Han pasado más de cinco años desde la última época dorada del Wolfsburgo. En la temporada 2008-2009 lograron alzarse con el título de la Bundesliga, el único en la historia del club, y clasificarse para la UEFA Champions League. Además, aquél equipo logró acabar con dos delanteros anotando más de 20 goles en una temporada por primera vez en el campeonato teutón. Tras caer eliminados de la Champions se vieron relegados a jugar la UEFA Europa League, donde consiguieron llegar hasta cuartos, eliminando a equipos como el Villarreal y el Rubin Kazan.

Tras seis temporadas, el Wolfsburgo vuelve a estar entre los grandes de Europa y ha logrado hacerse un hueco en todas las conversaciones de futbol gracias a jugadores como Kevin de Bruyne, Bas Dost o André Schürrle. Los lobos se han relanzado a la fama este 2015 gracias a brillantes actuaciones en la Bundesliga, donde ocupan la segunda posición, y en la UEFA Europa League, donde han igualado su mejor resultado llegando hasta cuartos de final.

El Wolfsburgo ha igualado su mejor marca clasificándose para los cuartos de la UEL (Foto: bola.net).

Sin embargo, el equipo de Dieter Hecking corre el riesgo de convertirse en una moda pasajera como ya le pasara al Athletic Club de Marcelo Bielsa o al Friburgo de hace un par de temporadas. Jugando en la fina línea entre lo que es un equipo de moda y una alternativa real, los lobos también dan síntomas de convertirse en un proyecto sólido capaz de consolidarse entre los grades equipos alemanes y europeos.

2015, trampolín a la fama

La temporada 2014-2015 empezó un poco floja en el Wolfsburgo, perdiendo el primer encuentro ante el Bayern de Múnich y empatando los dos siguientes. Poco a poco las cosas fueron mejorando y consiguieron encadenar seis victorias consecutivas. En la UEFA Europa League se repitió el cuento, con un inicio de la fase de grupos algo flojo que acabó con un buen resultado, siendo segundos de su grupo a solo un punto del líder. Al llegar Diciembre, los lobos cerraron la primera vuelta situados en la segunda plaza sin haber armado mucho ruido.

El Wolfsburgo fue de menos a más en Bundesluga y Eruopa League

En 2015 el Wolfsburgo empezó como una auténtica máquina, demostrando que la segunda plaza no era causa del azar. Con una sonada victoria por 4-1 ante el Bayern de Guardiola, los de Dieter Hecking se presentaron oficialmente al mundo del fútbol. Los buenos resultados en la Bundesliga se prorrogaron y se extendieron a la Europa League, donde han conseguido llegar hasta los cuartos de final dejando atrás equipos como el Sporting de Portugal y el Inter de Milán. El poco ruido que acompañó al equipo hasta finales de 2014 ha salido a la luz este 2015, cosa que no es nada rara teniendo en cuenta la progresión y competición que ha demostrado el equipo.

Estilo y jugadores de moda

Su estilo de juego, su capacidad goleadora -en 2015 el Wolfsburgo lleva 33 goles entre liga, copa y Europa League- y los buenos resultados conseguidos este año, han convertido al Wolfsburgo de Hecking en el equipo de moda. Los lobos se caracterizan por un juego muy ofensivo, basado en gran parte por defender bien y salir a la contra con jugadores veloces y con gran visión de juego. Este estilo resulta muy atractivo para el espectador pero el equipo corre el riesgo de descuidar demasiado los espacios si no defiende bien o si no se consigue trenzar bien el contragolpe.

En lo que va de 2015 el Wolfsburgo suma 33 goles en Bundesliga, DFB Pokal y UEL

Para solucionar esto, Hiecking cuenta con tres claves: el portero, la defensa y el centro del campo. Diego Benaglio, en la portería, ha demostrado tener la calidad suficiente para transmitir seguridad a su equipo. En el eje defensivo, Naldo y Ricardo Rodríguez son el alma, un muro casi infranqueable que, además, tienen cierto olfato goleador. En el centro del campo es donde mejor carbura el equipo, habitado por jugadores veloces, con visión de juego y con sacrificio para poder defender. Vieirinha, Kevin de Bruyne y Luiz Gustavo lideran la sala de máquinas de los lobos.

Sin embargo, el Wolfsburgo es todavía un equipo joven y con cierta falta de experiencia. En los últimos años ha estado de forma casi asegurada entre los diez primeros de la Bundesliga pero nunca había alcanzado un ritmo de competición tan elevado. Es un equipo que juega tres competiciones, con lo que cada semana tiene dos partidos asegurados, y con unos jugadores inexpertos en estos casos, a final de temporada podría acusar el esfuerzo y pegar un bajón importante. Las comparaciones son odiosas pero el Athletic Club de Marcelo Bielsa ya demostró que la falta de experiencia i el exceso de esfuerzo pueden costar muy caros al final de temporada y se puede pasar de ser el equipo de moda a un equipo mediocre.

