Droit au but (Directo al gol), es el lema que luce en el escudo del Olympique de Marsella, el club más popular de Francia, una mentalidad que parecía haber quedado en el olvido en la entidad de la Costa Azul, pero que parece haber revivido con fuerza tras la incorporación de un nuevo técnico, este verano, el argentino Marcelo Alberto ‘El Loco’ Bielsa. Tres meses y medio le han bastado al rosarino para conquistar el corazón de los marselleses y poner a toda la Ligue 1 a sus pies.

Tal vez Bielsa no pasará a la historia por su extenso palmarés como técnico, pues más allá de la medalla de oro conseguida con Argentina en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en su currículum sólo figuran tres títulos nacionales argentinos: un Torneo Apertura con Newell’s Old Boys y dos Clausura, uno con Newell’s y otro con Vélez. Además, dos espinas le quedaron clavadas: la Copa Libertadores de 1992 cuando cayó con La Lepra ante São Paulo, y cuando hizo lo propio, de forma aún más dolorosa, en la final de la Europa League de 2012, en la que entrenando al Athletic, perdió 3-0 con el Atlético.

Un ‘Loco’ generador de sueños

Sin embargo, Bielsa pasará a la historia del fútbol por distintas razones. La primera y principal, por el estilo de juego que imprime a sus equipos, que denotan sello de calidad Bielsa. Intensidad, agitación, presión, orden y no dejar respirar al rival son algunos de sus rasgos distintivos. Su huella fue profunda con la selección Argentina de los inicios de siglo XXI. Sustituyendo a Daniel Pasarella, obtuvo los mejores registros de la historia de la albiceleste, tanto en promedio de goles a favor y en contra, como en porcentaje de victorias logradas y de puntos sumados, datos lo que le valieron el reconocimiento como uno de los mejores seleccionadores del mundo.

"Guardiola y Simeone han conseguido, a través de su oficio, algo que yo no he conseguido. Por ello, el reconocimiento de ellos hacia mí es exagerado" Su primera experiencia mundialista no salió bien (Argentina fue eliminada del Mundial 2002 en la primera fase, algo que fue considerado un fracaso), pero se pudo resarcir en 2010, cuando dirigiendo a Chile logró alcanzar los octavos de final. En la fase de grupos hizo sufrir a España, pero en octavos terminó apeada de la Copa del Mundo por Brasil. La escuela de Bielsa, pese a estos resultados, sembró una semilla que ha ido germinando en muchos otros equipos y selecciones, como la Paraguay del Tata Martino, el Atlético de Simeone o el Barcelona de Guardiola.

Precisamente estos últimos dos técnicos, no han tenido reparos en deshacerse en elogios del que ha sido uno de sus inspiradores, a lo que Bielsa quiso quitar importancia. “Ellos han conseguido, a través de su oficio, algo que yo no he conseguido. Por lo cual el reconocimiento de ellos hacia mí es exagerado”, indicó el rosarino, siempre humilde en sus afirmaciones. Otra afirmación ayuda a entender al personaje: “En toda mi carrera no recuerdo que haya inventado algo. Solamente observo lo que los grandes futbolistas hacen y trato de convertir esas acciones en mensajes prácticos que faciliten a los futbolistas que yo dirijo, traten de reproducir esas cosas".

Honesto y reservado, Bielsa es un técnico curioso, metódico y analítico, que intenta no dejar nada al azar, y que es capaz de desarrollar extensas explicaciones en sus ruedas de prensa con la mirada perdida. A ratos puede parecer un entrenador serio, incluso aburrido, pero lo cierto es que medita constantemente lo que dice, y dice las palabras justas para que su discurso vaya acorde a su manera de hacer. Su obsesión con el fútbol es casi enfermiza, y eso queda patente en sus equipos, que no dejan indiferente a nadie.

La bienvenida del Vélodrome

Falta de alegrías, la hinchada del Marsella lleva años soñando con revivir un proyecto que le haga volver a las épocas más laureadas de la entidad, la que acumula más títulos nacionales que nadie (22) y la segunda con más ligas (nueve, sólo una por detrás del Saint-Étienne). Es por ello que en el Vélodrome andaban ansiosos de un giro de guión en las riendas del club, un viraje de timón que permitiese volver a enderezar el rumbo perdido.

Una vez se anunció su fichaje, el se desplegó una bandera argentina gigante en el Vélodrome y el lema "El Loco: ¡Haznos soñar!" Una vez se supo que el técnico de Rosario sería el futuro entrenador marsellés, su afición, una de las más activas y bulliciosas de Francia, mostró su apoyo al argentino con un gesto que significó toda una declaración de amor; una pancarta gigante de Argentina con un lema: “El Loco: Haznos soñar!”. La ilusión que despertó la llegada de Bielsa a Marsella era en cierto modo comprensible: en las últimas dos décadas, los marselleses apenas habían sumado una Ligue 1 a su palmarés (2010). Además, en las últimas campañas se quedaron relegados a un plano secundario, a merced del poder multimillonario de PSG o Mónaco, y de las hazañas terrenales de Montpellier y Lille.

Ni Elie Baup ni el actual seleccionador francés Didier Deschamps, el artífice del último título liguero de la entidad, fueron capaces de recuperar la gloria de antaño, conseguida a inicios de los noventa. Entonces, el OM de Jean-Pierre Papin, Alain Giresse o Klaus Allofs se asentó como la principal fuerza en Francia, al encadenar cuatro ligas consecutivas (1989, 1990, 1991 y 1992) y siendo también uno de los conjuntos más temidos en Europa, pues llegó a dos finales de la Copa de Europa (la que perdió ante el Estrella Roja en 1991 y la que ganó al Milan en 1993). Talentos como Enzo Francescoli, Eric Cantona o Rudi Völler tiñeron esos años al Vélodrome de fantasía y jugadas para el recuerdo.

La polémica que pudo costar su cargo

“Va a ser una revolución cultural, pero también estructural. Tenemos mucha suerte de tenerlo entre nosotros”. Así describió su incorporación el presidente de la entidad, Vincent Labrune. Tras un año sin entrenar, una vez dejó el banquillo de San Mamés, Bielsa priorizó la historia y el romanticismo del club con más seguidores del país galo, antes que otras ofertas más atractivas económicamente hablando. Es su filosofía: prefiere coger un grupo con menos nombre, pero con potencial y hambre, y sacarle el máximo de rendimiento, antes que tratar de acoplar e integrar estrellas con mucho ego a su idea de juego.

"Va a ser una revolución cultural, pero también estructural. Tenemos mucha suerte de tenerlo entre nosotros", le describió el presidente Labrune Siempre fiel a su carácter, algo que ya quedó demostrado en Bilbao cuando se quejó públicamente del desarrollo de unas obras en Lezama, el centro de entrenamiento del Athletic, en sus primeras semanas en Marsella ya vivió otro episodio polémico similar, esta vez con nada más y nada menos que Labrune, su presidente, como principal foco de sus quejas. “El modo de funcionar del club me decepciona”, arremetió contundente, en referencia a la gestión de los fichajes, que no contentó al técnico. “El balance de este mercado de transferencias es negativo. Creo que el presidente me hizo promesas que sabía que eran insostenibles. Ningún jugador llegó por mi decisión. Propuse doce opciones y ninguna se plasmó”.

Sus peticiones, desveladas por él mismo, fueron Jara, Manquillo, Isla, Montoya, Coke, Ocampos, Rekik, Aurier, Tello, Medel y Stambouli, pero ninguno de ellos llegó al Marsella, que este verano incorporó a Michy Batshuayi, Abdelaziz Barrada, Romain Alessandrini y un joven defensor brasileño, Dória, de quien dijo que le habían fichado sin su consentimiento. Además, tuvo que afrontar la marcha del mejor jugador del plantel, el talentoso Mathieu Valbuena. Con todo, Bielsa descartó renunciar a su cargo, y reconoció que trataría de hacer un trabajo acorde a la entidad a la que representa, con el objetivo primordial de estar en la Champions League el próximo curso.

Fútbol y victorias como remedio apagafuegos

La airosa polémica se fue apaivagando a medida que los protagonistas de la misma fueron rebajando el tono de sus declaraciones, pero especialmente tras el espectacular inicio liguero del Marsella. Disputadas las nueve primeras jornadas, los marselleses marchan líderes, con 22 puntos de 27 posibles (ha encadenado siete triunfos tras empatar en Bastia y perder ante el Montpellier en las dos primeras jornadas). Además, acumula 23 tantos a favor (nueve de ellos anotados por Gignac, máximo realizador liguero) y sólo ocho en contra.

Puntos del Marsella tras las primeras nueve jornadas de Ligue 1 (1996-2014)

Tal y como se expone en el gráfico, las cifras logradas constituyen todo un récord en la entidad: son las mejores de los últimos 20 años. Pero no sólo los resultados han ayudado al argentino a meterse en el bolsillo a toda la afición marsellesa. Hay algo más, en su propuesta futbolística, que ha enamorado a todo Marsella. El mismo técnico capaz de alzar la voz contra su presidente, de cambiar cuatro veces de traductor en tres meses, o de regalar a los periodistas frases como “levantaré la vista en rueda de prensa cuando levante la vista del libro de francés”, está siendo el mejor director posible del cambio de pilotaje que se pedía en el Vélodrome.

La exigente pretemporada con la que sorprendió a sus jugadores, que admitieron terminar exhaustos por los severos entrenamientos, ha terminado siendo la base de una preparación que ha servido para que hombres como el tan criticado Pierre-André Gignac, acusado de sobrepeso y de falta de ritmo, vuelvan a mostrar su mejor versión. El antiguo ariete del Toulouse, que rompió a marcar goles de violeta en el curso 2008-09 (anotó 24 tantos), apenas había logrado marcar 13 y 16 goles en liga respectivamente en las dos últimas temporadas en Marsella, pero en ésta ha recuperado su confianza, y ha revertido las críticas y burlas vertidas sobre él en elogios y temor por parte de los rivales.

Intensidad y ataque como bandera de un estilo propio

El fornido delantero, pese a su espectacular inicio de temporada, no es más que una torre en el tablero de Bielsa. Es la última ficha que mueve en su sistema, la que asesta más veces el golpe definitivo al rival, pero no la única, ni mucho menos la principal. El método que está integrando el rosarino en Marsella es algo más profundo que un simple cambio de mentalidad o de ánimo, es una propuesta estilística que poco tiene que ver con el legado de los Deschamps o Baup, y que ya aventaja en cinco puntos al Bordeaux, en siete al PSG, y en 11 al Mónaco.

Bielsa empezó apostando por un 3-3-3-1, pero con el paso de las jornadas lo modificó por un 4-2-3-1 que le ha dado buenos resultados La euforia que viven los miles de aficionados marselleses que acuden al Vélodrome ha ido calando progresivamente gracias a un estilo que engancha a los propios, y hace temer a los rivales. Partiendo de un 4-2-3-1 que se puede transformar en 3-3-3-1, siempre con el balón como protagonista, y la con presión alta como constante, ambos aspectos innegociables, el Marsella controla el juego a través de la velocidad de los hombres de banda y la circulación del balón. Mucho ritmo y poca pausa, aunque el dinamismo no supone siempre verticalidad, ni mucho menos descontrol. Ataques organizados, buscando superioridades por fuera, para terminar golpeando por dentro. Los extremos, técnicos y veloces, tienen gran recorrido y visión de juego, algo que les va de maravilla a Gignac y a los centrocampistas que llegan desde atrás.

El azar no tiene lugar en el planteamiento de Bielsa, que mide al detalle los movimientos de todos sus hombres, y analiza con lupa las flaquezas de sus rivales, para saber por dónde les puede sorprender. La receta del ‘Loco’ es tan compleja como básica: dominar para atacar, atacar para marcar y marcar para ganar. Es el 'abc' de cualquier entrenador, aunque no todo es tan sencillo como parece, y hacen falta muchas horas de trabajo medido y curoso para llegar a dar con la tecla con los propios hombres de los que dispone. La defensa se inicia a través del ataque. Cuando hay pérdida, inmediatamente se activa la presión en cualquier parte del campo, lo que obliga, o bien a desprenderse del balón, o bien a originar un robo en zona de peligro favorable al Marsella, o bien una compleja y dificil salida limpia del rival, en cuyo caso los de Bielsa sí deben recular varios metros con tal de frenar el contragolpe que se puede generar.

