Hubo una parte para equipo pero el Hannover fue bastante mejor en el global del encuentro. En la primera parte arrolló a los visitantes pero acabaría pagando su falta de eficacia. El Paderborn, remontando el partido logró reencontrarse por fin con la victoria. No lograba los tres puntos desde la jornada 10 en la que se impuso por 3-1 al Hertha de Berlín.

Perdonando en exceso

Desde el primer minuto de partido el Hannover tuvo claro que quería llevarse los tres puntos en juego y reflejo esa intención en su juego. Tanto la iniciativa como el control del juego eran de los locales y ese dominio pronto se iba a traducir en ocasiones.

Aunque el Paderborn por medio de Kachunga era el primero en asustar, el Hannover fue quien tuvo mejores ocasiones. De la mano de un Lars Stindl, que jugaba a otro nivel, los de Tayfun Korkut encontraron la manera de atravesar la muralla visitante. Con un pase brillante de Stindl, Briand estuvo a punto de abrir la lata pero Rafa López lo evitó.

Tanto Rafa López como Hünemeier estuvieron brillantes durante todo el partido. Este último estuvo providencial para cortar el centro colgado por Kiyotake. A la media hora, Stindl gozó de la mejor ocasión de la primera parte pero no fue capaz de materializarla.

El Paderborn solo fue capaz de intentarlo una vez más por medio de Elias Kachunga. El dorsal número 15 remataba con una pirueta que no encontraba portería. El primer tiempo acabó con una ocasión que una vez más, Rafa López, desbarataba con éxito y mantenía con vida a su equipo.

Errores penalizados

El Paderborn supo resistir en el primer tiempo y gracias a su gran trabajo y despliegue físico llegó con el empate al descanso. En la segunda parte se vio un equipo totalmente diferente, al trabajo mostrado en la primera parte se le añadió una marcha más. Una mentalidad ganadora que se notó desde que arrancaron los segundos 45 minutos.

La primera ocasión llegó en un saque de esquina. Hünemeier conseguía rematar pero su testarazo no encontraba portería. Sin dar respiro al Hannover el Paderborn volvía a acometer contra la portería defendida por Zieler. Koc tras realizar una jugada personalen banda, realizaba un pase horizontal al borde del área y Heinloth no conectaba un buen disparo.

El Paderborn estaba decidido a lograrlo y en una de estas Vrancic se iba a resbalar. Robaba el Hannover y Kiyotake iniciaba una contra que iba a acabar el. Tras sortear a dos contrarios el balón rebotaba en el japonés y se marchaba fuera cuando ya estaba ante Kruse. De área a área, Koc en la siguiente jugada conseguía esquivar la salida de Zieler y cuando el gol estaba cantado aparecía Milko Albornoz para sacar el balón en la misma línea.

Era el minuto 70 de partido, el minuto en el que todo iba a cobrar otra velocidad. El árbitro señalaba una falta lateral y Stindl la ponía en juego. Joselu peinaba el balón y en el segundo palo aparecía Marcelo para inaugurar el marcador.

Ante la situación dada, André Breitenreiter no quiso perder más tiempo y realizó modificaciones en su equipo. Entraron Rupp y Lakic para sustituir a Bakalorz y Ziegler. Lakic se iba a convertir en el jugador del empate, el Paderborn ganaba línea de fondo por la banda izquierda y el centro lo remataba cruzando el balón con la cabeza el recién entrado.

Entonces llegó la jugada que cambió el devenir del partido. Sané derribaba a Kachunga al borde del área y veía la cartulina amarilla, pero ni de lejos podía imaginar lo que acababa de pasar. Meha tomaba carrerilla y gracias a un golpeo seco de balón y una intervención no demasiado acertada de Zieler establecía el definitivo 1-2.

El Hannover lo intentó pero el 1-2 fue un mazazo del que el equipo fue incapaz de recuperarse. El Paderborn logró la victoria once jornadas después y sale del descenso en un partido que es un claro ejemplo del famoso tópico “Si perdonas, lo acabas pagando”.