Sin apelativos. Real Madrid fue inmensamente superior al Bayern de Múnich y, con un baño táctico y estratégico, Carlo Ancelotti guió a su equipo a una impensable victoria de 0 a 4 ante el Bayern de Múnich. Para los blancos, "La Décima" pasa de ser una ilusión a una realidad y esta más cerca que nunca de la mano de un viejo zorro del banquillo en la competición continental. Para los bávaros, es un duro golpe para un equipo que aspiraba a ganarlo todo y que deja ir su primer campeonato. El marcador global es un 5-0 que pone al Madrid como claro favorito para alzar la Champions independiemente su rival sea londinense o coterráneo.

Intensidad: el factor que dictaminó sentencia

El partido comenzó con el electrizante recibimiento de todos los hinchas bávaros que colmaron el Fussball Arena (Allianz Arena para efectos de Bundesliga), sin embargo, ese carácter, energía y derroche de emociones no llegó al césped y los jugadores muniqueses entraron totalmente desenchufados de todo el ambiente que su gente inyectaba. Por su parte, el Real Madrid llegaba con los ánimos tope al saberse potenciales favoritos tras el juego de ida. Pero, contrario al comienzo en el Bernabéu, el equipo blanco saldría muchísimo más enfocado y con toda la energía dispuesta a sellar el pase a la final desde el comienzo.

El mazazo moral fue tan intenso que, después del gol, el Bayern lució más impotente que nunca en toda la temporada.

Es así como, en los primeros compases del partido, un espeso Bayern tocaba el balón sin mucha trascendencia, mientras el Madrid mordía a cada jugador bávaro y hacía mucho más difícil el tránsito del balón. Apenas sobre cinco minutos, el Bayern no había llegado con mayor peligro sobre puerta de Casillas, mientras que el Madrid había colocado dos balones a las espaldas de Dante y Boateng pero ambas en fuera de lugar. Sobre minuto 8, un nuevo balón de Xabi Alonso encontró descolocada a la defensa bávara pero Neuer salió a tres cuartos de cancha a despejar el balón, el cual quedó cortó y a los pies de un Bale que no supo liquidar a larga distancia y puerta vacía. Era el primer aviso de la tormenta que se avecinaba.

Pero la ilusión y el sueño de lograr un bicampeonato histórico para el Bayern se agotaría en apenas cuatro minutos y con dos goles de cabeza. El primer golpe llegaría al 16', tras un contragolpe que acabó en tiro de esquina para el Real Madrid. El cobró de Modric encontró a un Ramos que llegó solo y sin marca, saltó entre Boateng y Dante y la clavó en el poste izquierdo de Neuer para decretar el 0-1 y el comienzo de la pesadilla. El mazazo moral fue tan intenso que, después del gol, el Bayern lució más impotente que nunca en toda la temporada.

El golpe anímico fue resentido por el Bayern que no encontró reacción alguna. Schweinsteiger y Kroos comenzaron a perder cuánto balón llegaba por zona media y Ribéry volvió a diluirse en el partido, esta vez enfrascrado en cuanta discusión le fuera posible. Robben retrocedía metros para salir con pelota dominada pero Müller y Mandzúkic eran absorbidos por la defensa blanca. El Madrid rompía conexiones en el mediocampo rival y adelantaba líneas buscando el 0-2 definitivo. Sin embargo, el gol llegaría, nuevamente, a balón parado. Sobre minuto 20 y producto de una falta de Kroos sobre Bale, Modric volvió a colgar otro balón al área para que Ramos, anticipándose a un flojo e inoperante Mandzúkic, decretara el 0 a 2 en el marcador y el fin del sueño muniqués.

Ramos se anticipa a Mandzúkic y marca el 0-2. (Foto de uefa.com)

El segundo gol en contra fue el golpe final para un equipo que entró desmotivado y cerró la primera parte mucho más desmotivado. A partir de la desventaja amplia en el marcador el Bayern de Múnich desaceleró todavía más la marcha y permitió que, incluso con la ventaja, el Real Madrid se viera más cerca de liquidarlo en cuestión de minutos. Apenas un disparo lejano de Ribéry y una internada de Müller fue todo lo que el Bayern propusó luego del segundo de Ramos. Por su parte, el Madrid volvería a apelar a su contundencia característica y firmaría el 0-3 sobre minuto 33 en un contragolpe brillante, producto de una pérdida de balón de Ribéry. Bale corrió metroas y arrastró a un Boateng que no contó con los relevos de nadie y vio como el galés asistía a Ronaldo para que la empujara a la red ante un Neuer que casi detiene el disparo. La pizarra ponía 3 de ventaja y el Bayern necesitaba 5 goles para clasificar. Era imposible.

El equipo blanco cerraba el primer tiempo haciendo reservas para estar en Lisboa.