La libreta de Bielsa

Analizando con más profundidad y detalle los planteamientos de Marcelo Bielsa en los partidos que lleva en Marsella, se observan ya desde un inicio las peculiaridades de su estilo. En su debut oficial ante el Bastia, apostó por un sorprendente y valiente 3-3-3-1, con Mandanda bajo palos, defensa de tres con Morel, Nkoulou y Sparagna, centro del campo con Mendy, Imbula y Dja DjéDjé, otra línea más ofensiva con Alessandrini, Payet y Thauvin, y Gignac sólo en punta. De ese primer once al último, al que derrotó en la jornada 9 al Caen, han habido varios cambios, que repasamos a continuación.

Jornada 1: Bastia 3-3 Marsella. El Bastia, uno de los dos únicos equipos que ha logrado puntuar ante los marselleses, se aprovechó de que los visitantes estaban aún en proceso de construcción, y aunque empezaron a sufrir la velocidad y el fútbol ofensivo de los de Bielsa, supieron sacar tajada de su orden y su efectividad ofensiva para salvar un punto. Un error defensivo visitante y una genialidad de Maboulou desde lejos, sorprendieron a los marselleses, que igualaron con un testarazo de Gignac tras centro de Mendy por la izquierda.

Otra jugada por la banda, aunque esta vez por la derecha, sirvió para que el Marsella lograse el segundo, un disparo de Thauvin que desvió Romaric en autogol. El tercero de los visitantes también vino por el costado. De nuevo por la izquierda, ahora es Gignac quien centra, Squillaci quien desvía con el brazo dentro del área, y otra vez Gignac quien anota, esta vez desde los once metros del punto de penalti. Otros dos errores defensivos de bulto del Marsella, su línea más delicada, sirvieron al Bastia para anotar dos tantos y empatar el duelo.

Jornada 2: Marsella 0-2 Montpellier. Bielsa trata de enmendar los fallos defensivos de la primera jornada reforzando el centro del campo, una táctica que tampoco le valdrá para sumar los tres puntos ante el Montpellier, que se fue del Vélodrome con una valiosa victoria. 3-5-2, con la novedad de Romao por Sparagna en defensa, Thauvin y Mendy más centrados, y Gignac y Ayew, la otra incursión en el once, como pareja atacante. Una vez más, el conjunto de Bielsa volvió a sufrir en defensa y, lo que más preocupó al técnico de Rosario, le privó por momentos del dominio del juego (aunque los locales terminaron con un 56% del balón, y nueve tiros a puerta, por tres del Montpellier).

El equipo fue de menos a más, pero su reacción, tardía y escasa, estuvo condicionada por los errores de bulto atrás. Gignac generó peligro, pero no le acompañó un Ayew desaparecido. La entrada de Payet tampoco sirvió para arreglar el descosido. El primer gol y la mayor parte de las acciones visitantes, por cierto, llegaron por el costado izquierdo del ataque de Montpellier, que buscaba atacar por la zona de Dja DjéDjé, que no estuvo nada bien en la marca y cedió demasiadas facilidades a los hombres de Rolland Courbis, que supo encontrar el Talón de Aquiles del Marsella.

Jornada 3: Guingamp 0-1 Marsella. A la tercera fue la vencida para Bielsa, que logró su primer triunfo en Francia, aunque fuera por la mínima. El Marsella dominó el balón y puso las ocasiones. Esta vez, ‘El Loco’ recuperó el 3-3-3-1 de la primera jornada, aunque sin Alessandrini, al que sustituyó Payet. El sistema empieza a dar sus frutos. Aunque el equipo no termina de aprovechar las ocasiones que genera, al menos no recibe goles y muestra una defensa más sólida. Gignac vuelve a resarcirse como uno de los mejores del equipo. Una vez más, el conjunto marsellés ensancha el juego por una banda, la izquierda, en la que cae Payet en este caso, desde donde se genera el centro que Giroud envía a gol. Una jugada nada casual, que empieza a repetirse con trabajada asiduidad.

