Ambos equipos llegaban al partido con buenas noticias en lo que se refería a recuperaciones de jugadores lesionados. Más concretamente, los dos capitanes, Stindl y Rolfes. Dos pilares fundamentales en sus equipos. Tanto Tayfun Korkut como Roger Schmidt no dudaron en darles la titularidad. El partido comenzó siendo un monólogo del Bayer, parecido incluso al de la última jornada liguera ante el Mainz, donde Karius evitó la victoria. Y precisamente, ese recuerdo, y el de muchos otros partidos donde al Bayer solo le ha faltado contundencia en las dos áreas, creaban un ambiente de nerviosismo en el cuadro aspirinero, pese al control.

Por su parte, el Hannover no se sentía cómodo, no lograba enlazar con continuidad con los de arriba, pero el recuerdo de recientes victorias ante Dortmund o Eintracht de Frankfurt sin tener el dominio, restaban importancia al hecho de estar siendo superados por las clásicas características del Bayer de Schmidt, el juego rápido, la presión alta y agresiva y la movilidad de la línea de tres cuartos.

Una línea de mediapuntas que recuperaba a Çalhanoglu, y es que el jugador turco -compatriota y una de las debilidades de Tayfun, el técnico local- volvía a jugar más adelantado, y no en el doble pivote junto a Bender, como venía haciendo por la falta de jugadores en esa zona. El sacrificado fue Brandt. También hubo variaciones en los laterales, donde entraron Hilbert y Boenisch por Donati y Wendell. Parece que el técnico sigue sin dar con la tecla en esas posiciones.

El ataque visitante se concentraba por el flanco derecho, con un Bellarabi muy activo todo el partido, y un Hilbert que sumó en ataque todo lo que no sumó en defensa. El lateral zurdo local, Prib, fue amonestado ya en la primera parte y sufrió todo el partido hasta la entrada del chileno Albornoz, que también volvía tras lesión. Pese a sentirse superados, el Hannover pudo ponerse por delante en un par de ocasiones, debido a los enésimos fallos de concentración en la zaga de Leverkusen.

Castro vuelve a lo grande

Tras el descanso, entró Gonzalo Castro por el amonestado y recién recuperado Rolfes, y el alemán, que también volvía tras un mes de baja, no tardó ni un minuto en hacerse notar. Una maravillosa combinación entre Çalhanoglu y él terminaría con un centro que solo tuvo que empujar el mencionado Kießling, lo que suponía su segundo gol liguero y terminar con una sequía de 860 minutos.

Pocos minutos después, donde la reacción del Hannover no fue la esperada, pese a que el Bayer ya se disponía a darles el dominio y salir al contraataque, el surcoreano Heung Min Son recibía en el flanco izquierdo, caracoleaba y ajustaba con su pierna derecha el balón al palo de la portería. Gran gol del máximo goleador del equipo que dejaba el partido encarrilado no solo por el resultado, también por las sensaciones.

Pero nunca puedes dar por sentenciado un partido de este Bayer. Una falta lateral centrada por Kiyotake la remataba Gülselam y ponía el 1-2 tan solo un minuto después. Los fantasmas de tantas y tantas tardes parecidas volvían a aparecer en el conjunto visitante. El Hannover ahora sí, parecía creérselo.

Fue un espejísmo. El Bayer, con la lección aprendida, decidió volver a mandar en el partido. Son, Hilbert y Bellarabi fallaron una triple ocasión increíble, pero los dos últimos fabricaron el 1-3 pocos segundos después. Un pase precioso entre líneas del lateral, digno de cualquier pelotero de primera talla mundial, dejaba al internacional alemán solo ante Zieler y Bellarabi no fallaba ésta vez.

El ritmo bajó y los numerosos cambios en ambos conjuntos no modificaron el rumbo del partido. Los 3 puntos viajan a Renania del Norte - Westfalia y el Bayer de Schmidt recupera puestos de Champions League, en detrimento, precisamente, de un Hannover que sigue teniendo muchos defectos que pulir.

Video de los goles: