Después de avanzar de un modo brillante en la primera fase de clasificación, culminada como primera de grupo tras seis victorias y solo dos empates, la Kinder Mannschaft afrontaba el definitivo cruce de clasificación para la próxima Eurocopa sub-21. Un playoff a ida y vuelta, que tendría su primera batalla en territorio comanche. El rival sería la selección ucraniana. Un conjunto competitivo, pero teóricamente inferior al grupo dirigido por Horst Hrubesch, que partía con todo el favoritismo.

Paciencia y oficio

La pequeña región de Cherkassy, situada en el centro del país, y fronteriza con la capital Kiev, se encargó de acoger el duelo. El cuadro local, empujado por el buen ambiente que reinaba en las gradas, salió enchufado del túnel de vestuarios, disponiendo de un par de tiros que no encontraron portería. Sin embargo, con el correr de los minutos, la Mannschaft se fue asentando en el terreno de juego, haciendo cada vez más palpable su superioridad. Los hombres de Hrubesch plantearon un partido inteligente y sobrio, tratando de elaborar el juego con paciencia desde atrás, sin correr ningún tipo de riesgo. Enfrente, el cuadro local pronto mostró sus intenciones, cediendo a los germanos el dominio de la posesión e intentando hacerse fuerte desde su defensa, para después salir rápido a la contra.

Alemania planteó un partido inteligente y sobrio, tratando de elaborar el juego con paciencia desde atrás

Alemania controlaba, pero la buena colocación ucraniana impedía el avance del cuadro teutón, al que le costó hacer entrar en juego a sus trescuartistas. Con escasos espacios arriba, la Mannschaft comenzó a sitiar la meta visitante a través del juego a balón parado, generando un gran número de faltas y saques de esquina. Las llegadas se repetían, pero no así las oportunidades, gracias, sobre todo, al extraordinario orden táctico ucraniano. En torno al minuto 35 de juego, en uno de los avances de Alemania, Leitner perdió el balón, regalándoselo a Jonas Hofmann. El del Mainz se coló dentro del área, alzó la vista, y metió un gran centro al segundo palo, donde el otro Hofmann, Philipp, anotó a placer el primer tanto.

A pesar de no haber estado brillante durante ninguna fase de esta primera mitad, Alemania, tirando de oficio, lograba adelantarse en el marcador al filo del descanso. Tras el tanto, Ucrania dio un paso adelante, insuficiente como para inquietar la meta de ter Stegen y el partido acabó marchándose al descanso.

Meyer, espacios y partido cerrado

El inicio de los segundos cuarenta y cinco minutos estuvo marcado por una clara subida de líneas por parte del conjunto de casa. Los ucranianos salieron del túnel de vestuarios dispuestos a empatar, lo que provocó muchos más espacios en su entramado defensivo. Alemania, ya con el recién ingresado Max Meyer en el campo, por fin podía correr y transitar con espacios, y no desaprovecharon su ocasión. Una salida defectuosa por parte de Ucrania permitió a Meyer meter un balón en profundidad a Volland, quien, tras quitarse de encima la blanda oposición del central, encaró a Koval, se marchó, y puso el 0-2 en el electrónico.

Alemania por fin podía correr y transitar con espacios, y no desaprovecharon su ocasión

El tanto dejaba muy tocada a Ucrania, que a la desesperada, subió varios enteros su línea de presión, permitiendo más espacios en su retaguardia. Visto el cáliz que el partido había tomado, Hrubesch sacó del terreno de juego al gigantón Philipp Hofmann, dando entrada a un excelente pasador como Josuha Kimmich. Esta variante obligó a Volland a pasar a la posición de delantero centro, algo que, ante los espacios concedidos por el rival, terminó de decantar el partido. Ucrania lo intentaba, tratando de acumular mucha gente arriba, pero ni por esas lograba inquietar la portería defendida por ter Stegen.

Kevin Volland, autor del segundo gol, estuvo cerca de aumentar su renta| Imagen: spox.com

En el ala opuesta, Meyer continuó haciendo de las suyas, hasta que, llegado el minuto 78, Alemania cerraría el partido y casi la eliminatoria. Una fantástica jugada del mediapunta minero por línea de fondo, en la que se zafó de su marcador con un gran dribling, permitió a éste ceder el balón a Jonas Hofmann, que solo tuvo que empujarla. 0-3 en el marcador y unos minutos finales que, lejos de reducir la desventaja, sirvieron para que Volland tuviera la oportunidad de aumentar aún más la ventaja. Sin embargo, el marcador ya no se movería, llegándose al final del encuentro.

Con pie y medio

Así concluiría un partido donde los germanos demostraron a toda Europa su condición de favoritos para el siguiente torneo, sellando prácticamente su pase a la fase final. Superiores en todo momento, no se pusieron nerviosos, sabiendo aprovechar las ocasiones que el partido les acabaría dando y demostrando un oficio y una solvencia muy valiosas en un equipo de esta categoría. El próximo martes 14, a las 18:00 (hora local) Alemania se vestirá de gala para recibir el choque de vuelta, en un partido donde la Kinder Mannschaft parece tenerlas todas consigo.

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Sobre el autor
Pacoco Alarcón
Enemigo de la bipolaridad y el fanatismo en el Periodismo deportivo.