El fallo del Guingamp, acumular hasta seis hombres en la zona del ataque izquierdo del Marsella, y dejar a sólo un defensor para cubrir la entrada de Gignac. Esta vez, la presión alta y la defensa de tres hombres para detener los contragolpes rivales funcionó a Bielsa como esperaba. La intensidad aplicada le bastó al Marsella para generar un sinfín de ocasiones, y sólo la falta de precisión les privó de golear al Guingamp.

Guingamp - OM

Jornada 4: Marsella 4-0 Niza. Guingamp fue el punto de inflexión, y Niza el equipo que sufrió en sus propias carnes el poderío real del Marsella. El contundente resultado refleja la clara superioridad de un conjunto que se empezaba a asentar. Los engranajes del sistema van funcionando cada vez con más precisión, y a pleno rendimiento, el Marsella es un animal dispuesto a aniquilar sin piedad a su presa. Por primera vez en la temporada, Bielsa repite once, manteniendo el sistema (3-3-3-1) que ganó al Guingamp. El Vélodrome tenía ganas de ver ganar a los suyos, que por fin pudieron desquitarse de la derrota ante el Montpellier en casa con un resultado a la altura de las expectativas. Se repite la fórmula: internada de Mendy por el carril zurdo, centro raso al área y Payet que no perdona tras un rechace dentro del área. Una vez más, generar superioridades por fuera para terminar definiendo por dentro.

Lo mismo sucede en el segundo gol. Payet conduce escorado a la un costado, Mendy lo apoya por la izquierda, y entre los dos trazan un dos para uno ante el lateral diestro rival. Cuando un central sale a hacer la cobertura, deja a Ayew sin marca dentro del área, y éste asiste a Thauvin, que la empuja desde el otro costado. En el tercero, el ataque es similar, aunque parte del otro lado. Thauvin recibe abierto, se centra lo justo y alza la cabeza para centrar al corazón del área, donde percute con fuerza desde atrás Payet, que sentencia el duelo. Barrada, que entró en el segundo tiempo, cerraría el marcador con otra jugada que nace de la banda derecha. Su gol arranca desde el centro del campo con Imbula, pieza clave de la que nacen muchos de los ataques marselleses, y la apertura a la derecha es para Alessandrini, que centra dos veces. Al segundo intento, se la pone a placer al marroquí, que sólo tiene que meter el pie. Cuatro goles, dos por la izquierda, dos por la derecha, todos por los costados.

OM - Niza

Jornada 5: Evian 1-3 Marsella. En plena polémica el tema de los fichajes, el fútbol le vuelve a dar la razón a los partidarios de Bielsa, cuyo equipo recorta distancias al líder con otra victoria solvente y convincente. Por tercera vez en el curso, el argentino vuelve a modificar el sistema táctico empleado. Esta vez forma con un 4-2-3-1, con la principal novedad de Fanni en el eje de la zaga, y Romao acompañando a Imbula en el doble pivote, una medida para cubrirse las espaldas ante los contragolpes del Evian. Precisamente es el debutante Fanni quien, a los veinte segundos, manda un envío vertical en largo hacia Gignac, que la baja con sutileza y define sin piedad en el que era tanto más tempranero de la temporada. Un claro aviso de las intenciones en un gol que se generó a partir de un balón vertical, y no horizontal. La demostración de que no todo es elaboración, de que el equipo dispone de más recursos, y de que así también se pueden romper las líneas rivales.

Al filo del descanso, Imbula se abre un hueco en la frontal entre tres rivales y, con algo de suerte -su disparo con la zurda roza en Mensah- su chut termina al fondo de la red. Partido visto para sentencia. Una vez más el Marsella lo vuelve a controlar, aunque esta vez con algo menos de ocasiones que las dos jornadas anteriores. La presión y robo tras pérdida ya es un automatismo característico del Marsella, que lo aplica reiteradamente, no dando opción al rival a pensar una vez recupera el cuero. La jugada del tercer tanto marsellés es una delicia a nivel táctico que deja retratada la defensa del Evian. Payet arranca desde la línea divisoria en dirección a la portería rival. Traza una pared con Gignac, que cae a banda y deja el centro libre. Unos metros por delante de la carrera de Payet, Ayew y Dja DjéDjé se desmarcan hacia la derecha, arrastrando a los cuatro defensas rivales, que procuran tapar el carril central, pero dejan un hueco insalvable por la izquierda que aprovecha Thauvin, que penetra también en carrera y define tras recibir de Payet. La foto del gol deja retratada a toda la zaga rival. El tanto local llega en el descuento tras un centro largo que el Marsella no atiende a defender.

