Hace cuatro años, la reciente campeona del Mundo, España, viajaba a Sudamérica para enfrentarse a Argentina en su primer partido con la estrella del triunfo en su camiseta. Lo que sucedería en ese partido no entraba ni en las mejores ilusiones de cualquier fanático de la albiceleste sumamente optimista. Un 4-1 final dejaba en la lona a la campeona mundial y ponía a Argentina en un estante de gloria ante su público.

Hoy, Alemania, actual campeona del Mundo, intentó revertir la historia y desafió a Argentina en Düsseldorf en el primer partido internacional de Löw y los suyos como portadores de la tan ansiada cuarta estrella. Sin embargo, la historia volvió a ser la misma y, con un diablo angelical como protagonista, Argentina se llevó un 2-4 que ensombreció la fiesta que los alemanes montaron en los actos de protocolo.

El pistolero sin puntería

El partido arrancó con todo el tono electrizante propio de la rivalidad entre gauchos y teutones. Apenas un minuto de partido y Agüero y Di María intentaban una pared sobre banda izquierda, pero Höwedes aparecía oportuno al rescate. En la misma acción, Kroos filtraba el balón para Draxler, pero quedaba largo tras el intento de recorte del juvenil alemán sobre Marcos Rojo. Un minutos más tarde, Höwedes enviaba largo para Reus, quien controlaba y conectaba de derecha pero Fernández se interponía en el disparo.

Era la primera de tres que Gómez, inexplicablemente, dejaría ir en el partido

Con el partido abierto, Durm y Grosskreutz comenzaban a descolgarse por las bandas, mientras que Schürrle, Reus y Draxler subían metros para asfixiar la salida de Argentina. Sin embargo, sobre el minuto seis, Di María daba el primer aviso tras ganarle el duelo a Durm, enfilar a puerta, pero ser cortado oportunamente por Neuer. Un minuto después, Kramer, que cuajó un gran partido, filtraba por encima de la defensa para Gómez, quien acomodaba, enfilaba a puerta, pero su disparo salía al cuerpo de un Romero que ya se daba por vencido. Era la primera de tres que Gómez, inexplicablemente, dejaría ir en el partido.

El partido continuó en su vaivén de ir y venir entre ambos equipos, con Alemania controlando las acciones y Argentina asustando al contragolpe. Al 10', Schürrle llegaba tarde a un centro de Draxler, pero un minuto después, Di María volvía a romper a un flojísimo Durm, pero Ginter cortó oportunamente las acciones. Al 14', Schürrle desbordaba a Rojo tras una gran asistencia de Kroos, mientras que, al 16', Demichelis cortaba un centro raso de Draxler que esperaba Gómez solo sobre el punto de penal. Alemania era mejor, pero no definía, algo que Argentina sí haría.

El marcador se abriría al 19', cuando, por enésima vez, Di María volvía a comerse a Durm en velocidad, frenaba, levantaba la vista y conectaba un centro de pierna zurda desde banda derecha que encontraba a Agüero entrando solo y de frente a Neuer, quien nada pudo hacer para evitar que el balón entrara a la red. Ginter y Höwedes reclamarían fuera de lugar pero la displiscencia de Ginter en la marca le permitía a Agüero colarse y decretar el 0-1 en el marcador.

Agüero celebra el primer gol argentino en Düsseldorf. // (Foto de es.uefa.com).

Con el gol en contra, Alemania no se escondió y fue aún más adentro de territorio argentino en búsqueda del empate lo más rápido posible. Al 22', un gran robo de Kramer en la salida gaucha le quedó a placer a un Toni Kroos que, en lugar de ceder sobre la izquierda para la llegada de Draxler, optó por disparar a marco, pero su tiro salió desviado. Cuatro minutos después, al 26', otro robo de Kramer dejaría a Reus en el área quien, inteligentemente, cedería para Gómez, pero el disparo del delantero teutón fue flojo y a los pies de Romero. Era el segundo fallo de un Gómez que no pesó en ataque como se esperaba.

Era el segundo fallo de un Gómez que no pesó en ataque como se esperaba

Sobre los minutos 29 y 30, Agüero y Di María encontrarían dos disparos a marco pero Neuer taparía de forma acertada. Durm seguía regalando ventajas por su banda, mostrando una inoperancia total al momento de marcar a Di María o a Zabaleta sobre su sector. Alemania, aún volcada en terreno argentino, no cesaba su ataque y Reus o Draxler eran las opciones que más buscaba Kroos para alimentar el ataque teutón.

Reus buscaba penetrar la defensa pero los recortes de Federico Fernández lo volvían impasable. La intensidad alemana por alcanzar el empate estaba en su punto de ebullición cuando, al 39', Durm se volvió a regalar en la marca sobre Di María, permitiéndole llegar a línea de fondo, colocar un centro medido para la entrada en solitario de Lamela, quien, con derechazo potente, batiría la resistencia de Neuer para colocar el 0-2 en el marcador. Con apenas tres disparos a marco, Argentina vencía por dos a una Alemania que disparó cuatro veces a portería en todo el primer tiempo.

El 0-2, contundente y firme como el volumen de juego de Di María y Argentina, tendría un condimento extra sobre el final del primer tiempo cuando, tras otro robo de Kramer, Marco Reus conectara un violento derechazo que Romero rechazó sobre el centro. El balón quedó a los pies de Mario Gómez, pero el ariete alemán dispararía tan abierto que el balón terminó por salir a saque de banda en lugar de línea final. Increíblemente, Mario Gómez perdonaba más que todo el ataque albiceleste en tan solo 45 minutos. Alemania estaba en problemas. El segundo tiempo debía ser diferente.

