Comentaba Dieter Hecking en la previa del choque que quiénes les conocieran (al Wolfsburgo) sabrían que no iban a salir a especular, a pesar de la buena renta lograda en el choque de ida hace apenas una semana. Finalmente, Tras noventa minutos totalmente agónicos de los lobos en el José Alvalade, solo caben dos posibilidades: o bien Hecking se quedó con todo el mundo en la rueda de prensa, o bien su idea de lo que sería el devenir de su equipo se desvaneció sin que él pudiese hacer nada. El Wolfsburgo jugó mal, muy mal, tuvo suerte, mucha, no mereció ese resultado, y sin embargo, estará en los Octavos de Final de la Uefa Europa League.

Se traicionaron a sí mismos, y el Sporting de Portugal les pasó absolutamente por encima

La cuestión es que el resultado de la ida no era bueno, sino muy bueno. Tan, tan bueno que incluso cuando un equipo como el Wolfsburgo, cuya naturaleza le empuja siempre a salir a morder al rival; lo posee, se ve en la obligación moral de defenderlo, aunque eso conlleve jugar a algo que no sabe. Los pupilos de Hecking salieron al Alvalade a guardar la ropa, a pensar echando mano de la calculadora. Se traicionaron a sí mismos, y el Sporting de Portugal les pasó absolutamente por encima.

Lobo con piel de cordero

Fueron prácticamente 90 minutos infatigables de achicar agua, perseguir el balón y dar gracias a Benalgio por cada intervención milagrosa (hasta nueve tuvo el meta suizo). Los chicos de Marco Silva, ante un Wolfsburgo menor, desarrollaron un partido casi perfecto, excepto por una cosa, el gol. Desde los primeros compases de partido salieron valientes, a mandar con la pelota, llevando la iniciativa. Con Nani y Carrillo tratando de entrar como cuchillos por sus extremos, a los que se les sumó un control casi perfecto del trío de mediocentros del espacio/tiempo del partido, los leones anularon por completo a los lobos, que se mostraron prácticamente inoperantes.

Los chicos de Marco Silva, ante un Wolfsburgo menor, desarrollaron un partido casi perfecto

El Sporting tenía la pelota, la movía con criterio y, cada vez que la perdía, cortaba de raíz cualquier atisbo de salida del Wolfsburgo con una organización táctica formidable. Aun así, no sería hasta el minuto 35 cuando la figura de Benaglio empezaría a florecer. Primero, con un disparo muy lejano de William Carvahlo, que en el córner posterior tendría su réplica con un cabezazo sacado bajo palos de Figueiredo; y más tarde con tres disparos casi a quemarropa de Tanaka, donde Benalgio se hizo enorme bajo los palos. El Sporting traducía por fin su dominio en ocasiones, pero Benaglio dejaba las cosas igualadas minutos antes de que se llegara al tiempo de descanso.

El día de Diego

Ya en la segunda mitad, los dos equipos saltaron al césped a desarrollar un partido con idéntico guión. El Sporting controlaba con comodidad ante un Wolfsburgo que, tras lo acaecido en el primer tiempo, subió un poquito las líneas. Una subida de líneas que si bien buscaba ganar presencia arriba, acabó por tener una influencia negativa sobre los lobos, pues conllevó una fractura en el medio campo. Aun así, De Bruyne sería el primero en probarlo con un disparo lejano, el cual repelería la madera. Seguidamente, Nani tendría la respuesta, pero de nuevo se topó con su mala puntería.

El arquero suizo, en una de las actuaciones más memorables que se le recuerdan

A medida que los minutos avanzaban, el cansancio de los cuatro choques disputados en apenas dos semanas empezó a notarse, y el ritmo del partido bajó considerablemente. El Sporting ya no llegaba con tanta brillantez, pero el Wolfsburgo concedía cada vez más espacios y las ocasiones se sucedieron entonces con más frecuencia. Ocasiones que serían repelidas una y otra vez por, quién sino, Benaglio. El arquero suizo, en una de las actuaciones más memorables que se le recuerdan en su extensa carrera profesional, desesperó una y otra vez a todo el frente del ataque lisboeta, que exhausto, acabaría presentando su bandera blanca de rendición. Final del partido, Benaglio regalaba el pase a su equipo.

Así fue la historia de un partido que tuvo un dominador claro, pero que, como tantas otras veces, acabó siendo injusto con un Sporting que mereció mucho más. El Wolfsburgo, reservón y algo justito de fuerzas, se encomendó a Benaglio, y aunque con sufrimiento, se llevó finalmente el gato al agua. Los portugueses se despiden así de una más que digna actuación en las competiciones intercontinentales, mientras que los germanos, novatos en la competición, avanzan a los octavos.

Sporting (0) Wolfsburgo (0)
Rui Patricio 6 Benaglio 10
Cédric 7 Träsch 4
Oliveira 7 Naldo 4
Figuereido 7 Knoche 4
Jonathan Silva 7 Rodríguez 5
Carvalho 8 Guilavogui 5
Adrien Silva 8 Luiz Gustavo 4
Joao Mario 7 Vieirinha 6
Carrillo 7 De Bruyne 5
Nani 8 Schürrle 4
Tanaka 8 Dost 5
Suplentes
Slimani 5 Caligiuri 6
Carlos Mané 5 Schäfer 6
Montero 6 Arnold S.C.