Apenas 40 kilómetros separaban a las dos ciudades que tendrían el honor de protagonizar uno de los duelos más esperados de la semana. Leverkusen, situada en la Westafalia alemana, se engalanaba para recibir a su vecino renano, en un partido de cuyo vencedor saldría el tercer clasificado de la Bundesliga. Deberes hechos ya en Europa y competición doméstica encarrilada para dos de los equipos más de moda en Alemania, en un partido vibrante y de mucho nivel, que prometía un gran espectáculo.

Casi perfecto

Con el silbatazo del señor Peter Gagelmann el balón echó a rodar en el BayArena de Leverkusen. Los primeros minutos, marcados por la igualdad y el tanteo mutuo, pronto darían paso al dominio local. Los aspirineros, seguros de sí mismos, se lanzaron a por su rival y empezaron a sitiar la portería de Sommer con remates lejanos al arco. Con una línea de presión muy alta, que impedía por completo avanzar a los potros a la vez de permitir al Bayer recuperar rápido la bola, los de Schmidt monopolizaron el primer tramo de partido. No obstante, la primera ocasión clara del partido, llegada entorno al minuto diez, estuvo protagonizada por los visitantes, pero el remate de Herrmann se marchó demasiado cruzado.

Totalmente superados, desconectados del partido y defendiéndose como podían

Ese disparo sería la única señal de vida por parte del Gladbach en la primera media hora. Totalmente superados, desconectados del partido y defendiéndose como podían, el gol aspirinero parecía cuestión de tiempo, y así fue. Un envío en largo de Leno fue peinado por Kiessling y controlado a posteriori por Calhanoglu. El turco condujo la bola, alzó la mirada y sacó un incontestable testarazo desde la frontal del área ante el que nada pudo hacer Sommer. De nuevo, uno de los mejores golpeos de Europa regalaba un tanto al Leverkusen. Lejos de lo que cabía esperar, el gol apenas produjo cambio alguno en el partido y la tónica dominante de los locales continuó siendo palpable.

El Gladbach estaba incomodísimo. Incapaz de hacer llegar la bola arriba, totalmente superado atrás por un Kiessling imponente en los balones altos y achicando una y otra vez los numerosos espacios generados por los trescuartistas aspirineros. Tal era la superioridad, que solo una acción aislada parecía poder acercar posturas en el marcador para los potros, y así fue. Un córner botado por el lado derecho, y muy mal defendido por el Leverkusen, fue rematado cómodamente por Brouwers, estableciéndose así el empate. Pese a la tremenda superioridad, el Leverkusen se dejaba empatar al filo del descanso, y tras los cinco minutos más abiertos de la primera parte, los peores de los de Schmidt, el partido se fue al descanso.

La balanza se equilibra

Los últimos cinco minutos de locura de la primera mitad fueron un preámbulo de lo que nos depararía el inicio del segundo tiempo. Ambos equipos saltaron al verde en el segundo tiempo dispuestos a adelantarse en el marcador, y el partido se convirtió en un verdadero correcalles. Kruse tuvo la primera para el Gladbach, pero le faltó precisión en su disparo, y Calhanoglu, a balón parado, tampoco supo acertar con la portería. Todo podía pasar en el inicio del segundo tiempo, sobre todo gracias a la clara mejoría de los potros, que ahora sí, parecían metidos de lleno en el partido.

La sustitución tuvo un efecto inmediato en el partido, que pasó a estabilizarse

No debió gustarle excesivamente ese descontrol a Schmidt, que llegado el minuto 57 retiró del terreno de juego a veloz Son para dar entrada a Rolfes. Cambio defensivo del técnico alemán que buscaba algo más de firmeza en su equipo, armando el eje de mediocentros. La sustitución tuvo un efecto inmediato en el partido, que pasó a estabilizarse. El Leverkusen, de nuevo, se hizo con el dominio, pero el paso al frente del Gladbach les impedía controlar el choque como en la primera mitad. Así pues, las tornas se igualaron ostentosamente y cada vez se hizo más difícil ver alguna oportunidad de gol.

El Gladbach, aprovechándose de los tremendos problemas del Leverkusen para defender el balón parado, tuvo el gol en un par de remates, pero le faltó una pizca de suerte de cara al arco. Por su parte, los aspirineros gozaron de algún disparo esporádico, pero el marcador no se movería. Finalmente, y pese a los cambios de uno y otro, el cansancio del partido entre semana fue haciéndose un hueco y ambos parecieron conformarse con el empate, que llegado el 93, sería una realidad.

Pese a la latente superioridad del Leverkusen en un gran tramo de la primera mitad, los de Schmidt no lograron marcar diferencias en el electrónico, permitiendo al Gladbach empatar el marcador. Un marcador, el de 1-1, que a tenor de lo visto en el cómputo global del partido parece lo más justo, pues ambos equipos mostraron argumentos similares y pudieron optar a la victoria. Leverkusen y Gladbach acaban así la jornada igualados a puntos, ocupando la tercera y cuarta posición respectivamente, y a la espera de lo que haga su rival más directo, el Wolfsburgo, ante el Paderborn.