

De la mano de un magnífco remate, Herrmann concedió la victoria a su equipo. | Imagen: schalke04.de

Sin ideas ante el buen hacer

Como cabía de esperar, el inicio de la segunda mitad estuvo marcado por una crecida del Schalke, que subió bastante sus líneas y aumentó el nivel de presión. Los de Keller empezaron a gobernar el cuero, disponiendo de largas posesiones, pero sin encontrar profundidad. A pesar de la nueva puesta en escena minera, el Monchengladbach no le quiso perder la cara al partido, y pasados unos primeros diez minutos de dominio azul, los potros volvieron a hacerse con el poder del esférico. Fue entonces cuando Kruse, tras una brillante contra, cerca estuvo de marcar, pero su remate rebotó contra el lateral de la red.

Los ataques mineros carecían de fluidez y continuidad, y una y otra vez se estrellaban contra la poderosa muralla visitante

El Schalke quería más, pero el Monchengladbach se mantenía muy firme y sólido en defensa. Los ataques mineros carecían de fluidez y continuidad, y una y otra vez se estrellaban contra la poderosa muralla visitante. Para colmo, cada vez que el equipo de Gelsenkirchen lograba abrir el cerrojo defensivo rival, Szalai se mostraba incapaz de llevar la pelota a buen puerto, errando las pocas oportunidades de las que disponía el equipo. Los últimos diez minutos fueron un fiel reflejo de lo visto sobre el verde del Veltins, pues los mineros no lograron inquietar ni una sola vez la meta defendida por ter Stegen, a excepción de un remate en buena posición de Draxler con el tiempo cumplido, que tras marcharse desviado, supuso el final del encuentro.

Con el tiempo cumplido, Draxler mandó a las nubes la última gran ocasión de su equipo para empatar. | Imagen: schalke04.de

Victoria 22 años después

El solitario gol de Herrmann puso así fin a una racha de 22 años sin conocer la victoria en suelo minero por parte del Monchengladbach, que tras completar una magnífica primera parte, supo preservar la ventaja, convirtiéndose en justo vencedor. Este resultado dinamita la parte alta de la clasificación, pues a falta de seis puntos por disputarse, mete de lleno al equipo de Keller, que ya se veía de vacaciones, en la pelea. La próxima semana los mineros están obligados a ganar al siempre correoso Friburgo, para así despejar cualquier tipo de duda o temor sobre su clasificación. Por su parte, los potros de Lucien Favre vivirán un duelo vital frente al Mainz, el cual se encuentra instalado a únicamente dos puntos de los de la Renania del Norte – Westafalia.

Resumen del partido:

0-1, min. 35, Herrmann.