Duelo entre aspirantes al título el que se vivió esta 12ª jornada de Ligue 1 en el Metropole de Lille. El equipo local llegaba al encuentro en una buena racha de tres partidos consecutivos logrando los tres puntos, con el segundo puesto de la clasificación a tiro. El Mónaco, visitaba la norteña ciudad francesa sin conocer la derrota en liga, con la moral alta a pesar de su reciente y sorprendente eliminación de la copa a manos del Reims.

Con la segunda posición liguera en juego, ambos conjuntos salieron con sus esquemas habituales en las últimas jornadas. Tres centrocampistas con recorrido y otros tres puntas con mucha velocidad y movilidad, por parte del Lille. El Mónaco partió con un doble pivote y Moutinho enganchando, con extremos a banda cambiada y Falcao en punta.

El Metropole lucía sus mejores galas, anticipando la gran noche que iban a disfrutar sus aficionados. Hazard, héroe y leyenda local, ahora en el Chelsea, fue el encargado de realizar el saque de honor bajo la ovación de un estadio volcado con el jugador que les comandó al título pocos años atrás.

Sin dinero, pero con garra

La diferencia de presupuesto entre ambas plantillas no supuso un escollo para los locales, que salieron espoleados por el griterío de los aficionados. El Lille inició el encuentro con mucho ritmo, presionando y buscando la portería contraria. Sin embargo, James Rodríguez estuvo a punto de silenciar al estadio, pero se entretuvo colocando el balón a su pierna izquierda y Basa taponó el disparo. El colombiano se había plantado solo en el área.

El alto ritmo de juego provocaba muchas imprecisiones por ambos bandos. Esta situación favorecía al Lille, menos acostumbrado a dominar los partidos y con un centro del campo de ida y vuelta, muy físico. El Mónaco no conectaba con Moutinho ni con James, por lo que Falcao tampoco recibía más balones que los que le enviaban sus centrales. Solo Ferreira Carrasco aportaba algo de desequilibrio en el uno contra uno, mostrándose activo durante toda la primera mitad.

Ante la falta de ocasiones, cualquier jugada a balón parado podía decantar un encuentro en el que el Lille se estaba mostrando más sólido. Un córner botado desde la banda derecha, lo cabeceó Basa y, cuando Obbadi se disponía a sacar el balón en la línea, Roux lo desvío para poner el 1-0 en el marcador. 

A raíz del gol, llegaron las ocasiones más peligrosas. Roux pudo ampliar la ventaja apenas un minuto después de su primer tanto, con un disparo desde fuera del área. El Mónaco también tuvo la suya, en las botas de Falcao que no supo aprovechar que Enyeama no se encontraba en la portería, debido a una mala cesión de Kjaer.

Enyeama tocado con varita

Tras el descanso, Ranieri sorprendió dejando en los vestuarios a Ferreira Carrasco, el mejor de los monegascos en el primer periodo, para dar entrada a Riviere. El Mónaco pasó a jugar con dos puntas y el equipo lo notó. Bien es cierto que el Lille, con el paso de los minutos, fue reculando cada vez más.

Con el Mónaco dominando, llegó el turno del Enyeama. El nigeriano dio un recital de reflejos y buenas intervenciones cuando su equipo más lo necesitaba. Sacó un pie prodigioso en un mano a mano con Riviere y, más tarde, una gran mano a Falcao que se encontraba solo en el área. Esta última intervención, precedió al gol al contragolpe del Lille. Cuatro atacantes contra dos defensores, contraataque de manual: fijar los centrales, balón a un costado y pase al segundo palo. Condujo Kalou, pasó a Mavuba y el centrocampista la puso para que Roux solo tuviera que empujar el 2-0

Este segundo tanto sentenció un encuentro que aún pudo volver a ponerse emocionante, pero los visitantes se toparon otra vez con el guardameta nigeriano. Enyeama realizó una doble parada, a Falcao y Riviere, que terminó de volcar a una afición en éxtasis. Con el pitido final llegó el comienzo de la celebración.

Gran victoria del Lille, que se coloca segundo de la clasificación, superando al propio Mónaco. Los de Rene Girard suman cuatro victorias consecutivas y, de momento, plantan cara a los ricos de la liga. Muy buena imagen del equipo norteño que marcó el primero siendo superior y el segundo cuando se encontraba contra las cuerdas. Por otro lado, el conjunto de Ranieri tendrá que digerir pronto esta primera derrota de liga, que sucede al desastre de la Copa, con la mirada puesta ya en la próxima jornada: la visita del Evián al principado. Tercero, a tres puntos del PSG, no es una situación catastrófica, aunque si que empiezan a introducirse en una dinámica preocupante.

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