Recibir un 4-1 en tu primer partido en una competición europea, tras años persiguiendo dicho objetivo, nunca es plato de buen gusto, a pesar de que te la endose uno de los equipos más punteros de la Premier en los últimos años. Sin embargo, desde aquel choque, todo había sido de color de rosa para el Wolfsburgo. Dos victorias, una de ellas ante el Leverkusen, y una derrota que habían servido, no solo para levantar la moral del equipo, sino también para enderezar la trayectoria en la competición doméstica. Tocaba entonces volver a Europa, que esta vez se disputaría en territorio conocido, pero ante uno de los equipos más regulares de la Ligue 1 en los últimos años.

De menos a más

Ambos equipos venían de enlazar rachas muy positivas, hecho que se notó en los primeros minutos. Los dos muy bien situados sobre el campo, con una línea de presión medio alta, impidiendo el avance cómodo del rival y sin ceder un solo metro. El Lille, algo más metido atrás, lo intentó en repetidas ocasiones por el lado izquierdo, tratando de aprovecharse de la velocidad del caboverdiano Ryan Mendes, pero el bloque defensivo se mantendría sólido. Al Wolfsburgo le costó algún minuto situarse en el partido, pero pronto empezó a llevar la voz cantante.

Línea de presión medio alta, impidiendo el avance cómodo del rival y sin ceder un solo metro

Como de costumbre, Naldo comenzó a dar salida al juego ofensivo de los lobos, que tardaron en empezar a enlazar jugadas de ataque. Jung, muy activo por su banda, fue quien más lo intentó, llegando a gozar de una buena oportunidad, pero su disparo se marchó alto. Los de Hecking lo intentaban de todas las maneras, pero el Lille demostró en todo momento por qué es el equipo menos goleado de la liga francesa. La pareja de centrales completó un primer tiempo excelente, otorgando a los locales únicamente dos opciones claras de gol, marradas respectivamente por Perisic, que obligó a una gran estirada de Enyeama, y Guilavogui, que se pasó de generoso cuando encaraba la portería.

Con el paso de los minutos, el Wolfsburgo se fue encontrando más y más cómodo ante un Lille, cada vez más metido atrás. Los corners, las faltas laterales y las llegadas por banda se sucedían, pero ni por esas fueron los locales capaces de pillar al equipo norteño. Finalmente, tras cuatro largos minutos de descuento, el primer tiempo tocaría a su fin.

Justo en el peor instante

El segundo periodo arrancó con los mismos argumentos que el primer tiempo. El Wolfsburgo estaba cómodo, dominaba y creaba ocasiones, pero el gol no llegaba. Entonces Hecking, en un acto de valentía, retiró del terreno de juego a Olic y Jung, para dar entrada a Bendtner y Vieirinha. Cambio muy ofensivo con el que el Wolfsburgo se volcó por completo sobre la meta de Enyeama. De Bruyne, retrasó ligeramente su posición, y el Wolfsburgo empezó a crear ocasiones como churros. Dos remates de Bendtner dentro del área, un fallo de Guilavogui cuando solo tenía que empujarla, un mano a mano de Perisic adivinado por Enyeama. El partido podría haber marchado 5-0 perfectamente, pero la suerte no sonrió.

Estaba siendo un acoso, con Enyeama siendo el mejor de los suyos, pero en una acción, todo se volvía en contra

El fútbol es un deporte de emociones, donde en cualquier instante, por muy decantado que parezca estar un partido, la cosa puede cambiar, y eso fue precisamente lo que le pasó a los de Hecking. Al filo del 70, la primera llegada del Lille en toda la segunda mitad terminó con el balón golpeando en la mano dentro del área de Ricardo Rodríguez, y Origi, desaparecido todo el partido, se encargó de materializar el penalti. Nadie podía creer lo que acababa de pasar. Estaba siendo un acoso, con Enyeama siendo el mejor de los suyos, pero en una acción, todo se volvía en contra.

En su única llegada al área, el Lille, de penalti, se adelantó en el marcador| Imagen: ouest-france

Genialidad belga

Hombres capaces de ganar un partido con una pequeña gota de su inacabable fragancia

No obstante, este Wolfsburgo es un gran equipo, y no solo por el bloque en sí, sino porque cuenta con jugadores totalmente determinantes en el panorama europeo. Jugadores como Ricardo Rodríguez, pero sobre todo como Kevin De Bruyne. Hombres capaces de ganar un partido con una pequeña gota de su inacabable fragancia, y eso fue lo que pasó. Un saque de esquina botado por el suizo fue a parar a las botas del belga, quien, sin dejarlo caer, empaló el balón contra la meta de Enyeama. Un verdadero golazo del belga que hizo levantarse a todo aquel que estuviera presenciando el encuentro.

Faltaban quince minutos, y el Wolfsburgo, que lo siguió intentando, pudo aumentar su cuenta, en especial con un remate de Naldo detenido por el portero, pero el partido concluyó con empate. Tras 180 minutos de juego, y 44 disparos, los lobos únicamente ha logrado anotar dos tantos. Números que hablan por sí solos de un equipo que tendrá que tuvo que conformarse con un agridulce punto, que todo hay que decirlo, les permite seguir vivos en la competición.

Puntuaciones del partido

Wolfsburgo Lille
Benaglio 5 Enyeama 10
Jung 6 Beria 6
Naldo 8 Kjaer 6
Knoche 6 Basa 6
Ricardo Rodríguez 6 Souare 5
Luiz Gustavo 6 Rozehnal 5
Guillavogui 9 Balmont 6
Perisic 7 Gueye 5
Hunt 7 Corchia 4
De Bruyne 8 Origi 5
Olic 6 Mendes 5
Cambios
Bendtner 5 Sidibe 5
Vieirinha 6 Roux 6
Rodelin S.C.