El fútbol francés es de marcado carácter formativo. Una de las mejores canteras del mundo, de cuyas academias han salido auténticos reyes del balón, como Michel Platini, Zinedine Zidane o Thierry Henry, pasando por Desailly, Deschamps, Blanc o Thuram, hasta los actuales Benzema o Lloris. Fuera de los clubes, el mayor secreto del fútbol formativo galo es la academia de Clairefontaine, la de la FFF. Un centro de entrenamiento de altísimo nivel, propiedad de la federación gala, la casa de la Selección francesa.

Clairefontaine, el inicio de todo

Abierto en 1988, el Centre Technique National Fernand-Sastre, más conocido como la academia de Clairefontaine, debe su nombre a Fernand Sastre, presidente de la FFF entre 1972 y 1984, fallecido en 1998. Situado en Clairefontaine-en-Yvelines, en pleno bosque de Rambouillet, a apenas 50 quilómetros de París, se trata de un centro de preformación, dirigido a jóvenes futbolistas de entre 13 y 15 años, y también lugar de entrenamientos y cuartel general de todas las selecciones francesas, desde la absoluta, tanto a nivel masculino como femenino, pasando por todas las categorías inferiores.

Clairefontaine es propiedad de la FFF, un centro de preformación dirigido a jóvenes futbolistas de entre 13 y 15 años

Asimismo, fue la residencia de los campeones de 1998 en el Mundial jugado en tierras francesas. En Clairefontaine se empezó a cimentar el triunfo galo, de la mano de Zidane, Djorkaeff, Deschamps, Blanc, Lizarazu, Thuram, Desailly, Barthez y cía. Se blindaron para evitar la presión popular, generada por la emoción y las altas expectativas producidas en torno a les Bleus. Y no se puede decir que tuviera malos resultados, pues aquello cambió para siempre el fútbol francés.

La academia cuenta con siete campos de fútbol de césped natural, incluyendo el campo Michel Platini, dedicado a la selección francesa profesional, en el que los pros entrenan durante las concentraciones, y un terreno de competición, con campo, gradas y vestuario. Además, también dispone de dos campos de césped sintético, aparte de un gimnasio, sala de musculación, pistas de tenis, y un centro médico que posee equipamiento de altísimo nivel para el trabajo muscular, el tratamiento de lesiones, la kinesioterapia, la recuperación, piscinas, saunas y todo aquello que el joven futbolista pueda necesitar a la hora de desarrollar su físico.

Posee instalaciones de altísimo nivel para el desarrollo de los jóvenes jugadores

El centro de formación de Clairefontaine es para futbolistas cuyas edades estén entre los 13 y 15 años, ya sean chicos o chicas, tengan la nacionalidad francesa y vivan y jueguen en la Île-de-France, aunque también están admitidos jóvenes de los departamentos de Seine-Maritime y Eure. Para entrar a la academia, hay que pasar un exigente proceso de preselección y admisión, coordinado en los diferentes distritos de la Île-de-France, para finalmente ser 22 los elegidos de cada generación, como máximo.

Una experiencia de vida

Los jóvenes proyectos de futbolistas viven y entrenan de lunes a viernes en Clairefontaine, teniendo el fin de semana libre para visitar a sus familias y jugar con sus equipos, pues pueden seguir perteneciendo a sus clubes de origen. Los estudios juegan un papel capital. Como en todos los centros de formación, los jóvenes deben obtener buenas notas y llevar sus estudios al día, y eso se les inculca desde bien pequeñito. Deben ser conscientes de que las opciones de tener éxito en el fútbol profesional son limitadas, por tanto deben formarse en la vida. Más allá de una escuela de fútbol, en Clairefontaine se ayuda a los chicos en su formación personal, se les hace madurar a la vez que progresan en el deporte. Es una experiencia de vida.

En lo futbolístico, la formación en Clairefontaine se sustenta en varias bases. Buscan hacer los movimientos del futbolista más rápidos y mejores, enlazar movimientos con sentido, mejorar el uso del pie menos bueno, conocer y trabajar las debilidades en el juego del futbolista, desarrollar los factores psicológicos y la personalidad, progresar en las habilidades técnicas, trabajar en el físico, mejorar las habilidades, como controlar el balón, conducirlo, el regate, el chut, el pase y todos los gestos técnicos del fútbol, y sobre todo, entender el aspecto táctico del juego. Es decir, ayudar al poseedor del balón, apoyar, pasar el balón y seguir el movimiento, el juego de posición y el movimiento al espacio, los desmarques e infinidad de aspectos que se trabajan en la academia.

El trabajo bien hecho ya ha dado frutos para el fútbol francés, pues en Clairefontaine pasaron dos años de sus vidas jugadores de la talla de Rothen, Matuidi, Anelka, Saha, Gallas o Ben Arfa, y sobre todo, el máximo goleador de la historia de la selección francesa, un elegido, uno de esos reyes del balón, Thierry Henry, quién estuvo a punto de no entrar por sus problemas con los estudios. Así es Clairefontaine, uno de los mejores centros de formación del mundo, la casa del fútbol francés. Es el campo de los sueños.

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Sobre el autor
Alejandro Rodríguez
Una persona es juez de sus actos, y árbitro de su destino. Un cabezazo de Basile Boli en Munich, una volea de Zidane en Glasgow. Escribo sobre fútbol internacional en VAVEL.