Evian - OM

Jornada 6: Marsella 3-0 Rennes. Por si a alguien le quedaban dudas, Gignac vuelve a reivindicarse como el estandarte ofensivo de un Marsella que empieza a consolidarse como un hueso duro de roer que domina la mayor parte de las fases del juego, tanto a nivel ofensivo como defensivo. Ya no comete los errores de las primeras jornadas, y arriba es un martillo pilón que no deja portería sin perforar. Es uno de los partidos de más nivel que debe afrontar el Marsella, que sufre para dominar en el primer tiempo, pero que termina imponiendo su lógica en una segunda mitad bastante igualada. Bielsa repite sistema (4-2-3-1), con la única incursión de Mendy al lateral izquierdo, desplazando a Morel al centro de la zaga, haciendo pareja con Nkoulou.

Mandanda mantiene con vida a los marselleses en el primer periodo. No son minutos cómodos para el Marsella, que no da con la tecla hasta que no regresa de los vestuarios tras el descanso. La mejor noticia, que su guardameta está en un gran momento de forma. La peor, que su zaga aún tiene muchos puntos que mejorar. Superados los minutos de temor, es el torbellino marsellés el que azota sin piedad. Tras un saque de banda, el Marsella juega por la derecha, y un centro desde ese costado que no llega a despejar Costil lo recoge Gignac, que tiene la caña a punto y la empuja al fondo de la red. Erra el lateral diestro, que le cede demasiado espacio para el remate dentro del área. El segundo llega tras una jugada similar: Thauvin centra por la derecha, un central rechaza de cabeza y, otra vez Gignac, la engancha con éxito, esta vez desde la frontal del área. El Marsella no deja de sufrir atrás, pero le salva el hecho de no perdonar en ataque. En el añadido, Alessandrini cierra el marcador con un sensacional lanzamiento de falta.

OM Rennes

Jornada 7: Reims 0-5 Marsella. Los de Bielsa llegan líderes a la cita, y salen aún más reforzados, siendo el equipo más goleador de Europa. No es casualidad. La solidez demostrada se va reforzando jornada tras jornada, y cada vez los rivales ceden un poco más de protagonismo ante el arrollador Marsella, que consigue que sus adversarios se cierren un poco más atrás. Su dinamismo consigue abrir los cerrojos rivales, y una buena muestra de ello lo consigue en Reims, donde Bielsa mantiene el once que derrotó al Rennes. Ya ha dado en la tecla con los hombres que le funcionan, y está decidido a mantenerlos en el once siempre que estén disponibles.

El partido no tiene demasiada historia. Es un recital de ocasiones marsellesas que se suceden una tras otra. A los siete minutos, presión alta, robo y ataque vertical con velocidad. Es un dos para dos que termina en penalti. Lo falla Gignac, pero un minuto después cabecea un centro por la izquierda de Mendy. Jugada marca de la casa. Dos contra uno del lateral y el extremo, para que el defensor rival no dé abasto, y centro hacia un Gignac que no perdona. 1-0. Y repetimos. Ahora por la derecha. Arranca Thauvin, pared con Dja DjéDjé, y el rebote al tiro del extremo lo vuelve a cazar Gignac, con el olfato a punto, colocado donde debe. 2-0.

El tercero lo anota Ayew tras centro desde dentro del área de Dja DjéDjé, que se había aprovechado de un descuido del guardameta. No se le pueden dar facilidades al Marsella, porque no perdona. La apisonadora sigue con hambre, y liquida el encuentro con otros dos goles. Inicia Thauvin, la deja muerta en el área pequeña el portero, y de rabona la mete Ayew. 4-0. El festival lo cierra Imbula, con un disparo parecido al que logró ante el Evian. Otra vez desde la frontal, otra vez sorprende el portero, esta vez con un disparo cruzado que no da en nadie. 5-0. Partido redondo para un Marsella que roza la perfección.

