Los equipos alemanes siguen buscando la fórmula para vencer al Bayern en la Bundesliga, donde continúa su marcha triunfal. Lo intentó el Hamburgo con un planteamiento valiente, pero el equipo local marcó cómo y cuándo quiso. Así, los de Guardiola consiguieron sentenciar el choque en un espacio de tres minutos en los que Müller, de penalti, y más tarde Götze dejaron el partido sin emoción. Todavía en la primera parte, llegaría el golazo de Robben para finiquitar toda esperanza. Pero no sabían los jugadores del Hamburgo lo que se les venía encima.

Todo esto comenzó con el Bayern que siempre sale en el Allianz, sea cual sea el rival que tenga en frente. Dominio claro y llegadas constantes que, al principio, no lograba materializar en ocasiones claras como disparos a puerta. Sin embargo, la sensación de peligro siempre la estaba aportando el Bayern, y ya había tenido algún disparo lejano, cómo sendos disparos lejanos de David Alaba, tras un córner, o de Arjen Robben. Llegaron dos internadas que estuvieron a punto de terminar en gol, sin suerte: un pase de Lewandowski en profundidad para Götze, que controla pero logra atrapar Drobny, aunque el campeón del mundo estaba en fuera de juego. Y en otra, un pase de Robben llega para Müller, que remata de tacón pero hace falta a un defensa de los visitantes.

Y, entre todo esto, llegaría la jugada que abriría la lata y que cambiaría el sino del partido: llegada de los de Guardiola, centro de Rafinha y su envío golpea en la mano de Ronny Marcos. Penalti claro que el colegiado Werner pitaba sin dudas en el minuto 19. Thomas Müller sería el encargado de transformar la pena máxima, cosa que haría tras disparar a su izquierda, de manera ajustada, tirándose Drobny al otro palo. Se adelantaba el Bayern, lo que provocó una mayor seguridad en los jugadores bávaros.

Tres minutos después, el “Rekordmeister” ampliaría su ventaja para sentenciar el partido de manera definitiva. Gran pase de Alaba para Müller, que dispara y el portero rechaza a su izquierda. Llega Mario Götze al rechace y marca el 2-0, para delirio de todo el Allianz Arena. El equipo bávaro continuaba demostrando que cuando abre la lata, la abre entera.

Josef Zinnbauer ya sabía algo de la sangría que podía llegar, e intentó cortar en cierta medida la sangría introduciendo a Nikolai Müller en sustitución de Ivica Olic. Poco pudo hacer el flamante fichaje croata, que no recibió prácticamente ningún balón aprovechable. Con el cambio, Zinnbauer metería a un centrocampista para intentar tener más control. Mientras tanto, Rafael van der Vaart se jugaba la tarjeta roja cuando derribó a Götze por detrás en una entrada durísima. Schweinsteiger, luego, disparó la falta, pero su remate se fue lejano.

Robben se quería divertir, y así lo hizo. En el minuto 35 hace su clásica jugada individual, se planta en la frontal del área, se saca un gran remate con rosca que golpea en el palo y luego entra, para marcar el 3-0. La fiesta en el Allianz era total, y el descanso sería un alivio para el Hamburgo que en el inicio de la segunda parte seguiría viviendo una pesadilla.

Una pesadilla que sería infinitamente peor transcurridos los primeros diez minutos de la segunda parte. Primero, con una jugada espectacular de Robben que se introducía por la banda derecha, se queda solo ante Drobny y marca por su palo. 4-0. Inmediatamente después, disparo desde la frontal de Thomas Müller que marca. 5-0. Y ya al final de ese tramo, pase filtrado de Robben para Müller, poniendo un centro raso a Lewandowski que anota a placer. 6-0. Seis. La masacre estaba hecha.

Un exasperado Zinnbauer introdujo a Jiracek y a Ostrzolek para volver a tratar de que el equipo local no marcase más goles, quitando a un más aun desesperado van der Vaart y a Ronny Marcos, que firmó un deplorable partido. Guardiola, en contraste buscó marcar más y más, e introdujo, sorprendentemente, a Ribery por Benatia. Tras el cambio, Rudnevs marcó un gol anulado por fuera de juego inexistente. Nada salía al Hamburgo.

El futbolista francés no quiso ser menos comparado con Müller y Robben, y anotó el séptimo, tras un disparo de Lewandowski que para Drobny y luego le queda el rechace a Frank, que no perdonaba para el séptimo. Tras esto, el entrenador catalán siguió haciendo cambios, y en este caso para reservar jugadores para la Champions League. Se marchaban Robben y Müller para que Pizarrro y Gaudino, respectivamente entrasen en el partido.

Y solo faltaba el octavo para que Zinnbauer casi se echase a llorar. Disparo de Götze escorado desde la banda al que no llega Drobny. A pesar de que parecían satisfechos con el séptimo, el campeón del mundo aumentaría un más la diferencia. Tras este partido, el equipo de Guardiola mantuvo su ventaja en la Bundesliga antes de viajar a Lviv, a pesar de la victoria del Wolfsburgo. Después de este choque, los locales visitarán Paderborn, mientras que el Hamburgo recibirá al Borussia Mönchengladbach.