Visitaba el Leverkusen al Augsburgo en medio de semana europea con la necesidad de conseguir una victoria que les devolviera a la plaza Champions perdida la jornada pasada y esperando un tropiezo del Schalke para poder asentarse en la tercera posición. Con la vista puesta en el trascendental encuentro del miércoles, los visitantes no reservaron ni a Calhanoglu ni a Bellarabi ni a Son.

Por su parte los locales tenían el mismo objetivo que su rival, tres puntos para poder alcanzar el sueño de verse en los puestos de Champions League. Aunque conscientes de que se enfrentaban a uno de los mejores equipos del campeonato, quizá el planteamiento inicial fue más defensivo de lo esperado y lo pagaron caro en los primeros 45 minutos, donde casi no se les vio en faceta ofensiva.

Bellarabi-Son, un auténtico dolor de cabeza

Sin tiempo casi para sentarse en su asiento, los aficionados ya se llevaban dos sustos y la primera decepción del partido. Primero fue Bellarabi el que sembró el pánico con dos disparos, algo inocentes, pero que daban la sensación de acercar el gol a los de Leverkusen, mientras los Bobadilla, Haltintop y compañía, se empleaban a fondo en facetas defensivas para evitar un 0-1 que se recibiría como un jarro de agua fría.

Y llegó el gol. Antes del minuto diez de partido, Hitz fallaba al atrapar un disparo de Drmic, y el propio delantero del Bayer conseguía empujar el balón a portería vacía, consiguiendo adelantar, de manera justa a los suyos. El Augsburgo, lejos de irse al ataque para poder equilibrar el choque, se limitaba a achicar balones, y pudo ser mayor la herida del primer tiempo, de acertar Bellarabi en alguna de sus innumerables ocasiones.

Bellarabi no acierta para sentenciar

El encuentro se fue vivo al descanso gracias o por culpa del desacierto del jugador del Leverkusen, que tuvo dos ocasiones bastante claras, entre ellas un mano a mano ante Hitz, que no podía convertir. Los visitantes empezaron a bajar el ritmo frenético de los primeros veinte minutos, y por fin se pudo ver un Augsburgo algo más ofensivo aunque sin grandes alardes de ello.

El primer acercamiento de los locales se producía de los pies de Hojbjerg que lanzaba de manera mansa. Minutos más tardes Bobadilla iba a tener la más clara pero estaba lento y daba tiempo a llegar a la defensa para despejar a córner. No obstante, antes del descanso, un disparo de Son despejado bajo palos y una vaselina defectuosa de Drmic pudieron dejar sentenciado un encuentro que mantenía toda la intriga con una victoria por la mínima del Leverkusen en esta primera mitad.

El Augsburgo cambia la cara

Aunque el segundo periodo comenzó con un susto por parte de Bellarabi que hacía un caño a su par aunque fallaba en su lanzamiento, los locales se dispusieron a cambiar la mala imagen dada durante la primera mitad y lo consiguieron en parte al cambio que hizo su técnico, que dio entrada a Caiuby, quien iba a revolucionar por completo las pulsaciones de los suyos. Tal fue la cosa, que el delantero conseguía el empate cuando no llevaba ni un cuarto de hora en el campo gracias a un mano a mano bien resuelto por el ariete.

El Leverkusen se veía desbordado y las tornas cambiaron de lo visto en el primer periodo. Bobadilla y Caiuby pudieron ampliar una ventaja que si en la primera mitad no era merecida, por lo visto en la segunda sí que lo era. No obstante ninguno de los dos delanteros consiguió mover el empate en el marcador. Unas tablas que sí se movieron a favor de los visitantes con el disparo de Reinartz que tocaba en un defensa y se colaba para adelantar al Leverkusen de nuevo.

Hitz obra el milagro

Con el partido agonizando y un Bayer que se veía con los tres puntos y de nuevo en Champions League, se vio algo poco habitual en el mundo del fútbol. Hitz, portero del Augsburgo subía a rematar el córner de los suyos en una de las últimas ocasiones y casualidad o no, conseguía anotar tras encontrarse con un balón muerto dentro del área. Delirio en la grada y en el banquillo que no se creía lo que estaban viviendo.

Cosas del fútbol, en la última jugada del partido el Leverkusen se salvaba de caer derrotado, cuando el disparo de Haltintop daba en el palo y el rechace caía a Leno que atrapaba el balón como si del mayor trofeo se tratara. Empate justo visto lo visto en todo el encuentro, pero viendo el final del encuentro, ninguno de los dos equipos se irá contento a casa.