Duelo de máxima expectación el que se disputó esta 24ª jornada de Ligue 1 entre Mónaco y París Saint-Germain. El líder visitando un estadio Louis II que podía acercar al equipo monegasco a tan sólo dos puntos. Con la baja de Cavani por lesión y tras una semifinal de Coupe de la Ligue hace apenas cuatro días, los de Laurent Blanc buscaban dar un gran paso en su carrera por el Hexágono.

El técnico del PSG volvió a dejar en el banquillo a Cabaye, por tercera vez consecutiva desde su llegada, confiando de nuevo en el trivote Motta-Verratti-Matuidi. Además, optó por dar entrada a Pastore en lugar del habitual Lavezzi, acompañando a Lucas e Ibrahimovic. Ranieri también dejó fuera del once al flamante fichaje monegasco Berbatov, formando con Germain y Riviere en punta, ante la baja de Falcao por su grave lesión de rodilla.

Desde el comienzo, el Mónaco cedió la iniciativa a un París Saint-Germain que empezó a dominar en la posesión. Sin embargo, el tempranero gol del equipo parisino llegó a balón parado. Saque de esquina desde el flanco derecho que peina Álex y remata Pastore en el segundo palo. Importante tanto del argentino, que aún no se había estrenado en esta faceta en la temporada 2013/2014.

Durante el primer periodo el PSG dominó en la posesión del balón, tratando de dar una pausa que se rompía cuando los locales se hacían con el esférico. Los de Ranieri se replegaban en su campo y buscaban ataques rápidos y finalizar las jugadas, llegando a inquietar en varias ocasiones a un Sirigu que pudo mantener la portería a cero hasta el descanso.

Cambio de actitud

Tras el descanso, Claudio Ranieri reforzó el centro del campo con la salida de Kondogbia, que sustituyó a Lucas Ocampos. Con este cambio, el equipo monegasco ganó presencia en la medular y pudo discutir el control al PSG. El Mónaco presionó más arriba y puso en apuros al rival, aunque Subasic tuvo que intervenir para mantener a su equipo en el partido, en un gran tiro de Ibrahimovic de libre directo.

A pesar del cambio en la dinámica del partido, el Mónaco apenas lograba crear ocasiones de verdadero peligro. Ranieri probó haciendo debutar a Berbatov, pero el búlgaro no tuvo una de sus mejores noches. Sin embargo, la suerte se puso del lado local cuando Fabinho recibió en banda derecha y envió un centro a media altura, que golpeó en Thiago Silva y se acabó colando en la portería de Sirigu.

Con el partido empatado, a falta de un cuarto de hora, llegaron las ocasiones más peligrosas del partido por ambos bandos. En el último minuto, Fabinho tuvo en sus botas el partido, pero se durmió a la hora de chutar y Sirigu despejó a córner. En el descuento, Ibrahimovic controló un balón casi imposible y disparó, pero se topó con una magnífica intervención de Subasic, que salvó un empate vital para el Mónaco.

Con este resultado, idéntico al de la ida, se mantiene la diferencia entre primer y segundo clasificado en cinco puntos. El empate beneficia a un PSG que podía perder gran parte de la ventaja, aunque una victoria habría supuesto un golpe moral que habría dejado muy cerca la Ligue 1 para los de Blanc. El Mónaco tendrá que seguir sumando de tres en tres y esperar el pinchazo de un rival que domina con mano de hierro.