La visita del Stade de Reims a Marsella cerraba la jornada de Coupe de France. Uno de los cuatro enfrentamientos entre equipos de la máxima categoría en esta ronda. Un desplazamiento difícil, aunque la situación inclinaba un tanto la balanza. El Olympique sumaba una victoria en los últimos seis encuentros, con la destitución de Elie Baup por medio. El Reims tres partidos ganados de los últimos cinco.

Sin embargo, el OM es un grande venido a menos pero con cuerda aún. Los de Anigo salieron dispuestos a poner contra las cuerdas a los visitantes y tardaron apenas veinte segundos en tener la primera ocasión. Buen centro de Abdallah que Gignac remató en el segundo palo obligando a Placide a intervenir para salvar los muebles. Instantes después, Payet recibió en la frontal y sin pensarlo disparó de volea, estrellando el balón en el travesaño.

Payet y Gignac sembraron el caos en los primeros minutos, en un asedio del que el Reims salió sorprendentemente ileso. Placide y el desacierto tuvieron mucha culpa de ello. Con el paso de los minutos los de Hubert Fournier fueron entrando en el encuentro, a pesar de que en la faceta ofensiva incurrían en fuera de juego con facilidad. Atila Turan tuvo la mejor, en un disparo de falta que desvió el debutante Samba.

El primer tiempo fue perdiendo ritmo paulatinamente. Apenas algún chispazo de Thauvin y muchas imprecisiones. Un codazo de Gignac a De Preville pudo cambiar el signo del partido, pero el colegiado Wilfried Bien no vio la acción.

Disparar contra un muro

Tras el descanso, ambos equipos tardaron en entrar en calor y el ritmo continuó bajo durante el primer cuarto de hora. Volvió a aparecer Gignac rondando la hora de partido, con una volea desviada. A raíz de esta jugada y, tras los cambios, el partido se volvió frenético. Payet, Gignac y Khalifa llegaban con facilidad a las cercanías de la meta de Placide. Atar y Ayite tuvieron en sus botas la victoria del Reims también, pero el primero se estrelló con el poste y el segundo la mandó fuera con Samba fuera de sitio.

La última media hora de la segunda mitad, fue un asedio del Olympique de Marsella, comparable al de los primeros minutos. Cada pocas jugadas creaban una ocasión de verdadero peligro y en todas volvían a chocar contra el mismo muro, Placide. A veces por acierto del guardameta y otra por demérito de los delanteros, el tiempo reglamentario se iba agotando y el marcador inicial no variaba. 

En los últimos compases, Placide detuvo por dos veces un tiro a bocajarro de Khalifa, sobre la línea y desde el suelo la segunda. Además, desbarató un mano a mano a Gignac en el descuento, frustrando al delantero marsellés. Lo que pudo ser perfectamente un seis a dos, terminó con empate a cero. Increíble, pero cierto.

Cambiaron las tornas

En la prórroga, todo lo que había fallado el OM se olvidó. La primera que tuvo Gignac fue a las redes. Dejada de cabeza de Cheyrou y el delantero esta vez no perdonó. Con el Olympique de Marsella por delante y el Reims un tanto desarbolado, Anigo se permitió darle minutos a otro debutante en partido oficial, Abergel, en el lateral derecho. 

El Stade de Reims tuvo alguna ocasión para devolver la igualdad al marcador. La más clara fue de Oniangue, que disparó centrado y Samba detuvo el esférico. Con los visitantes volcados, Gignac cerró el marcador. Gran acción de Payet bajando el balón en el área y el delantero desde la frontal puso la sentencia.