Évian y Sochaux. Sochaux y Évian. Todo hace presagiar que uno de los dos salvará la categoria y el otro no. En la última jornada se enfrentan entre ellos. Saltarán chispas. Pero para eso, el Sochaux tenía que ganar al Niza en casa y mantenerse en la pelea por mantener la categoría. Y lo hizo.

Ganar por necesidad 

Con un Niza jugándose más bien poco, dejó la iniciativa y el trance del juego al Sochaux, que se vino arriba muy pronto viendo que podía hacer daño y que el Niza no achuchaba mucho las inmediaciones de Yohann Pelé. 

La agonía con la que vivían este partido los locales, con la intensidad que proponían, hacía suponer que el gol no tardaría en llegar, pero no fue hasta el último minuto de la primera parte y con un gol en propia de Pejcinovic, que casualmente había entrado por lesión de Bodmer. 

La segunda mitad, con el Sochaux por delante en el marcador, estuvieron más cómodos sobre el césped y a los diez minutos de la reanudación sellaron la victoria con el tanto de Jordan Ayew. A partir de ahí, alguna ocasión del Niza, pero sin peligro alguno y, con la expulsión de Cvitanich, el tramo final del partido fue más plácido para el Sochaux. 

Para esto vino Ayew

Llegó como la gran esperanza en el mercado invernal para salvar a un equipo que parecía hundido. A pesar de jugar 16 partidos con el Marsella, no eran como titular y vio la posiblidad de ir al Sochaux, jugar con regularidad y asegurar su pase para la cita mundialista. 

Pues bien, Ayew decidió aparecer en un partido importante para el equipo, haciendo la jugada del primero y anotando el segundo, dándole tres puntos vitales al Sochaux para asegurar la categoría. 

Con este resultado, y a vísperas del duelo dramático con el Évian, la buena dinámica del equipo hace afrontar estas dos últimas jornadas con un optimismo que se contagie a los jugadores y que puedan darle una alegría a su afición.