Si algo han debido aprender en Monchengaldbach de la temporada 2013/14, es que en cualquier momento, estés lo acertado que estés, la situación puede revertirse en tu contra. Vale que los últimos rivales (Bayern, Dortmund, Villarreal…) no eran para nada concebidos como victorias claras, pero lo cierto es que el Monchengladbach se había metido de lleno en un bache difícil de superar. Con todo ello, la visita al Volkswagen-Arena, para enfrentarse al segundo equipo más regular de este año en la Bundesliga, no parecía el mejor remedio para paliar la enfermedad. Un hecho éste que, tras noventa minutos, quedaría bien demostrado.

El plan funcionó

Como vine siendo habitual en cada partido de los lobos, el choque se inició con un Wolfsburgo muy agresivo. Los de la Baja Sajonia plantaron una línea de presión muy alta, marcando casi al hombre a su oponente. Al contrario que el Gladbach, que buscaba elaborar y salir jugando desde la defensa, el Wolfsburgo quería un partido rápido, dinámico, que se desarrollara en los últimos treinta metros. El Monchegladbach apenas cruzaba medio campo, mientras los de Hecking mordían, robaban y salían como flechas. Con esta disposición, las oportunidades no tardaron en aparecer para el cuadro de Hecking, que al contrario que en su choque del jueves frente al Everton, hizo gala de una enorme efectividad en los primeros minutos.

El Gladbach apenas cruzaba medio campo, mientras los de Hecking mordían, robaban y salían como flechas

Entorno al minuto 12, un saque de esquina botado por De Bruyne fue controlado por Schäfer en el lado opuesto; éste alzó la vista, centró y encontró a Knoche, que ante la blanda salida de Sommer, inauguró el marcador. El plan le salía Hecking, y los lobos se adelantaban en el marcador a los pocos minutos de partido. El tanto no desestabilizó en exceso al Gladbach, que tras unos minutos de recuperación, volvió al plan establecido. Con paciencia, los potros siguieron elaborando desde atrás, desarbolando poco a poco el pressing de unos lobos cada vez menos agresivos. Así, en el minuto 20, llegaría la primera oportunidad para los de Favre, que obligó a Benaglio a intervenir en un saque de esquina.

Los minutos transcurrían, y el Wolfsburgo iba cediendo cada vez más terreno al Gladbach, que llegada la media hora de partido, se hizo con el control total del partido. Herrmann lo probó tras un centro lateral en la mejor ocasión de los suyos, pero Benaglio estuvo atento; y minutos después, Hahn no acertó a conectar un balón en el segundo palo. Pese a la preponderancia renana, el Wolfsburgo se mostraba muy peligroso cada vez robaba y conseguía salir rápido al contraataque, y el partido cada vez parecía estar más abierto, cuando el árbitro decretó el final de los primeros 45 minutos.

Un muro insuperable

La segunda parte se inició con el mismo guion que acabó la primera, pero con un Wolfsburgo mucho más controlador de la situación. El Gladbach siguió teniendo la pelota, pero no así el dominio del partido. Ese aspecto estaba reservado a los de Hecking, que con una perfecta combinación de repliegues y salidas rápidas, aliñados con alguna que otra posesión larga, parecían tenerlo todo bajo control. En el minuto 56, Olic, por dos veces, estuvo muy cerca de marcar, pero le faltó la fortuna necesaria de cara a gol. El Gladbach, menos presionado que durante los primeros minutos de encuentro, estaba planísimo. Tocaba y tocaba desde la defensa, con Kramer bajando a recibir e incrustándose entre los centrales, pero ni por esas llegaba la ansiada conexión con tres cuartos.

Una perfecta combinación de repliegues y salidas rápidas, aliñados con alguna que otra posesión larga

Pasada la hora de partido, y visto que la situación no mejoraba, Lucien Favre decidió dar un volantazo a su equipo, introduciendo en el campo a los eléctricos Traoré y Hazard. Con el cambio, el suizo buscó dar un nuevo aire a su ataque, pero el resultado apenas se hizo notar. Los minutos pasaron, y poco a poco el cansancio del choque del jueves fue haciendo mella en ambos equipos, que dejarían la guerra para las postrimerías del encuentro. A pocos minutos del final, el Monchengladbach tuvo una última ocasión, pero la defensa estuvo atenta para desbaratar y dar por finalizado el partido.

Así concluyó un choque que confirma al Wolfsburgo como gran candidato a ocupar el segundo puesto de la clasificación, poniendo fin a una engañosa mala racha de dos derrotas consecutivas. Por su parte, el Borussia Monchengladbach ve emerger tras de sí la sombra del pasado año, donde su dificultad para superar el bache de resultados tras la vuelta de vacaciones, les privó de pelear por cotas más altas. Después de varios meses muy intensos, con doble partido semanal, potros y lobos podrán descansar esta semana, y así poder afrontar plenos de fuerzas el último tramo de este 2014, donde se juegan, entre otras cosas, su supervivencia en Europa.

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Sobre el autor
Pacoco Alarcón
Enemigo de la bipolaridad y el fanatismo en el Periodismo deportivo.