Cuenta la leyenda que una vez, no hace mucho tiempo, hubo un equipo en la Bundesliga cuya mentalidad, siempre ofensiva, siempre buscando anotar más tantos que el rival sin importar cuantos se encajaran, encandilaba a las masas. Ese equipo era el Werder Bremen, y su hacedor, Thomas Schaaf. Aquella época murió, y según ha quedado demostrado en el duelo ante el Hamburgo, parece que con ella también parte de su idiosincrasia. Y es que hoy el Eintracht, el Eintracht de Thomas Schaaf, fue durante mucho tiempo un conjunto pragmático, y la jugada no pudo salir mejor.

Y el "schaafismo" se volvió pragmático

Una línea de cuatro fuerte y sólida, acompañada de un poderoso trivote, con verdaderos obreros como Medojevic, Hasebe e Ignovski, un mediapunta potente y dos delanteros para buscar las cosquillas a la inestable defensa rival. De esta guisa se presentó hoy el Eintracht de Frankfurt de Thomas Schaaf en el Imtech Arena. Una idea clara: trabajo, trabajo y trabajo. Enfrente, un Hamburgo tan voluntarioso como espeso y falto de ideas, haciendo gala de porque son el equipo que más minutos ha tardado en marcar un gol en la historia de la Bundesliga. Marca que, tiempo después, registraría su nueva cifra.

Lentitud, espesura, falta de ideas y una total ausencia de contundencia atrás

Un año después, el Hamburgo sigue siendo un equipo con urgencias, hecho que, ante su gente, les hizo lanzarse a por el partido. Asumieron responsabilidades, y desde el principio trataron de generar juego desde atrás. El Eintracht, perfectamente parapetado, imposibilitaba las entradas por zona central, empujando a los pupilos del joven Zinnbauer a la banda.

Celebración tras el tanto anotado por Seferovic.| Imagen: espn

No obstante, ni Holtby, ni Müller, ni Stieber, ni las subidas de los carrileros lograban mover una sola roca de la muralla planteada por el conjunto de Hesse. Lentitud, espesura y falta de ideas, conceptos que mezclados con la total ausencia de contundencia atrás, desembocarían en el inevitable tanto de Seferovic al filo del descanso. El ex de la Real, aprovechándose de un clamoroso error de Cléber tras centro lateral, pondría el 0-1 en el electrónico, con el que el partido se iría al descanso.

Siempre cuesta arriba

Pero si en los últimos tiempos hay un equipo acostumbrado a tener que remar contra corriente, ese el Dinosaurio. El inicio de los segundos cuarenta cinco minutos supuso un soplo de aire fresco para los locales. Se acabaron las lentas circulaciones, era la hora de la velocidad, era la hora de Lewis Holtby. El joven mediapunta se hizo con la batuta del partido, y el Hamburgo comenzó a crecer. Aumentó su velocidad y fluidez en la circulación, y el juego entre líneas hizo su entrada en escena. La sólida muralla visitante ya no parecía tan sólida, menos aún, después de que un gran pase de Holtby al corazón del área acabase en los pies de Müller, que no perdonó en el mano a mano.

Se acabaron las lentas circulaciones, era la hora de la velocidad, era la hora de Lewis Holtby

Minuto 57, empate a uno, y el Eintracht que parecía descomponerse. Fue entonces cuando el partido entró en su fase más vistosa. La igualada, y la falta de confianza atrás, movió a las Águilas a abrirse y buscar la portería rival, convirtiendo el duelo en un vertiginoso correcalles. El Hamburgo, muy crecido, empezó a cercar la meta de Wiedwald, pero le costaba concretar el último pase. Los dos equipos lo intentaban, con más corazón que precisión, y los cambios abrieron más el choque. No obstante, llegado el minuto 70, el peso del partido disputado entre semana hizo acto de presencia, y el alto ritmo empezó a traducirse en imprecisión.

El Piazonazo

folha seca a la escuadra izquierda de Drobny, paralizado ante el imponente disparo

Aunque ambos lo probaban, e incluso el Hamburgo cerca estuvo en más de una ocasión de concretar la remontada, nada hacía presagiar que el marcador cambiaría hasta llegado el momento del partido. La clara apuesta defensiva de Schaaf de inicio se había cobrado una víctima en la figura de Lucas Piazón, relegado a salir ya en los compases finales del encuentro, y cuya aportación no pudo ser más certera. Falta favorable al Eintracht de Frankfurt alejada del balcón del área, el brasileño se perfila con su pierna derecha y lanza una folha seca a la escuadra izquierda de Drobny, paralizado ante el imponente disparo. El Eintracht se volvía a adelantar en el marcador con un majestuoso gol que pondría punto y final al partido.

Lo habían intentado, se habían repuesto al duro golpe inicial e incluso, habían hecho más méritos que el rival para salir victoriosos, pero lo cierto es que el Hamburgo, un año después, sigue sumido en una de las crisis más difíciles de digerir del panorama europeo. La desgracia parece no abandonar al Dinosaurio, cuyo trabajo psicológico para con los jugadores en los próximos días deberá ser básico. Por su parte, el Eintracht suma y sigue, y ya es el séptimo clasificado. En la jornada venidera, el club hanseático visitará Dortmund, cuyos mares también parecen estar revueltos, mientras que las águilas recibirán en casa al duro Colonia, que ya ha dado buena muestra de su solidez.