Tres victorias, un empate y tres derrotas, dos de ellas ante rivales directos, en un total de siete encuentros. Ese era el pobre bagaje del Borussia de Dortmund en la presente campaña. Un año más, las lesiones han vuelto a sacudir al subcampeón de Alemania, al que, más allá de los malos resultados, le está costando de lo lindo coger ritmo. El último partido, una derrota ante el gran rival en el derbi de la Cuenca del Ruhr, había hecho tambalearse ligeramente los sólidos cimientos de un equipo, que veía en el choque frente al Anderlecht la ocasión perfecta para tomar aire.

Un día más en la oficina

Cuando algo funciona, para qué cambiarlo. Eso debió pensar el Borussia Dortmund al saltar al verde del estado de Bruselas. Al igual que frente al Arsenal, los chicos de Klopp salieron a arrollar desde pronto. Presión, velocidad, vértigo, todo en los últimos treinta metros del terreno de juego. Y de nuevo, el plan funcionó. Transcurrido solo cuatro minutos, Kagawa agarró una bola en tres cuartos, alzo la vista, y metió un extraordinario balón bombeado a Immobile, que aprovechándose del error al tirar el fuera de juego de la línea defensiva, batió a Proto por debajo de las piernas.

Los teutones lograban plantarse con tres toques en la frontal del área rival

Esa sería la primera, pero no el último error por parte de la defensa belga, que demostró estar a un nivel muy por debajo de lo que exigía una cita de estas carácterísticas. La jugada se repetiría una, y otra, y otra vez. Cuando los pupilos de Klopp tenían la pelota, las facilidades defensivas del club capitalino quedaban expuestas. Sin tensión, ni mordiente en el medio por parte del conjunto belga, los teutones lograban plantarse con tres toques en la frontal del área rival, y una vez allí, la falta de cohesión y entendimiento de los centrales, unida a la a la habilidad de los visitantes para combinar en espacios cortos, hacían el resto. Solo la falta de acierto del Dortmund, y más concretamente, de Aubameyang, impidieron que la renta al descanso fuera de dos o tres goles.

Así se mantuvo el partido durante media hora, hasta que, viendo que la pelota no entraba, el Borussia decidió echar el freno de mano. Fueron los minutos más relajados del Anderlecht, que pudo disfrutar del control del esférico, lo que no supuso un aumento en la amenaza sobre la meta defendida por Weidenfeller. Con el Dortmund bien parapetado atrás, los belgas se mostraron incapaces de rasgar una sola acción de peligro, y la primera mitad murió casi sin querer.

Solución cafetera

El trabajo de ambos entrenadores en el descanso no tuvo que ser en balde, pues los equipos salieron con otro aire del túnel de vestuarios. La poca renta del cuadro visitante, pese a su superioridad, empujó al Borussia Dortmund a buscar con ahínco el gol de la tranquilidad tras el descanso. Sin embargo, algo había cambiado en el Anderlecht, que en el renacer del partido se mostró más seguro, menos deslavazado. El Borussia, muy cómodo durante todo el choque, lo probó durante los primeros diez minutos, pero al no encontrar la suerte del gol, volvió a retroceder filas.

El colombiano logró, en cuatro minutos, lo que su equipo llevaba tanto persiguiendo

Eran los mejores minutos de un Anderlecht que, a pesar de su manifiesta inferioridad, comenzó a creérselo. Entonces, viendo que las cosas no terminaban de marchar, Klopp retiró del campo a un exhausto Grosskreutz dando entrada a Adrián Ramos, y el partido cambió definitivamente. Con apenas cuatro minutos en el terreno de juego, el cafetero se anticipó a su defensor tras un buen balón lateral de Piszczek y la clavó al lateral de la red. 2-0 y adiós a los fantasmas que sobrevolaban el seno borusser. El colombiano logró, en cuatro minutos, lo que sus compañeros habían perseguido durante gran parte del partido. El tanto significó además la puntilla a un equipo que, incluso su momento de mayor lucidez, jamás dio sensación de verdadero miedo.

Ese gol terminó de desinflar a los belgas, que con el partido sentenciado, tuvieron que soportar otro cafeterazo. Aubameyang, insaciable durante los noventa minutos, se coló dentro del área y retrasó el balón hacia Ramos, quien, tras deshacerse del defensa, cruzó la pelota a la perfección, haciendo inútil la estirada de Proto. Era el minuto 79 de un partido que, salvando un intento aislado por parte del recién ingresado Gohi, tocaría a su fin.

Bálsamo para el duro comienzo

Esta fue la historia de un duelo en el que, como bien refleja el marcador final, solo hubo un equipo sobre el terreno de juego. Las enormes carencias del Anderlecht, tanto ofensivas como defensivas, pusieron las cosas en bandeja al cuadro alemán, cuya victoria servirá de bálsamo. Con este resultado, el Borussia Dortmund permanece líder de grupo, situado justo por encima del Arsenal, que no tuvo problemas para deshacerse del Galatasaray, próximo rival del equipo de Klopp.

Puntuaciones VAVEL Champions League

Borussia Dortmund (2) Arsenal (0)

Proto 7 Weidenfeller 6
Najar 4 Piszczek 7
Mbemba 4 Subotic 6
Nuitynck 4 Sokratis 6
Deschacht 4 Schmelzer 7
Conté 6 Khel 6
Defour 4 Bender 5
Tielemans 5 Grosskreutz 7
Praet 5 Kagawa 8
Mitrovic 4 Aubameyang 6
​​Suárez 4 Immobile 7
Sustituciones
Acheampong 5 Ramos 8
Kabasele 5 Durm 5
Gohi S.C. Hummels S.C.