En los casos en los que un equipo hace un papel inesperado en una temporada debido a su gran posición en la tabla, todo el mundo espera que en dicho equipo se produzca la llamada “desbandada”, con todo lo que eso suele perjudicar la siguiente temporada. El FC Augsburgo ha demostrado ser un ejemplo de, con una suma de dinero limitado y confiando en un entrenador joven, con ganas de demostrar y con bastante calidad, cómo mejorar incluso la temporada pasada y clasificarse para las competiciones europeas por primera vez en su historia.

Habiéndose ya olvidado de aquel equipo que se salvaba en las últimas jornadas y que todas las temporadas partía como claro favorito al descenso, este año el equipo bávaro, a pesar de las dudas de las primeras once jornadas, ha sido un habitual en los puestos altos de la tabla. A partir de esa jornada los de Weinzierl no bajaron del sexto puesto, alcanzando en ocasiones posiciones de Champions League y luchando por dichas posiciones.

Trayectoria de la temporada

Sin embargo, el inicio de temporada no fue el mejor. Las derrotas ante Hoffenheim y Dortmund, sumadas a la eliminación en la DFB Pokal a manos del Magdeburgo, presagiaban una temporada más tormentosa que la anterior. El equipo empezaba con alguna duda, pero la confianza en el proyecto era máxima

Cuatro victorias consecutivas ante Paderborn, Stuttgart, Hamburgo y Colonia ponían a los bávaros en posiciones dignas de la tabla. Incluso con esto, seguían siendo un conjunto basado en las rachas, encajando luego varias derrotas seguidas y, de nuevo, victorias que les mantenían en la cabeza.

Tras empezar a ver tanto a Schalke por arriba cómo a Dortmund por abajo como posibles rivales, pues posición amenazaba a la del Augsburgo, al equipo le entraría el tembleque y entre mediados de marzo y abril sólo lograría cuatro puntos de los 18 posibles, lo cual mermaría toda posibilidad de finalizar la liga en posiciones de Liga de Campeones. Incluso con una racha un tanto mala, llegarían victorias de mérito, cómo la del Wolfsburgo, Dortmund o Borussia Mönchengladbach, tanto en su campo cómo en el SGL Arena.

Pero si hay un partido que sin duda describe la histórica temporada del Augsburgo fue la victoria, por primera vez, en el Allianz Arena ante el Bayern de Múnich, a la postre campeón. Un taconazo de Raúl Bobadilla, muy probablemente el jugador más decisivo del equipo, clavó por primera vez la bandera fuggerstädter en Múnich, dejando una candidatura europea tan sólida cómo la victoria ante un equipo que, aun pasando un momento delicado por las semifinales de Champions League, era el vigente campeón y era el rival “prioritario” en la historia de un FC Augsburgo que, por fin, logró otro hito.

La victoria por 1-3 ante el Borussia Mönchengladbach cerró un redondo año qué ya está en el museo del SGL Arena cómo el más brillante en la historia del equipo, museo de un estadio que ha sido absolutamente determinante en conseguir un objetivo ansiado. Sólo Borussia Dortmund, Bayern de Múnich y Hannover se han ido con las manos llenas del estadio bávaro, consiguiendo en dicho estadio durante la primera vuelta 18 de 24 puntos posibles.

Once ideal de la temporada

Todo buen equipo basa su “secreto”, su “buen hacer”, en una estructura sólida, con pocas fisuras y fiable. Eso es lo que ha sido el equipo de la mano de Markus Weinzierl. El técnico, nacido en Straubing, ha logrado al fin establecerse cómo uno de los técnicos más prometedores del fútbol europeo, confirmándose aun más tras la espectacular temporada de su equipo. Fue nombrado en 2012, y en su primera temporada (la segunda del Augsburgo en Bundesliga) consiguió mantener al equipo de manera justa, dejándolo 15º. En su segundo año se empezó a ver más su mano, y con mucho mérito el Augsburgo fue octavo. Este año, ya se ha elevado a un grado superior, y habiendo renovado hasta 2019, su futuro se plantea brillante.

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El técnico siempre ha utilizado, durante la presente temporada, el esquema 4-2-3-1, a excepción de partidos con más necesidad defensiva, jugando en dichas ocasiones con un 4-5-1. En la portería, este ha sido el año final de la consolidación de Marwin Hitz como portero en la Bundesliga. Tras un año en el que Manninger y el propio suizo se disputaban la portería, Hitz se ha acabado imponiendo por calidad, pese a que a sus 27 años no es el más joven precisamente. Incluso, se permitió el lujo de anotar un gol en la Bundesliga: el empate ante el Leverkusen, en casa, se logró gracias a un gol suyo en un córner, logrando un punto que sería totalmente trascendente al final.

