El Bayer y el Eintracht empataron en el Bay Arena en un encuentro dominado en gran parte por las constantes imperfecciones. El Bayer fue de menos a más y tuvo, en el tramo final, ocasiones claras para llevarse la victoria.

La primera parte estuvo marcada en gran parte, por la escasez de ocasiones y las imprecisiones en ambos conjuntos. El Bayer intento llegar a la portería defendida por Hildebrand con un juego de mayor elaboración que el del rival, que prefirió emplear un juego más directo. Cuando el balón estaba en posesión de las aspirinas, intentaban sacar el balón jugado hasta llegar a conectar con los hombres de arriba, precisamente con Hakan Calhanoglu. La teoría era perfecta, pero en la practica las cosas no fueron como ellos esperaban. En la línea de los tres cuartos, les faltó ese último pase que dejara al compañero completamente solo frente al guardameta rival. El Eintracht por su parte, decidió emplear un juego mucho más directo, sin tanta elaboración. La mayoría de los pases eran balones al espacio, enviados para que Seferovic, Meier, Inui y Piazon trataran de hacerse con el balón en la espalda de la defensa.

En los primeros minutos, el peligro sobre las porterías fue casi inexistente y solo centros sin destinatario y disparos flojitos fueron capaces de poner en apuros al rival. En el minuto 22, tras un gran centro de Hakan Calhanoglu, Spahic y Hildebrand chocaron en el aire, dejando mal parado al central local. La caída fue muy aparatosa e incluso se pudo esperar la lesión del jugador, ya que se agarraba el hombro con gestos de dolor. Spahic poco después vio la amarilla tras cortar un contraataque en el que Seferovic se iba solo hacia la meta de Leno.

Imagen: Eintracht

Los últimos 10 minutos de la primera mitad fueron minutos de dominio claro del Eintracht. Los hombres de Thomas Schaaft tuvieron las oportunidades más claras de los primeros 45 minutos. Primero, con un disparo que tuvo que sacar desde la misma línea de gol Omer Toprak y después, con el penalti que iba a adelantar a los de Frankfurt. Corría el minuto 35 cuando Inui recogió el balón en el pico del área y tras driblar a varios rivales, fue derribado claramente por Jedvag. El penalti lo transformo Meier, enviando el balón a la izquierda de la portería.

La segunda mitad siguió el guión establecido en la primera, aunque en esta ocasión el dominio de las aspirinas fue notable, sobre todo en el tramo final del encuentro. La posesión siguió siendo de los locales, y los visitantes siguieron causando problemas con un juego rápido al contraataque. Los hombres del Bayer, en especial Kiessling, estuvieron intentado forzar faltas inexistentes para tratar de hacer daño al rival. Con estas acciones, quedó visible la necesidad de puntuar y los problemas que tuvieron los locales para crear peligro en gran parte del encuentro. Por estas simulaciones, Kiessling fue amonestado por el colegiado Wolfgang Stark alrededor de la media hora de juego.

Bellarabi celebrando el gol del empate. Imagen: Bayer

A partir de la media hora de encuentro, el Bayer se echó hacia delante en busca del empate y gozaron de las oportunidades más claras del partido. Una de las más claras fue un disparo de Son que se marcho arriba por muy poco. Roger Schmidt intento darle la vuelta al partido e introdujo dos cambios con la intención de dar aire fresco a los suyos, Brandt y Drmic por Rolfes y Son.

En los últimos 10 minutos del encuentro, el Bayer consiguió romper el muro defensivo planteado por Thomas Schaaft y asediaron la portería de Hildebrand. Prueba de ello, en el minuto 83, llegó el empate, obra de Karim Bellarabi. Tras un gran robo de Lars Bender, el balón le llego al internacional alemán, que con un gran derechazo consiguió perforar la portería del Eintracht, poniendo el 1-1 en el marcador a falta de 7 minutos para el final. Después del gol, las aspirinas no se relajaron y a punto estuvieron de conseguir el gol que les daría los tres puntos. Primero, con un mano a mano que erró Brandt y poco después, con un remate con el exterior de Kiessling que golpeó en la madera.