Hace cinco años el propietario de la bebida efervescente Red Bull, Dietrich Mateschitz, hacía su enésima incursión en el mundo del deporte para expandir su marca por el fútbol germano al comprar la licencia deportiva - por una cantidad de seis cifras - al SSV Markranstädt, un equipo de las afueras de Leipzig. Conseguía, finalmente, formalizar una iniciativa empresarial que nació en el año 2006, cuando Mateschitz intentó hacerse con la propiedad del FC Sachsen Leipzig, un equipo con graves problemas económicos (desapareció en 2011) pero con una base social que impidió efectuar la operación al desencadenarse diferentes actos violentos que tiraron por la borda la compra.

Se hace denominar como RaselBallsport Leipzig y se abrevia como RB Leipzig. Coincide con las siglas de Red Bull. Se llama así porque en Alemania no permiten poner nombres comerciales a los equipos

La filosofía que ha instaurado Mateschitz en la ciudad de Leipzig lo ha llevado a debutar recientemente con un empate a cero (0-0) contra el Aalen en 2.Bundesliga, un hito deportivo en la corta historia del conjunto germano, un gran paso para un equipo que hace cinco temporadas se jugaba el pan de cada día en la Quinta División de Alemania. Y no ha sido para nada sencillo, pues su debut en dicha competición estaba en el aire mientras peleaba por el ascenso en la 3.Liga. El RB Leipzig fue acosado la pasada temporada para cumplir los estatutos y las exigencias que marcan la legislación de la DFL. El club reaccionó: cambió su nombre, sustituyó el logotipo, modificó el escudo y renovó el organismo ejecutivo de la institución.

Se hace denominar como RaselBallsport Leipzig en el registro de clubes, un juego de palabras que se abrevia como RB Leipzig y que coincide – no es una casualidad - con las iniciales de la bebida Red Bull. Una estrategia para ocultar lo que las reglas del fútbol alemán impiden taxativamente (los patrocinadores no pueden aparecer en el nombre de los clubes). Es una herramienta de marketing puro, fundado, financiado y controlado por Red Bull: está respaldado en todos sus ámbitos, tanto empresariales como deportivos, y dispone de una vasta e inagotable capacidad de recursos económicos para – como mínimo – los próximos diez años. Un proyecto deportivo, amén de su naturaleza institucional como promoción de un producto, que se ha encontrado con el rechazo y el odio de muchos equipos y aficionados, que no aceptan el ambicioso plan de negocios que Mateschitz ha levantado a doscientos kilómetros de la capital de Alemania.

Objetivo a largo plazo: pelear al Bayern

Pero no es Berlín precisamente la ciudad en la que se ha fijado Dietrich Mateschitz. El RB Leipzig ha crecido año a año en todos los aspectos gracias a la inyección económica que Red Bull va proporcionado como parte de su estrategia empresarial. Si la normativa del fútbol alemán impide nombrar a los clubes con nombres comerciales, Red Bull se saca un as de la manga y traslada el estadio de su equipo al centro de la ciudad, bautizando el estadio en el que se jugó la Copa Mundial de 2006 – con capacidad para más de 40.000 espectadores – como Red Bull Arena. Todo esto por tan “solo” 100 millones de euros.

Mateschitz planea que el RB Leipzig juegue en la Bundesliga como muy tarde en 2016. Su meta: ganar la Bundesliga y jugar la Champions League

Una inversión que Red Bull hace anualmente para que el RB Leipzig pase a hacer historia en Bundesliga. Los planes están bien marcados y Mateschitz tiene todo controlado para dar la campanada en el fútbol alemán. “Nuestro objetivo es jugar en Bundesliga como muy tarde en el año 2016. También queremos jugar la Champions League y tener éxito en esta competición”, explicó el propietario de la bebida efervescente en una entrevista en el año 2011.

Las expectativas son que el RB Leipzig pueda competir por el título de Liga contra el Bayern de Munich a partir del año 2020 y para ello está fortaleciendo todos los puntos del club. Mateschitz recurrió al hombre ideal, Ralf Rangnick, como director deportivo, una persona que entrenó a equipos como Schalke 04 o al Hoffenheim, un equipo de una pequeña ciudad alemana que ascendió en tres temporadas hasta la Bundesliga. Sobrada experiencia en el difícil camino de ascender por primera vez en la historia a la máxima competición del fútbol germano.

Deporte como marca empresarial

Dietrich Mateschitz es un multimillonario que posee el 49% de las acciones de Red Bull. De la marca de bebidas efervescentes ha construido a través del marketing un imperio que promociona diferentes modalidades y ámbitos del deporte. Compró en 2004 el equipo de la Fórmula 1 Jaguar Racing y la rebautizó como Red Bull Racing. Un año más tarde se alió con Berger, un expiloto austríaco de la F-1 para comprar Minardi F1 Team. Reestructuraron el equipo, lo llamaron Toro Rosso y pasaría a formar parte como un filial, un equipo satélite, de la verdadera potencia: la escudería Red Bull.

Da nombre a multitud de competiciones y deportes extremos, aunque quizás la más renombrada (‘Red Bull Stratos’) fue la que patrocinó el salto que protagonizó Felix Baumgartner desde la estratosfera hasta la tierra. El austriaco rompió el récord al vuelo en globo tripulado de mayor altura en lo que fue considerado una maravillosa obra de arte de marketing. Bajo el nombre y diseño de Red Bull, Baumgartner tuvo que suspender en un primer momento su despegue hacia la estratosfera por un problema en el globo que lo transportaba para que al día siguiente ejecutara un salto que quedará grabado en los libros de hitos deportivos. Una campaña que publicitó a Red Bull intensamente durante 72 horas en los medios de comunicación.

Los tentáculos de Mateschitz se han extendido hasta el balompié, donde ha fundado cinco equipos en diferentes localidades del globo terráqueo: FC Red Bull Salzburgo, New York Red Bulls, Red Bull Brasil y Red Bull Ghana. Y el quinto en discordia, el RB Leipzig, el único que no lleva el nombre Red Bull en su inscripción ni el nombre de la marca en su escudo.

Mateschitz está considerado por la prestigiosa revista Forbes como el 145º hombre más rico del mundo, con un volumen de riqueza económica valorada en 8,8 billones de dólares. Ha conseguido hacer de Red Bull la marca líder dentro del mercado de bebidas energéticas. Desprende humildad y considera su producto es algo más que eso. “No traemos el producto a la gente, traemos la gente al producto”, explicó en una entrevista a ‘Lainformación.com’, que concluyeron que Red Bull invertía un 25% de sus ingresos en campañas de marketing. Mateschitz sintetiza todo su éxito en reinventar las fórmulas del pasado. “Mucha gente me dice ahora que cómo he conseguido lo que tengo con Red Bull. Es sencillo: treinta años atrás lo hizo Levi`s. Ahora lo hace Red Bull”.