Dos mazazos y una luz de esperanza

El segundo tiempo iniciaría con un cambio peculiar: Manuel Neuer salía para darle paso a Roman Weindenfeller. Curiosamente, Löw optaba por darle minutos a su segundo guardameta en lugar de enmendar algo en ataque. El costo del cambio no tardaría y, sobre el 46', una falta sobre Lamela acabaría en cobro de falta de Di María. El centro terminaría siendo largo sobre el segundo poste y, ante la horrorosa salida de Weindenfeller, Federico Fernández cabecearía y colocaría el 0-3 en el marcador. Cuando Alemania apenas se acomodaba en el complemento, Argentina ponía un golpe lapidario en el marcador y fulminaría el temple de una defensa frágil y totalmente vulnerable.

Fede Fernández selló su gran actuación marcando el tercero para Argentina. // (Foto de @EDH_Deportes).

Por si fuera poco, Alemania terminaría de clavar su propia cruz cuando, al 49', Di María se comería una vez más a Erick Durm por banda izquierda, treparía solo ante la impotencia de Höwedes y Ginter de llegar al relevo y firmaría, ante la salida tardía de Weindenfeller, el cuarto gol de la noche. Argentina le pegaba un 0-4 a Alemania en Düsseldorf y confirmaba su mote de "invitado oscuro" para los recientes campeones, algo que confirmó en este partido e inció venciendo a España 4-1 en 2010, luego de que la Roja se coronara campeona en Sudáfrica.

Con el 0-4 todo pintaba a que Argentina podía devolverle a Alemania lo que los teutones le hicieron a Brasil, sin embargo, tras un cobro de córner al 51', André Schürrle pescaría un rebote en el área tras un disparo de Reus y colocaría el descuento en el marcador. La jugada, confusa en todos los sentidos defensivos, fue bien aprovechada por el mediapunta del Chelsea tras la impotencia de Sergio Romero de rechazar el balón y el despiste defensivo a balón parado. Alemania descontaba y maquillaba la debacle.

El descuento en el marcador nos regaló un segundo aire en la ofensiva alemana. Sin embargo, la fragilidad defensiva quedaba en evidencia cada vez que Di María emprendía rumbo a portería por la banda de Erick Durm, quien lució joven, novato y demasiado inexperto para un amistoso ante un rival con potencial ofensivo destructivo. Al 59', la falta de puntería permitiría que Argentina no se viera abrumada por un gol más de Alemania, ya que Reus no aprovechaba un gran pase de Schürrle entre toda la defensa albiceleste. Más tarde, al 61', Gómez acomodaba el balón pero disparaba por encima de la puerta de Romero.

El descuento en el marcador nos regaló un segundo aire en la ofensiva alemana

Müller y Götze entraban al terreno de juego y con ellos Alemania mejoraba notablemente. Con ambos atacantes recién ingresados, Reus encontró un segundo empuje de vitalidad y comenzó a crear la movilidad entre líneas que no logró jugando junto a Gómez. Por otra parte, la defensa sudamericano pareció enredarse con el cambio de Löw de jugar con '9' natural al ya conocido 'falso 9' del estratega teutón para cerrojos ultradefensivos.

Con Alemania empujando y Argentina siempre peligrosa al contragolpe, volvíamos a la tónica de los primeros minutos, pero, esta vez, sin los yerros tan inpensable de parte del ya retirado del encuentro Mario Gómez. Di María seguía enloqueciendo a Durm y Höwedes por su banda, pero, junto a él, Agüero y Lamela se diluyeron rápidamente, nublando las ideas ofensivas de Argentina en zona baja teutona.

En el minuto 72, Argentina volvería a cercarse con peligrosidad, cuando un balón largo encontraría desubicado a Weindenfeller en la salida, pero Demichelis no llegaba a tiempo para empujar el balón a la red. Tres minutos después, una enorme jugada colectiva entre Müller, Reus y Götze, dejaba al delantero del Dortmund con la posibilidad de regatear a Zabaleta y disparar a marco, pero su tiro impactaría en el poste izquierdo de la puerta de Romero. Pero, apenas dos jugadas después, al 77', un centro de Podolski desde la izquierda quedaría rebotando en el área y Götze aprovecharía para dispara a marco. El balón chocaría en Fernández y descolocaría a Romero, colocando así el 2-4 final en el marcador.

El partido entraba a los últimos diez minutos, caracterizados por la ronda de cambios que Martino ordenó en su equipo. Por su parte, Löw, consciente que era casi imposible remontar el marcador, envió a Rüdiger y Rudy al campo para que tomaran minutos de ritmo con la camiseta alemana. El partido acabaría con Alemania empujando a Argentina en su propio campo y a un equipo albiceleste despejando lejos y aguantando el reloj todo el tiempo que le fuera posible. Kupiers pitaba el final y el marcador era claro y contundente: 2-4 en favor de los sudamericanos.

El resultado hace recordar el 4-1 que Argentina le endosó a España en su primer amistoso como campeón mundial luego de vencer a Holanda 1-0 en la final de Sudáfrica 2010. Esta vez, la albiceleste amargó la fiesta del campeón en su propio terreno y lo hizo con un fútbol basado en la efectividad de sus atacantes y en el desequilibrio de Di María y la inoperancia de Durm en la marca. Ahora, Alemania deberá reponerse para enfrentar su primer duelo clasificatorio para la Eurocopa 2016 ante Escocia, este fin de semana.