El Eintracht de Frankfurt se llevaba los tres puntos en un partido en el que hubo un tiempo para cada equipo. El conjunto de Lucien Favre no consiguió materializar las ocasiones de las que dispuso para matar el partido. Las águilas en cambio, no perdonaron y se impusieron a su rival gracias a la efectividad que mostraron.

Dominio local

Ambos conjuntos saltaban al Borussia Park con los esquemas esperados y sin sorpresas. El encuentro arrancaba como era de esperar, con el Borussia Mönchengladbach llevando la iniciativa y el Eintracht de Frankfurt esperando atrás.

El conjunto local tocaba y tocaba desde el comienzo del partido sin rifar ningún balón. Con velocidad y verticalidad, no tardó en crear problemas a la defensa visitante. Tras una gran combinación de pases al borde del área, Raffael elevaba el balón por encima de la defensa dejando solo a Hermann que no conseguía materializar la ocasión.

El balón no duraba nada al Eintracht y tras otra buena combinación de pases Raffael ponía a prueba a Wiedwald. En el minuto 6, el guardameta no pudo hacer nada para evitar el gol de Nordveit. Hermann desbordaba en el pico del área y pasaba a Xhaka para que este dejase de cara. Nordveit disparaba y el balón entraba tras cambiar de trayectoria después de tocar en un defensa.

El conjunto de Schaaf buscaba responder cuanto antes y encontró su respuesta en un córner. El remate sin embargo, lo sacaba un defensor en la misma línea de gol. El Gladbach estaba en estado de gracia y era una apisonadora. A los 10 minutos de juego le iban a anular el segundo gol. Los de Favre lejos de conformarse con la renta obtenida, se lanzaron al ataque aprovechando los enormes espacios que dejaba la zaga visitante. Hermann, el hombre más desequilibrante del partido, volvía a encarar en la banda derecha y centraba para que Kruse de cabeza la sirviera al corazón del área donde nadie conseguía rematar.

El equipo local comenzó a perder el control del partido que comenzó a romperse. El conjunto de Schaaf beneficiado por el intercambio de golpes comenzó a crear peligro. El primero en intentarlo fue Meier, pero el capitán no conseguía conectar un buen remate. La segunda ocasión llegó a cargo de Stendera, quien desde el borde del área no conseguía encontrar portería.

Meier metía el miedo en el cuerpo a los aficionados desplazados al Borussia Park. El 14 de las águilas ejecutaba el tiro libre de manera que hacía emplearse al máximo a un Sommer que conseguía detener el balón. Con el partido roto por completo, algo que no agradaba para nada a Lucien Favre, el Mönchengladbach pudo hacer el segundo a la contra. Kruse caía a banda y desde ahí centraba a Raffael que viendo la aparición al espacio de Hahn cedía con el pecho. Pero el disparo del extremo acababa en el lateral de la red. Así pues, con el 1-0 se llegó al descanso.

Las águilas realzan el vuelo

Desde el comienzo del segundo tiempo se vio un cambio claro en la dinámica de juego de ambos conjuntos. Se veía un Borussia más relajado ante un ambicioso Eintracht motivado por Schaaf en el descanso. Desde el primer minuto se vio que el conjunto de Schaaf había adelantado la línea de presión. Fruto de esa presión llegó el error en el control de Álvaro Domínguez que terminó con el disparo al lateral de la red de Seferovic.

El Eintracht salió decidido a buscar el empate y desde muy pronto dejó unos espacios enormes a la espalda de la defensa. Espacios que aprovechaba Hahn gracias a un gran pase de Raffael, pero el extremo no conseguía batir a Wiedwald que tapaba bien con el pie el disparo.

A partir de este momento Sommer se convirtió en el protagonista del partido, para bien y para mal. Inui disparaba desde la frontal del área y Aigner controlaba su disparo, de cara a portería Sommer detenía su disparo a bocajarro. Sommer evitó de nuevo el empate deteniendo el disparo de Seferovic y el posterior rechace a Inui en un jugada, en la que el conjunto de Favre evidenció una gran falta de intensidad.

Tanto fue el cántaro a la fuente que terminó por romperse. Stendera recibía el balón en la frontal y tras orientarse hacia dentro, acomodaba el balón al palo largo con el interior de su bota derecha. Casi sin tiempo para asimilar el empate, llegaba el segundo para los de Schaaf. Transición rápida del Eintracht y Seferovic recibía en el pico del área, cedía a Aigner que cruzaba el balón. Sommer conseguía pararlo, pero el balón quedaba muerto para la llegada de Meier que culminaba la remontada.

Si el primer tiempo fue un monólogo del conjunto local, el segundo era un toma y daca en el que los visitantes golpeaban constantemente. Stendera servía el córner y Russ peinaba el balón. Aunque no consiguió conectar el remate, la sangre de todo el estadio se heló al ver arecer a Anderon en el segundo palo.

El Eintracht creaba peligro con una facilidad asombrosa y Seferovic era un constante quebradero de cabeza. El suizo estuvo a punto de hacer el tercero en una nueva conducción diagonal que culminó con un disparo ligeramente desviado.

A falta de un cuarto de hora para la conclusión del partido, Sommer ensombrecía su magnífica actuación además de dejar en bandeja la sentencia a Inui. El guardameta se precipitaba en el saque de puerta y gracias a la presión los de Frankfurt recuperaban el balón. El japonés recibía el balón al borde del área y batía a Sommer.

Los potros, ya sin nada que perder, buscaban acortar distancias sin éxito. Thorgan Hazard, que había entrado sustituyendo a André Hahn, lo intentó desde la distancia pero su disparo se marchó bastante alto.

El último intento correría a cargo de Traoré que había ingresado en el terreno de juego en el minuto 75. El atacante del Mönchengladbach, lo intentaba en una falta algo escorada pero su disparo se marchaba por poco al lateral de la red. Con el 1-3 concluyó el encuentro, dejando la segunda derrota consecutiva para los locales que ven como el Bayern aumenta la ventaja.