Con una gran actuación individual en la última victoria del Bayern de Múnich en la Bundesliga frente al Colonia, el francés Franck Ribéry demostraba a las gradas del Allianz Arena que está de vuelta. Cierto es que, la mejor versión del '7' muniqués quedó atrás junto al triplete logrado por Jupp Heynckes. Pero Pep Guardiola ha intentado desde su llegada a Baviera recuperar su máximo nivel para utilizarlo como una pieza clave en sus esquemas y, una vez que se ha recuperado de la lesión que sufrió tras la vuelta del equipo a la competición acabado el parón invernal, Ribéry está siendo un fijo en los últimos encuentros del Bayern, manteniendo una línea de rendimiento ascendente.

Cuchillo junto a Robben

Guardiola aterrizó en Múnich con la idea de introducir el juego de posición. Sin embargo -y siendo un enamorado de los centrocampistas-, mantuvo el poder del equipo en los extremos. El Bayern tendría que adelantar la línea defensiva y presionar arriba a sus rivales. Además, trataría en todo momento de dominar los partidos a través del monopolio del esférico. Pero, eso sí, jamás perdería su 'ADN' alemán: siempre que pudiera correr y ser vertical, lo sería. Y ahí, Franck Ribéry y Arjen Robben, son dos cohetes imparables.

Franck Ribéry y Arjen Robben son los encargados de desequilibrar en el Bayern de Múnich.
Franck Ribéry y Arjen Robben son los encargados de desequilibrar en el Bayern de Múnich. (Foto de fcbayern.de)

Franck Ribéry y Arjen Robben son dos cohetes imparables

Pep quiere que su equipo complete una primera fase donde todos juntos lleguen de forma controlada y fluida al centro del campo. Una vez cumplida ésta, revolucionar el juego imprimiéndole velocidad y verticalidad para atacar la portería rival. Dentro del sistema ambos extremos tienen licencia para desequilibrar por dentro o desbordar por fuera, siendo dos cuchillos que corten una y otra vez el entramado defensivo rival. Sin embargo, el bajo estado de forma del francés ha traspasado durante muchos meses toda la responsabilidad al holandés. Lo que ha hecho que la idea pierda la mitad de fuerza. Misma que puede ganar con la confirmación definitiva de la vuelta a un alto nivel de Ribéry para afrontar la fase definitiva de la temporada. 

Época de intermitencia 

Un año perfecto, donde fue la estrella del triplete bávaro, le llevó a disputar el Balón de Oro a Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Finalmente no lo logró. Pero el solo hecho de estar nominado entre los tres últimos candidatos confirmaba que, hablar de Ribéry, era hablar de uno de los hombres más desequilibrantes del planeta con un balón en los pies. Un jugador con la capacidad de ganar partidos a su equipo. Un auténtico crack, que Guardiola quería utilizar de la mejor forma posible cuando llegó al banquillo del Bayern de Múnich. Es más, tenía la intención incluso de mejorar sus prestaciones. Algo que de momento sigue intentando.

Las repetidas lesiones le han alejado de su cénit futbolístico

Convencer a Ribéry de que puede ser aún más productivo y letal actuando en posiciones más centradas es algo que, aunque Pep tenga en la cabeza y halla tratado de compartir con el propio Franck, no ha tenido el éxito esperado hasta el día de hoy. Al francés le gusta partir desde la banda izquierda: su hábitat natural. Por lo que, los intentos de sacarlo de ahí, junto a las repetidas lesiones que ha sufrido en el úlitmo año y medio, no han hecho más que alejarlo de su cénit futbolístico. Él lo sabe y, semana tras semana, trabaja duro en Säbener Strasser para volver a ser el que era. Y parece ser que lo está logrando.

Estelar ante el Colonia

Poderoso y veloz en el 1 - 1, hiperactivo en el juego del equipo, repartiendo gol y asistencia: con todo ello Franck Ribéry dio un tremendo recital en el Allianz Arena. El Bayern de Múnich se imponía (4-1) al Colonia en un partido donde alternó buenos tramos con otros regulares, producto de la bajada de intensidad y pérdida de control. Pero, si hubo alguien que no bajó el pie del acelerador en ningún momento, ese fue el francés. Hacía tiempo que no era tan determinante para los de Baviera y que no se le veía tan productivo y preciso, aportando tanto en el ataque posicional como en las transiciones.

Ribéry dio un recital de fútbol frente al Colonia. (Foto de fcbayern.de)

Hacía tiempo que no se le veía tan determinante y productivo

Si las lesiones le respetan y sigue motivado, podemos ver un Bayern muy poderoso al final de temporada, que tendría bien cimentadas las bases sobre las que se debe construir cualquier equipo según Johan Cruyff. "La estructura debe formarse a partir de un buen mediocentro y dos extremos desequilibrantes", afirmaba el genio holandés. Guardiola cuenta con Xabi Alonso como organizador del juego, y con Robben y Ribéry en la función de profundizar y generar las acciones ofensivas. Por lo que, resulta parte fundamental del plan que Franck rinda como lo hizo frente al Colonia, para que no caiga toda la resposabilidad en el tulipán y se genere la sensación de 'Robbendependencia'. La misión de desatascarle los partidos al ogro muniqués debe recaer a partes iguales para ambos.