En la defensa, la gran aparición es la de Abdul Babá en el lateral izquierdo. El jugador ghanés, fichado del Fürth, ha rendido a las mil maravillas y ya ha sido sondeado por clubes de mayor presupuesto en la liga alemana. El haber disputado la Copa África con Ghana se notó en el equipo, que bajó su rendimiento sin Babá. El otro lateral, el derecho, ha tenido más disputa que en otras ocasiones. Feulner y Verhaegh, el cual ha tenido varias lesiones en el curso, se alternaron el puesto. Los centrales más habituales han sido Klavan (con mucha diferencia de minutos, siendo más que indiscutible) y Callsen-Bracker, siendo sustituido en los últimos partidos de liga por el coreano Hong, debido a una lesión.

Kohr y Baier han formado un doble pivote muy equilibrado, en el que, mientras que Kohr ha sido el jugador de tono más defensivo, Baier era el encargado de salir de su posición y llegar algo más a posiciones de ataque para intentar distribuir. Esta temporada, les ha faltado algo más de competencia posiblemente. Para esas posiciones vienen fuertes jugadores del filial, cómo Schuster, Uhde o Reinthaler, cuyo protagonismo crecerá, sobre todo por la edad de Baier (31).

La mediapunta ha sido una posición ocupada en la mayor parte de la temporada por Halil Altintop, aunque tras la llegada de Hojbjerg, cedido desde el Bayern, el jugador turco ha disputado menos minutos, siendo siempre titular, eso sí. Aunque su rendimiento no ha sido el del año pasado (10 goles en la temporada 2013/14 por tres goles en la recientemente acabada) Halil ha sido una pieza clave en el esquema de Weinzierl, y sólo le han podido parar unas lesiones musculares al final de la temporada. Testimonial ha sido el papel de Moravek, lesionado del ligamento cruzado para todo el curso.

Werner ha sido el único puramente habitual por los extremos, ocupando la banda derecha y mejorando incluso las cifras de su anterior año, habiendo anotado 5 goles más. Su sustituto, cuando así se ha requerido, ha sido un eficiente Caiuby, que ha aprovechado sus pocos minutos para hacer un buen papel. En la otra banda Feulner era el jugador titular, hasta la lesión de Verhaegh en el lateral, lo que hizo que Feulner tuviese que retrasar su colocación para que fuera Esswein el que ocupase la demarcación.

Y la delantera es para el jugador del FC Augsburgo que más ha mejorado esta temporada; un jugador que, a pesar de que tiene ya 27 años, ha logrado explotar en una liga de primer nivel y se ha consolidado cómo un jugador de confianza. Raúl Bobadilla termina el año con una buena cifra de 10 goles y 2 asistencias, sobrepasando al fin la barrera de los 2000 minutos jugados. Ahora, cómo premio, le espera un vuelo a Chile para disputar con Paraguay la Copa América. Por detrás, un Tim Matavz que venía con muchas expectativas depositadas por los aficionados y que ha acabado siendo una completa decepción. En cuanto al resto, a Molders no le ha perdonado la edad y a Djurdjic la adaptación a la Bundesliga le ha costado demasiado. Ambos jugadores han marcado tan solo un gol cada uno. En segundo plano se encuentra Dong-Won Ji, que ha demostrado estar todavía muy verde para la Bundesliga.

Jugador del año: Raúl Bobadilla

El argentino-paraguayo ha sido el hombre más determinante del espectacular año del equipo bávaro. Junto a lo ya dicho anteriormente, queda por decir lo trascendente que fueron los tantos que anotó, no siendo lo único que aporto al equipo por su naturaleza de ser un 9 que baja al centro del campo a recibir y que genera muchas ocasiones. Todos los goles que el sudamericano anotó sirvieron siempre para sumar puntos al equipo, con excepción del 2-3 ante el Borussia Dortmund. Hecho éste que demuestra su total trascendencia en el equipo, puesto que sus tantos sirvieron para que el Augsburgo sumase 15 puntos más, una cifra excelente.

Jugador revelación: Abdul Babá

El lateral ghanés ha sido, en cuanto a esperanzas iniciales y rendimiento, uno de los mejores defensas de la Bundesliga. Indiscutible en la banda izquierda, donde ofensivamente también ha aportado mucho, fue fichado del Greuther Fürth (de la 2. Bundesliga) por 2 millones y medio de euros, y la inversión ha sido más que rentabilizada, incluso con la posibilidad de un futuro traspaso, con clubes cómo el Chelsea o cómo el Atlético de Madrid. Factor que sirve para hacerse a la idea del potencial futuro económico y futbolístico que este jugador podría tener.

Jugador decepción: Tim Matavz

El esloveno vino entre muchas ilusiones como el fichaje estrella de la presente campaña, pero su papel ha sido muy discreto para lo que se esperaba. Tras llegar por cuatro millones de euros procendente del PSV Eindhoven, el delantero sólo ha logrado anotar tres goles en 16 partidos, teniendo además la mala suerte de lesionarse del ligamento. A pesar de su pésimo papel, su futuro se plantea todavía con posibilidades a pesar de la buena racha de Bobadilla, que ocupa su mismo puesto. Deberá hacerlo el año que viene, pudiendo tener más oportunidades en la DFB Pokal o en la UEFA Europa League.