Ahora resulta que Fernando Torres ha vuelto. Estaríamos hablando de todo lo contrario si el zapatazo se le va fuera y Given saca su segundo gol con la punta de la bota. Trapattoni airea que Del Bosque tiene la gran suerte de poder elegir entre grandes futbolistas e incluye expresamente en la nómina al delantero de Fuenlabrada. Si Torres no hubiese metido dos goles ante Irlanda, le estarían cayendo palos por doquier, ya le habrían sacado del once inicial frente a Croacia. El chaval volvió a afirmar después del partido que el colectivo está por encima de todo y que entendería quedarse en el banquillo si así lo decidiera el míster. Casi casi como Cristiano. Lo único cierto es que Torres volvió loca a la defensa irlandesa y sus medidos movimientos facilitaron la brillante creación artística de Xavi, Iniesta y Silva. Tan cierto como que nada tienen que ver la plana Irlanda y la competitiva Italia. Pero sí se pudo constatar que la potencia y la capacidad de desmarque del jugador del Chelsea son plenamente compatibles con el último pase de los que juegan por detrás, especialistas clarividentes, en cuanto haya algo de espacio entre la defensa y la portería. España jugó con un delantero, fijando siempre a la zaga rival, y sus artistas más genuinos, tres de ellos, firmaron el recital de casi siempre.

Sí hubo un sacrificado en relación con el partido contra Italia, Fàbregas. Siempre le toca a él. Del Bosque prefiere a Xabi Alonso, lo dejó claro desde que llegó, y Cesc asume como puede que su sino es salir al campo en las segundas partes, salvo que se produzca alguna anomalía como la de jugar sin delantero para mantener el doble pivote acostumbrado. De cualquier modo, el de Arenys siempre responde, en la abundancia y en la adversidad, con calidad y con goles, uno en cada partido de esta Eurocopa. Dos golazos. Pero se le ve triste, quedó patente cuando no celebró el cuarto a Irlanda. Se tendrá que resignar. Hay muchos compañeros que aún no han jugado un solo minuto. Fàbregas atesora calidad suficiente para liderar cualquier equipo o selección del planeta, pero hay otros tres jugadores que poseen tanta o mayor calidad que él. El quid de la cuestión está en el doble pivote, no en el 9. Ya lo decíamos después del empate con Italia, que el problema era de número de jugadores presentes en determinadas zonas, más allá de nombres propios e incluso características individuales. No hubiese sido descabellado poner a Fàbregas de 9 frente a los italianos, o ante Irlanda, pero sí lo fue obligarle a defender para recuperar el balón y volverlo a subir. Eso no es un 9, ni falso ni tampoco mentiroso, sino un centrocampista más condenado a concluir la jugada, sin opción para la búsqueda de alguien más adelantado y mejor situado para definir. También sin la potencia necesaria para romper en velocidad, menos aún cuando ya se lleva trecho recorrido.

Del Bosque deslizó después del apabullante triunfo sobre los irlandeses que quizás no les faltase razón a aquellos que echaron en falta un delantero en el debut. Siempre sabio y generoso el salmantino, quizás consciente de su equivocación, o con dudas. Eso sí, la selección terminó sin un delantero específico su segundo partido, pues fue Fàbregas quien sustituyó a Torres, ya con el 3-0, necesario para que un empate baste frente a Croacia. Ni Llorente ni Negredo disfrutaron de minutos. Guiño de Del Bosque a los merecimientos del catalán o quizás un regreso fugaz al plan original equivocado. Da igual porque queda claro que jugar con delantero, con un especialista del gol, se hace imprescindible. Para alargar el campo, fijar defensas, abrir espacios y llegar en condiciones óptimas a los últimos metros. Como con Torres ante el discreto equipo  de Irlanda. Sí llama también la atención que Xabi Alonso dejase su sitio a Javi Martínez incluso antes de la sustitución del único 9 que hasta ahora se ha estrenado en la Eurocopa. El joven del Athletic sí es más apropiado que Alonso para sacar el balón y filtrarse con los artistas, pero su presencia no supondría arreglo al desajuste numérico actual, ya que Busquets estaría ahí y habría que quitar siempre a otro. Lo natural sería que Xavi saliese desde atrás, en vez de retroceder para hacerse con el balón e iniciar la jugada, como sucedió ante Italia.

Trapattoni tiene claro también que España y Alemania son las dos grandes favoritas, que lo de Xavi y sus compinches es más una orquesta que un equipo. Los vigentes campeones regresaron a su estilo habitual en la era Del Bosque con un brillante triunfo sobre la escuadra del veteranísimo maestro italiano. No debe servir de referencia para próximos compromisos debido al nivel técnico del adversario, pero sí para cerciorarnos de que al fútbol se juega con delanteros, que esto no es fútbol sala, que el campo es mucho más grande y hay que cubrirlo y utilizarlo lo mejor posible. Ahora se supone que Torres ya es incuestionable por sus dos goles, aunque quizás haya que considerar antes su excelente momento físico y esa potencia descomunal que le da ventaja  en cuanto hay un metro que aprovechar. Con espacio se convierte en un atacante temible. Además es de los más mediáticos del fútbol mundial, por su éxito como goleador en la Premier, tanto para lo bueno como para lo malo. No ha hecho más que meter dos goles en la Eurocopa y ya su imagen invade la madrileña Puerta del Sol como por arte de magia, en sustitución del entrañable anuncio de Tío Pepe (foto de abajo). Son otros tiempos. De multinacionales y efectos. Muchos le estaban esperando. Torres debe andar ahora muy tranquilo, liberado de mucha presión y demasiadas comeduras de tarro. Vuelve a ser el de siempre, ya hasta hace goles en el mejor escaparate. Si está, meterá más, aunque falle otros, él siempre arriesga allí donde otros no osan acercarse. Y no le ha ido mal.

Ni a él ni a su amigo Petón, otra de las sensaciones de esta Eurocopa, por sus cuentos y su encomiable y exclusivo discurso futbolístico, apto y didáctico para todos los públicos, exquisito para los futboleros de toda la vida. Todo un lujo para los telespectadores. Habrá que dedicar un post de estos a Petón… jajajajjaa… Nos lo imaginamos instruyendo al personal en alguna cervecería polaca de renombre internacional o en alguna vieja taberna en el corazón de la estepa ucraniana, con un piano allá en lo oscuro que evoca a aquella desnutrida dama, bella como pocas… Para otro rato.

    

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Sobre el autor
José Manuel Díaz
Una constante en mi vida profesional ha sido no engañar al oyente, telespectador o lector. Apuesto por internet convencido de que se trata del medio de comunicación más limpio, libre y democrático. Y con el compromiso de que todo lo que pueda aportar nunca buscará que mis intereses particulares prevalezcan sobre los generales. Una premisa me ha acompañado a lo largo de mi trayectoria profesional: cada vez que me he puesto ante un micrófono o he tenido que plasmar algo por escrito, lo primero que he tenido siempre en cuenta ha sido el destinatario del mensaje.