De todos los nombres que suenan del Wolfsburgo, hay uno que está claramente de moda: Bas Dost. El delantero holandés ha conseguido que gran parte del planeta fútbol hable de él gracias a un año 2015 en el que ha conseguido grandes resultados. Se trata del jugador de moda del equipo de moda, Dost ha anotado 16 goles en lo que va de temporada, un gol menos de los que consiguió sumando sus dos primeras temporadas con los lobos en todas las competiciones. Desde que el equipo se consolidó como el equipo de moda del 2015, Dost ha conseguido 12 goles sumando todas las competiciones, incluyendo un “póker” para vencer 4-5 al Bayer Leverkusen.

Bases claras para ser la alternativa

El Wolfsbugo va más allá de ser el equipo de moda de esta temporada, quiere convertirse en una alternativa real y consolidarse entre los grandes en Alemania y en Europa. Hecking ha conseguido formar un equipo competitivo y un bloque único que se entiende a la perfección dentro y fuera del campo. El club ya ha movido hilos para asegurarse de que todo sigue igual en un futuro inmediato, mediante fichajes pensados para asegurarse un futuro y renovaciones de jugadores claves para mantener el proyecto.

En la manada de los lobos hay dos nombres que dan cuenta clara de que se ha creado un equipo pensando en el futuro, dos jugadores que ya son importantes en el presente y que se espera que sean la base inapelable del proyecto del Wolfsburgo que lidera con mano firme el entrenador Dieter Hecking.

Kevin de Bruyne: el jugador belga es una de las perlas del fútbol europeo y una de las piezas claves del éxito de este Wolfsburgo. Entre goles y asistencias, de Bruyne ha participado de manera directa en 37 de los 84 tantos anotados en las tres competiciones, o lo que es lo mismo, el 44% de los goles del Wolfsburgo han nacido de las botas del belga. De Bruyne aporta calidad, visión de juego y una magia que le hace especial. Es el motor incombustible del centro del campo, la pieza clave que permite funcionar el engranaje a la hora de conducir el contragolpe y de conectar ese centro del campo con la delantera, demostrando una y otra vez su calidad y su gran inteligencia a pesar de ser un jugador tan joven. El presente del Wolfsburgo va de la mano del belga pero el equipo todavía necesita asegurarse su futuro. A pesar de tener contrato con los lobos hasta 2019, su gran temporada está creando muchos rumores sobre posibles fichajes por parte de grandes equipos europeos.

André Schürrle: el Wolfsburgo demostró en el mercado invernal que no es solo un equipo de moda y que quiere asegurarse un futuro de mucho nivel con la incorporación del jugador germano. Los lobos pagaron 30 millones de euros al Chelsea para repetir el bombazo invernal que ya consiguieron la pasada campaña con el fichaje de De Bruyne. Al igual que el belga, Schürrle abandonó la disciplina del conjunto londinense para formar parte de la manada de los lobos hasta 2019, de manera que el club germano demostró una apuesta fuerte de cara a un futuro nada lejano. El internacional y campeón del mundo con Alemania todavía se está adaptando al nuevo club pero en dos meses ya cumplidos ha demostrado que su fichaje no se debe a la moda que rodea al equipo. Schürrle todavía no se ha estrenado como goleador con la elástica blanquiverde pero las sensaciones que ha dejado en el terreno de juego hasta la fecha son muy buenas y le auguran un buen futuro en el Wolfsburgo.

El proyecto que han creado Dieter Hecking y el Wolfsburgo da señales de tener un buen futuro, que llevará al conjunto teutón a asentarse entre los grandes y fijos a la lucha por la Bundesliga junto al Bayern de Múnich y al Borussia Dortmund -a pesar de la floja temporada de los de Klopp-, y a hacerse un hueco entre los equipos importantes en Europa. De momento, cuando quedan ocho jornadas para finalizar el campeonato teutón, el Wolfsburgo parece tener segura la segunda plaza de la clasificación. De esta manera, los lobos se asegurarían disputar la UEFA Champions League el siguiente curso, lo que supondría el broche de oro a una temporada de éxito. Sin embargo, el tiempo dictará sentencia y demostrará si este Wolfsburgo es una moda pasajera o consigue alzarse como una alternativa real a los grandes del viejo continente. Teniendo en cuenta como pintan la cosas y la solidez que ha demostrado el proyecto de los lobos, parece que tendremos Wolfsburgo para rato.