El 13 de julio de 2014, Philip Lahm, capitán de Alemania, levantaba al cielo de Río de Janeiro el cuarto trofeo de campeones del mundo para su país. El premio a una generación de futbolistas que llevaban desde sus inicios rozando, torneo tras torneo, un título que los inmortalizara para la historia, que hiciera que medio mundo los recordase para siempre, como hoy ellos recuerdan a los Maier, Beckenbauer o Müller.

Resaca Mundial

La situación, pese a ser en la que se querría encontrar cualquier combinado nacional, no es fácil. Remar durante años para poder ser campeones del Mundo, exige, a su vez, una responsabilidad con la historia, y el tener que demostrar que la condición de mejor selección del planeta no ha sido fruto de la casualidad, y que este grupo de jugadores tiene cuerda para rato. Löw querrá controlar el ego de una generación de ensueño, y reforzar los mimbres que les hicieron llegar a lo más alto, para poder seguir volando y no caer en picado.

Se respetará una plantilla en la medida de lo posible, ya que el paso de los años juega con el desgaste de algunos futbolistas, que habiendo logrado su objetivo con Alemania, prefieren ahora centrarse en su club, para no saturar los últimos años del fútbol que albergan sus botas. Unos que llegan, por otros que se van, para retocar una máquina que quiere seguir funcionando.

Primeras despedidas de una generación dorada

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Klose, último goleador alemán. | Foto: goal.com

Tres son los nombres que no se leerán más en las crónicas de los partidos de la selección alemana: El defensa central del Arsenal, Per Mertesacker, el polivalente Philipp Lahm, del Bayern de Múnich y último capitán de los campeones, y el máximo goleador de la historia de los mundiales, el ariete de la Lazio, Miroslav Klose. Con 29, 30 y 36 años respectivamente, los tres jugadores, indiscutibles en los últimos años con el combinado nacional, incluido el mundial de Brasil, dejan un hueco no solo en lo puramente deportivo, si no en los corazones de miles de aficionados bávaros que los han visto llegar a lo más alto defendiendo la camiseta que representa a todo un país. Pero patriotismos aparte, los huecos que dejan no pasarán desapercibidos, de especial manera los de Lahm y Klose. El caso del atacante germano polaco será una baja difícil de suplir, ya que era el único delantero puro de área y rematador con el contaba Löw en sus convocatorias, el recurso a explotar en el caso de defensas cerradas en las que el juego de toque fuera insuficiente para encontrar fisuras que dieran paso a la meta rival.

La reinvención de Lahm marcó estilo

Con el adiós del ya mencionado ex capitán de la Mannschaft, Philipp Lahm, no solo se pierde una referencia en cuanto a carácter, liderazgo y profesionalidad. Se pierde además, uno de los jugadores más polivalentes y adaptables del fútbol mundial. Lateral en sus inicios, diestro pero eficaz en ambas bandas, pasó a ocupar la posición de pivote en numerosas ocasiones los últimos años, tanto en su club como en su selección. Guardiola comenzó a utilizarlo en el Bayern como mediocentro, por delante de los centrales, otorgándole un equilibrio excelente a su equipo y dándole fluidez a la salida de balón. Joachim Löw tomó nota e hizo lo mismo en Alemania en varios partidos. Lo curioso de todo esto, es que no es el único caso en el país en el que un lateral derecho es adaptable al puesto de pivote, y viceversa. Algunos jóvenes talentos ya hacen lo mismo en sus clubes, y esperan tener la oportunidad de hacerlo para su nación. Es el caso de Joshua Kimmich, Antonio Rüdiger o Sebastian Rudy (estos dos últimos ya en la absoluta).

La generación que viene

Si de algo no cabe duda es que Alemania es una fuente inagotable de futbolistas asombrosos. Con jóvenes como Götze, Schürrle, Kroos o Ginter ya asentados en la plantilla, son muchos los que buscan ser llamados a base de demostrar, semana tras semana, que están listos para dar el siguiente paso.

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Bellarbi y Leitner, futuro de la selección. | Foto: uefa.com

A pesar de ser una selección joven, siempre hay que contar con bajas, por lo que las oportunidades estarán en el aire y tan solo los más persistentes y ávidos de gloria se harán con ellas. La siguiente generación que debería dar el paso es la formada por los Leno (Leverkusen), Volland (Hoffenheim), Meyer (Schalke 04), Arnold (Wolfsburgo), Geis (Mainz), Kachunga (Paderborn) o Leitner (Stuttgart). Solo el tiempo lo dirá, pero ¿será capaz alguno de ellos de convencer al seleccionador y convertirse en el próximo héroe nacional?