Marcelo Bielsa es una especie extraña en el mundo futbolístico. Es meticuloso, técnico y casi obsesivo. Sin saber muy bien la fórmula que emplea, consigue imprimir en los equipos que entrena su particular carácter. Esta fidelidad a unos principios no tiene una equivalencia directa en resultados.

En ocasiones, la maquinaria construida por el argentino se descompone en el intento. La fuerza con la que se mueven sus conjuntos es inconmensurable. Pero cuando consigue regular las agujas de su artefacto, este es imparable.

El OGC Niza probó en carne propia la bestialidad que puede desarrollar el Olympique de Marsella si este funciona a pleno rendimiento. El equipo nizardo fue un juguete roto en manos del equipo marsellés.

En ataque, los locales se mostraron inapelables. Atrás, la defensa respondió con creces con el cometido asignado. La escuadra dirigida por Claude Puel vivió una situación diametralmente opuesta. El Niza se sintió desarmado en el aspecto táctico desde el pitido inicial y la esperanza de puntuar en el Vélodrome se diluyó rápido.

Un ataque inconmensurable

El Olympique de Marsella se quitó las espinas que tenía clavadas desde la temporada pasada. Espinas que el OGC Niza le dejó en la piel tras vencerle en todos los compromisos oficiales. Estos antecedentes fueron anécdota y los olímpicos arrasaron con el equipo contrario. El dinamismo del juego de los hombres de Bielsa fue clave.

La red trazada por Thauvin, Payet y Ayew consiguió atrapar todos los balones largos. Fruto de este planteamiento, el otro alumno aventajado, Gignac, estuvo a punto de hacer el primer tanto del encuentro en el minuto 5. El juez de línea cortó su intención tras señalar un fuera de juego inexistente cuando el de Martigues encaraba solo a Hassen.

Hassen se mostró inseguro en todo momento

Sufrimiento. Esa palabra acompañó al guardameta del OGC Niza durante todo el encuentro. El desorden de su defensa acabó por desquiciarle, y con el paso de los minutos sus imprecisiones fueron contentas. Cada córner era una lotería. Hassen fue incapaz de chapar un balón y de tanto caminar en el filo de la navaja acabó cortándose en cuatro.

La vanguardia del equipo rojinegro no mejoró las imprecisiones de sus compañeros. En la punta de ataque, Bosetti ejerció de llanero de solitario. En el minuto 17 intentó el gol desde fuera del área pero su disparo acabó yéndose fuera del marco defendido por Mandanda. A diferencia que su homólogo, el arquero congoleño apenas pasó dificultades gracias al gran trabajo desenvuelto por la línea de tres formada por Romao, N'Kolou y Morel. Los marcajes de este trío obligaron al equipo de Claude Puel a intentarlo desde fuera, pero la falta de puntería lastró sus opciones.

Cinco minutos fatídicos

El asedio del Olympique de Marsella se convirtió en conquista en el minuto 19. Payet fue el encargado de hacer el 1 - 0. El tanto llegó tras un rechace de Diawara que no pudo desviar la trayectoria lo suficiente para impedir el remate del ex del Lille, que vivió una tarde mágica. Este tando dio alas a los pupilos de Bielsa que poco después gozaron de varias oportunidades para ampliar diferencias.

En el minuto 31, tras un córner, Ayew e Imbula tuvieron cerca el segundo, mas la fortuna se alió con los visitantes. Vercauteren intentó igualar el encuentro un par de lances después, otra vez en base a un tiro lejano. Su tiro se fue por poco, pero evidenció algo más preocupante: la imposibilidad del OGC Niza para trenzar acciones de peligro en la zona de ataque.

Y entonces llegaron cinco minutos terribles para las aspiraciones del equipo visitante. Cinco minutos repartidos entre el final de la primera mitad y el comienzo de la segunda, en los que el conjunto marsellés consiguió sentenciar el encuentro.

El trío Thauvin - Ayew - Payet rayó la perfección

Cuando los jugadores nizardos veían en el 1 - 0 un mal menor, un hábil Thauvin hizo subir el 2 - 0. Este solo tuvo que rematar certeramente un centro de Ayew, que recibió otro buen balón de Payet. Una tríada perfecta para quitar cualquier atisbo de intranquilidad. La tercera machada tuvo como responsable a Payet, quien anotó en el 48 de partido el 3 - 0. Un tanto que puso en entredicho la capacidad de la defensa del OGC Niza para mantener el marcaje. El extremo marcó su segundo gol con un buen cabezazo luego de que Puel le habilitase al no ser capaz de cortar el envío de Thauvin ni de forzar el fuera de juego.

La sonrisa de Bielsa

El 3 - 0 permitió ver algo insólito. De repente, una tímida sonrisa se dibujó en el rostro de Marcelo Bielsa. El técnico, emblema de la seriedad, estaba disfrutando con el trabajo de los suyos. Consciente de haber encontrado la tecla, decidió retirar a Thauvin en el 73' tras sufrir este unas molestias.

Precisamente, del banquillo salió el ejecutor del definitivo 4 - 0 del encuentro. Un gol que llegó en el minuto 87, cuando Barrada solo tuvo que introducir el balón en la meta de Hassen tras una jugada con múltiples rechaces que ningún defensa del OGC Nice fue capaz de parar.

A la espera de lo que suceda en el resto de partidos de la jornada, esta victoria deja al Olympique de Marsella en la tercera plaza. Suma 7 puntos y ya es el equipo más anotador de la Ligue 1 junto al líder, el Girondins de Burdeos. Por su parte, el OGC Nice se queda en la duodécima posición, con tan solo 4 puntos. En la próxima jornada, el equipo de Marcelo Bielsa visita al actual colista de la categoría, el Évian Thonon. Por su parte, los hombres de Claude Puel intentarán volver a la senda de la victoria frente a otro de los equipos de la zona baja, el Metz.

Olympique de Marseille (4) OGC Nice (0)

Mandanda 6 Hassen 3
Romao 7 Puel 3
N'Kolou 7 Genevois 3
J. Morel 7 S. Diawara 3
B. Dja Djedje 6 Amavi 3
Imbula 6 N. Mendy 4
Benj. Mendy 6 Vercauteren (59') 4
Thauvin (73') 8 Eysseric 4
Payet 8 Hult 4
A. Ayew (87') 8 Bauthéac (59') 4
Gignac (89') 7 Bosetti (71') 4
Remplaçants
Alessandrini (73') 6 Cvitanich (59') 4
Batshuayi (89') - Rafetraniaina (59') 4
Barrada (87') 6 A. Pléa (71') 4