El segundo tiempo terminaría con un Bayern que ni tan siquiera chocaba con el muro merengue como en la ida, sino, más bien, con un equipo bávaro muerto en vida que caminaba por el campo sin la reacción para tan siquiera crear sensaciones de peligro. Por su parte, el Real Madrid tampoco supo administrar la energía con que había manejado el partido desde el comienzo y tuvo que ver como su gran mediocentro, Xabi Alonso, veía tarjeta amarilla y era separado de la posibilidad de jugar en Lisboa. Una baja sensible para los merengues que Ancelotti deberá solucionar en los próximos días. Sin embargo, el resultado era claro y el Madrid era amplio dominador, no del balón, pero sí de la táctica y del resultado. El equipo blanco cerraba el primer tiempo haciendo reservas para estar en Lisboa.

Muriendo lento en el complemento

El segundo tiempo arrancaría con matices de entierro más que de remontada. Guardiola movía sus piezas y daba ingreso a Javi Martínez por un apático Mandzúkic que tal parece pide a gritos su salida del club bávaro en estas últimas semanas. Con esto, Lahm y Alaba se irían permanentemente al ataque y Javi Martínez haría de escudero para Boateng y Dante. Por su parte, Ancelotti mandaba su mismo once pero consciente que debía administrar la ventaja antes que ampliarla. La baja de Alonso era demasiado ya para un equipo que parece haber encontrado al once ideal que promete "La Décima".

Curiosamente, el Bayern pareció más suelto al complemento que en el primer tiempo.

Curiosamente, el Bayern pareció más suelto al complemento que en el primer tiempo. Müller se movía mejor como falso nueve, mientras Javi Martínez permitía que Lahm trepara por su banda para asociarse con Robben. Por su parte, el extremo holandés, el mejor de su equipo en toda la serie, llevaba siempre peligro con sus constantes diagonales y su intento por encontrar a sus compañeros en ataque. El equipo mejoraba a partir del ingreso de Javi Martínez, pero, también, en gran medida por un Madrid que quitó el pie del acelerador y comenzó a administrar su ventaja.

La mayor parte de la segunda mitad se jugó en terreno rival, con un Bayern encimando y anticipando, pero con un Casillas bien ubicado en cada intento muniqués. En dos tiros de esquina, Müller y Dante ponían un susto en la puerta blanca. Más tarde, al 64', Ribéry disparaba pero su remate llegaba tranquilo a las manos de Casillas. Guardiola hacía los últimos ajustes y daba entrada a Pizarro y Gotze y, una vez más, sería el mediapunta alemán el que propondría algo más para su equipo. Gotze no se hizo notar solo en ataque, sino también en defensa convirtiéndose en el primer marcador para frenar la contra rival. Algo que Ribéry jamás hizo en el encuentro.

Como en la ida, Gotze fue el más peligroso de su equipo llegando desde el banco.

Una pared al borde del área entre Lahm y Robben dejó a Gotze en diagonal hacia el marco. El alemán controló, giró y conectó de derecha en el mismo movimiento, pero su disparo se iba por encima de la puerta de Casillas. Como en la ida, Gotze fue el más peligroso de su equipo llegando desde el banco. Dos minutos después, Kroos haría una gran acción para perfilarse de zurda al borde del área y disparar a puerta, pero su tiro se iba por encima del arco merengue. El gol se negaba a llegar aun con el equipo bávaro mejorando notoriamente.

El Madrid, por su parte, administraba la ventaja y a sus jugadores. Ancelotti movía a Di María y Ramos por Varane e Isco, sin embargo, la ofensiva merengue se apagó, concentrando sus filas en zona media y baja para evitar sorpresas o sustos en Fussball Arena. Pero el golpe de gracia llegaría sobre minutos finales, ya cuando el partido expiraba y una parte de los aficionados alemanes se retiraba del estadio. Una falta al borde del área dejaría a Ronaldo de frente a Neuer y el portugués, con gran astucia, haría su cobro por debajo de la barrera y dejaría sin reacción a Neuer para decretar el 0-4 final. La pesadilla se acababa y Ronaldo llegaba a 16 goles, marcando un nuevo récord en Champions League y en su carrera individual.

Ronaldo selló la goleada y afianzó su lugar como Campeón de Goleo de la presente Champions League. (Foto de uefa.com)

El Madrid apagaba los infiernos en Múnich y espantaba sus demonios para caminar hacia una Décima Champions League. La goleada de hoy y el enorme despliegue táctico de Ancelotti y su equipo ponen al equipo de la capital española como gran favorito para conquistar el título continental. Sin embargo, Chelsea y Atlético de Madrid pelearán por la última plaza en la final de Lisboa y por la oportunidad de imponerse al equipo que desmanteló al mejor del torneo. Lisboa será el escenario de grandes proezas el próximo 24 de Mayo. Un escenario en el que Cristiano querrá borrar aquella fatídica final de la Euro 2004 que perdió 0-1 ante Grecia. Esa es la única final que Cristiano ha disputado en el Estadio de la Luz de Lisboa.