Arrancaba la decimoquinta jornada con un gran partido entre los dos animadores de esta Bundesliga. El Hoffenheim recibía al Eintracht en el Wirsol Rhein-Neckar-Arena, en busca de una victoria que les diera la oportunidad de superar a su rival de hoy en la clasificación. El Eintracht se presentaba en el encuentro después de sumar tres victorias consecutivas y no estaba dispuesto a cortar su racha triunfal en esta jornada que, dependiendo de los resultados, le podía dejar en puestos de Liga de Campeones una vez finalizada.

Primera parte marcada por la lesión de Süle

El encuentro transcurría con normalidad, con los dos equipos con cierto desorden táctico y ganas de sumarse al ataque. Pero en el minuto ocho, el estadio enmudeció. El joven central Süle, caía al suelo en una pugna con Seferovic, se llevaba la mano a la rodilla y los servicios médicos pedían el cambio nada más ver la gravedad del asunto. Lesión, por lo que parece, muy grave a la espera de las pruebas que se le realicen en el día de mañana.

Así pues, los primeros 45 minutos dejaron helado a todo el mundo. Los locales más pendientes de su jugador, solo conseguía incordiar la portería de Hildebrand con tímidos acercamientos de Modeste, que estuvo muy desacertado hoy, y Elyounoussi, que pareció un poco más entonado. Por su parte, los de Schaaf se encomendaban a los balones en largo a Seferovic para tratar de sacar petróleo de un juego directo que no resultaba.

Cuando el partido se acercaba al descanso apareció la figura de Firmino como un mesías para dejar, tras una gran conducción desde el medio campo, a Volland frente a Hildebrand. El jugador local regateaba sin problemas al cancerbero y empujaba a portería vacía dando la ventaja mínima a los suyos en los primeros 45 minutos.

Firmino y Seferovic, duelo por todo lo alto

Pero el segundo acto nos reservaba todo el fútbol, tan anárquico como espectacular, que tenían guardado los dos conjuntos. Tras un comienzo dubitativo de los locales, el Eintracht no se echó atrás y consiguió empatar el encuentro cuando aún no se había cumplido el cuarto de hora de la segunda mitad. Oczipka ponía un gran centro y Aigner, más listo que todos, se adelantaba a la defensa y empujaba el balón a portería vacía.

No obstante la entrada de Szalai por un desacertado Modeste cambió, para bien, la actitud del Hoffenheim en este segundo periodo. El delantero local tuvo una ocasión nada más salir, que desbarató Hildebrand. Tan solo dos minutos después, aunque en una posición bastante dudosa, el ariete no perdonaba y conseguía adelantar a los suyos de nuevo, ante la desesperación de Schaaf que no sabía qué hacer para revertir la situación.

Entrabamos en los últimos minutos de encuentro y el partido aún tenía reservado lo mejor para el final. De una doble ocasión de Elyounoussi, que primero no superaba al portero rival en un mano a mano y después estrellaba su disparo en el palo, pasamos al empate a dos, obra de Seferovic. El suizo rubricaba así su gran actuación, gracias al gol que daba la igualada momentánea a los suyos. El ex de la Real se aprovechó de su propio rechace para empujar el balón a portería vacía.

El Hoffenheim sale victorioso del caos final

Cuando el encuentro parecía destinado a un empate más que merecido para los dos equipos, aparecieron Baumann y Firmino para dejar los tres puntos en el Wirsol Rhein-Neckar-Arena. El guardameta hizo dos paradones a disparos de Russ y Kittel, que permitieron a los suyos seguir en el encuentro. Y la estrella del Hoffenheim, Firmino, consiguió, tras un barullo en el área, empujar a portería vacía para dejar el luminoso en el 3-2 final.

Victoria importantísima para los locales que ven como superan al Eintracht en la clasificación y miran con cierta cercanía los puestos de Europa League. Los de Frankfurt se van con el sabor amargo de saber, que de haber estado un poco más correctos en defensa, el partido podía haber caído de su lado.