El inicio del partido se convirtió en un monólogo del Hannover que triangulaba sin apenas oposición en campo contrario. Sane, Schmiedebach y Stindl manejaban el partido y no dejaban de surtir balones al trío de ataque, por lo que Joselu no tardó en avisar, aunque sin demasiado peligro, de sus intenciones. Y con estas transcurría el encuentro, con el Mainz replegado en su campo, y con el Hannover presionando muy arriba, obligando a sus rivales a buscar únicamente pases largos, cuyo destino más frecuente eran las manos de Zieler.

Recién pasados los veinte minutos de juego llegaron las primeras amenazas serias de los locales, con dos tantos anulados en un minuto: el primero, a Joselu, y el segundo, a Briand. Poco después, una buena combinación por banda derecha permitía que el balón saliera despejado a córner por Bell, el mejor hasta ese momento de su equipo. El córner era botado por el japonés Kiyotake, dando lugar al primer gol: Karius abandonaba su portería y tras un defectuoso despeje de puños permitía que Briand, a placer, introdujera el balón por el primer palo. El marcador reflejaba lo que el juego llevaba mostrando desde el inicio, el claro dominio del Hannover.

A partir de aquí la balanza se equilibró en cuanto a protagonismo. Los pivotes del Mainz comenzaron a conectar con Malli, que había estado ausente en el transcurrir del juego de su equipo hasta el momento. Estas combinaciones permitieron algunos acercamientos que hicieron al Hannover temer por su ventaja.

Geis a punto de estrellar el balón en el palo. | Fuente: kicker.de

Tras el descanso se pudo ver a otro Mainz, más combinativo y con mucha más presencia en terreno rival. De este modo comenzaron a llegar las ocasiones. La primera en un golpe franco lanzado por Geis que iba a parar al poste, y poco después y de nuevo por mediación del mediocentro, un tiro envenenado desde la frontal que Zieler despejó como pudo. Malli entraba cada vez más en contacto con el balón y el Hannover sufría. Una vaselina suya tras un brillante desmarque se fue rozando el poste en lo que pudo ser el empate.

El Hannover respondería con una buena jugada de Joselu, que en el último momento cedió para que Briand rematase, pero el tiro de este último llegó mordido a las manos de Karius. Ocasión que sería prácticamente lo único peligroso que haría el Hannover hasta el tramo final. De nuevo los de Maguncia a la carga, con un disparo tras recortar en el área de De Blasis, bien atajado por el portero.

Entonces, cuando restaban menos de quince minutos para el final, un balón desde su campo de Geis, sorprendía a la defensa local y dejaba solo a Brosinski contra el portero, que desviaba como podía con los pies, para que el colombiano Soto hiciera el empate al cazar el rechace. De nuevo, como ya ocurriese con el uno a cero, se hacía justicia en el marcador.

A partir del gol, sucesión de oportunidades, con las que ambos conjuntos pudieron llevarse el partido, pero en las que ninguno encontró el segundo gol. Justo reparto de puntos tras lo visto: media hora brillante de cada equipo y otra media de reparto de golpes.

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Sobre el autor
Roberto Prieto
Veo, leo y escribo todo lo relacionado con el mundo del fútbol. Jugador y entrenador.