Partido de necesidades. Tanto Montpellier como Lyon llegaban a este encuentro habiendo sumado tan sólo cinco de los últimos quince puntos disputados. Los locales acumulan cinco empates consecutivos, mientras que los cinco últimos puntos logrados por el cuadro lyonnais provienen de una victoria y dos empates. 

Se plasmó esa necesidad sobre el campo desde el primer minuto. Sin embargo, el ímpetu y las ganas superaban al buen juego, lo que desembocó en un inicio bastante trabado. Los locales trataron de hacer daño con balones largos a la espalda de la defensa rival, y fruto de ello llegó la primera ocasión. Montaño superaba a Bedimo y sacaba el centro, que Mounier remataba demasiado cruzado y Cabella no acertaba a empujar el balón a la red cuando Lopes ya estaba en el suelo.

El Montpellier había salido mucho más intenso y acabó logrando el premio del gol minutos más tarde. La jugada empezó de forma similar, aunque esta vez era Camara el que caía a la espalda de Bedimo, para que Montaño  se encargase de hacer el primer gol tras una buena asociación de Stambouli y Cabella en el área. Pero no tardó en responder el Lyon, que enseguida dispuso de dos ocasiones para hacer el empate. Primero fue Jourdren el que evitaría un buen remate de Briand y acto seguido Gomis cruzaba en exceso su cabezazo.

Cambio de guion tras el gol

El partido estaba abierto, intenso y por ende bonito, pero ahora era el Lyon el que debía tomar la iniciativa. Los locales dieron un pasito atrás y la presión de Cabella y Montaño era fácilmente superada por los de Remi Garde, aunque progresar en zonas más adelantadas ya les resultaba más difícil.

Poco a poco el Lyon ganaba en profundidad y lograba encerrar al Montpellier en su campo, haciéndose dueño del balón y acumulando largas posesiones en zona de tres cuartos, y de nuevo gozaban los visitantes de una doble ocasión. Jourdren repelió una volea de Briand que llevaba mucho peligro y su despeje daba lugar a una nueva ocasión, con un remate de cabeza un tanto blandito que esta vez Jourdren lograba retener.

Mazazo al borde del descanso

Justo antes del descanso, cuando más cerca parecía estar el gol visitante, Cabella –que venía de fallar una clara ocasión tras una buena contra- botaba un córner que Mounier, totalmente libre de marca, sólo tuvo que empujar a gol. El remate no fue excesivamente bueno, pero Lopes apenas tuvo tiempo para reaccionar. No había peor forma de llegar al descanso para el Lyon.

Salió volcado el equipo visitante, pues el marcador lo exigía, pero a punto estuvo de costarles un nuevo gol en una vertiginosa contra dirigida por Cabella, que cedía el balón a Mounier, quien mandaba su disparo a las nubes. Perdonó el Montpellier y no tardó en pagarlo. Lacazette, que había estado algo desaparecido en la primera mitad, conectó un disparo desde unos treinta metros que Jourdren, poco acertado esta vez, veía colarse entre sus piernas. Tardó en encontrar la recompensa el Lyon, pero aún quedaba tiempo suficiente para lograr la remontada y los visitantes transmitían mejores sensaciones.

Mejores sensaciones, sí, pero el peligro estaba latente en cada contra local. Cabella y Mounier habían perdonado en las dos anteriores, pero esta vez el balón fue a parar a las botas de Montaño, más rápido que nadie, que se anticipaba a la salida de Lopes y forzaba un penalti muy claro. De nuevo llega el gol del Montpellier cuando mejor estaba el Lyon, pues Cabella transformó el penalti.

Movió el banquillo Garde, pero sin apenas repercusión en el campo. Mientras tanto, el Montpellier seguía a lo suyo, esperando el fallo rival y castigándolo sin piedad. Una vez más, un balón a la espalda de la defensa lyonnais iniciaba una jugada de peligro. Ahora era Cabella quien aparecía en banda izquierda para hacer el cuarto con una buena definición ante Lopes. Apenas dos minutos después, en una acción similar, aparecía nuevamente Cabella por la banda para servir un centro perfecto  que Montaño aprovechaba para hacer su doblete personal. El Montpellier puso la puntilla a su rival y al partido, pues poco más ocurrió en los minutos posteriores.

Bajó los brazos el Lyon, herido por el excesivo castigo recibido, y su superioridad fue decayendo a medida que se acercaba el final. Además, por si el resultado no fuese suficiente castigo, Gonalons veía la segunda amarilla y se perderá el encuentro frente al Girondins.