OM Reims 1-0

Jornada 8: Marsella 2-1 Saint-Étienne. En la octava jornada, el Marsella se enfrentaba a otro rival de cierto nivel, un Saint-Étienne que vuelve a caer ante un trabajado rodillo que gana fuerza a cada paso que da. Bielsa no modifica nada en su once, e igual que le ocurrió al Reims, antes del minuto diez el Marsella ya manda en el marcador. Imbula recibe en la frontal un buen pase desde el costado derecho de Dja DjéDjé y, sin apenas oposición, perfila un disparo enroscado que entra pegado a la base del poste derecho de Ruffier. El error del Saint-Étienne, dejar libre a un jugador en esa zona. La virtud del Marsella, mantener a los defensas rivales ocupados con las marcas abiertas (lateral zurdo tiene a Thauvin en la derecha; lateral diestro controla a Ayew en la izquierda, y los dos centrales están encima de Gignac). El fallo, por tanto, es de alguno de los dos mediocentros visitantes, que no siguen la internada por dentro de Imbula.

En este partido el Marsella vuelve a dominar posicionalmente con y sin balón. Sin embargo, el Saint-Étienne le llega a generar algunas llegadas de peligro, aunque el control del tiempo y la batuta de la posesión no dejan de ser del Marsella. El segundo gol llega antes de la media hora. Se duerme Clerc, presión y robo de Ayew desde un costado y balón que vuelve al centro, donde la espera Payet, que no perdona desde el balcón del área. La mordiente en campo contrario implica constantes robos en zona de peligro. El tanto visitante llega tras un centro de derecha a izquierda que se pasea por el área y que remata sin piedad Brison, que llega desde atrás en carrera. Erró el extremo local al no seguir su marca. Es la sexta jornada consecutiva en la que el Marsella vuelve a salir victorioso.

9-10-2014 12.10.29 1

Jornada 9: Caen 1-2 Marsella. Octubre empieza con victoria sufrida in extremis para el Marsella en un campo difícil como es el del Caen. Bielsa mantiene aquello de que lo que funciona, mejor no tocarlo. Mismo once que ganó las últimas cuatro jornadas, y también mismo sistema, al que su equipo ya se ha acoplado como anillo al dedo. Como ya hizo en el Athletic, va haciendo pruebas hasta que da con una formación que le da el resultado y el fútbol que él busca. Cuando lo encuentra, suele mantenerlo fijo, únicamente sujeto a posibles lesiones o sanciones.

En las primeras ocasiones del encuentro, se repite el mismo patrón. Payet (o un hombre del centro del campo), inicia una apertura hacia el lado derecho hacia Thauvin, que prueba dos veces a Vercoutre. La tercera llegada del Marsella también nace de ahí: centra Thauvin al corazón del área e Imbula prueba a un atento Vercoutre. El chaparrón de agua y el guardameta rival no hacen más que aplazar lo inevitable. Minuto 74, Alessandrini cuelga un saque de esquina al primer poste y Romao, en el primer poste, la peina al fondo de la red. Siete jugadores acumuló el Caen alrededor del área chica, y ninguno salió a su paso. Minutos más tarde, a través de una falta mal defendida, Musavu-King logra la igualada de cabeza a seis para el final, pero los de Bielsa no bajan los brazos y, en el minuto 93, un balón largo colgado al área termina en los pies de Mendy, que lo filtra a un Gignac que no perdona. Incomprensible que, jugando en casa y faltando segundos para el final, con empate a uno en el marcador, el Caen solo tenga a tres hombres en el área, más aún si el Marsella acumula a cuatro. Séptima victoria, y la demostración de que el equipo sabe luchar hasta el final.

Caen - OM

Quedan aún varios meses para el final de la temporada, pero en Marsella el optimismo ha vuelto a las calles. Los resultados y las sensaciones están siendo positivas, el trabajo realizado se está empezando a ver plasmado en el césped, y la huella que deja Bielsa está transmitiendo un dulce sabor de boca a una exigente afición que quedó huérfana de un fútbol vistoso que además diese resultados. El tango de Rosario ha aterrizado con fuerza en el Vélodrome, que lo ha acogido con los brazos abiertos, y está dispuesto a bailarlo con el ritmo que le marca su director.