La muralla del Principado resiste

El mejor enfrentamiento de la vigésimo séptima jornada en Ligue 1 lo protagonizaban As Monaco y Paris Saint-Germain. El duelo entre el segundo y el cuarto clasificado prometía goles y espectáculo, pero finalmente solo hubo de lo segundo. La falta de puntería del PSG cierra una gran semana para el Monaco tras cosechar un 1-3 en Londres ante el Arsenal y empatar con los parisinos. 

Dominio progresivo del PSG

El inicio del partido estuvo dominado por el Monaco. Los locales se hicieron dueños del balón e intentaban combinar al primer toque hasta las instancias de Sirigu, mientras que el Paris Saint-Germain esperaba atrás. A priori, se esperaba un escenario completamente invertido, pero los monegascos estaban con altos niveles de confianza tras vencer por 1-3 en Londres esta misma semana. Jardim ha creado un grupo que, por encima de todo, rema en una misma dirección.

Prueba de este empuje fue el gol anulado en el minuto ocho a Bernardo Silva. El portugués batió por bajo a Sirigu tras recibir un gran pase al hueco de Joao Moutinho. La combinación lusa fue pura magia, pero el colegiado decretó fuera de juego y acertó. Por el instante, el trivote David Luiz-Matuidi-Verratti era incapaz de frenar a los rojiblancos.

Sin embargo, el PSG como equipo galáctico, tuvo en sus manos abrir el marcador en su primera ocasión. Un saque de esquina en el minuto 13 peinado en el primer palo por un defensa monegasco casi lo aprovecha Marco Verratti en el segundo. Tan solo le faltaron unos centímetros. A pesar de no anotar, esta oportunidad parecía espolear a los visitantes. Y es que pasado el cuarto de hora Cavani, hoy titular en punta debido a la sanción de Ibrahimovic, disparó desde la frontal del área después de un magnífico pase atrás de Pastore. El resultado fue un paradón de Subasic para mantener firme el cerrojo del Monaco: un solo gol encajado en los últimos 10 partidos del campeonato doméstico.

Los ánimos de Cavani a sus compañeros, el enfado de Jardim y la cara de circunstacias de Subasic definían el devenir del choque en los siguentes diez minutos. Maxwell se encontró un balón en mediocampo y colgó el cuero al corazón de la zona de castigo dónde Matuidi giró su cabeza para dar una asistencia a Lavezzi. El 'pocho' prácticamente sin oposición golpeó de refilón el balón y este se perdió paulatinamente y a trompicones por la derecha del poste izquierdo. El control del PSG se había convertido ya en un asedio, pero los ataques de las tropas parisinas no conseguían traspasar la muralla del principado. Los fallos de Lavezzi estaban siendo el mayor exponente de esta historia.

El Monaco asomó la cabeza pasada la media hora de juego. Por fin apareció Yannick Ferreira Carrasco. El hombre que dio la puntilla al Arsenal no atinó a desbordar a Van der Wiel pero el reboté le favoreció y consiguió ponerle un caramelo a Moutinho. El mediapunta tiró a portería, pero sin fuerza para inquietar al cancerbero. No fue peligrosa esa jugada, pero tuvo un valor capital para los locales. Un respiro entre tanto sufrimiento.

"Arbi, pita ya..." debió pensar cualquier aficionado presente en el Stade Louis II. Cavani volvió a perdonar antes de la conclusión del primer acto después de driblar a un defensa y chutar a las nubes desde dentro del área. La fortuna  acompañó al Monaco hasta enfilar el túnel de vestuarios.

Asedio sin premio

Salió con otros aires el Monaco tras el descanso intentando presionar arriba y crear peligro en la zona de tres cuartos. A pesar de estas buenas intenciones, el rodillo parisino no tardó en coger de nuevo la manija. Primero Matuidi con un chut desde la frontal y luego Pastore haciendo un eslalon para llegar al vértice del área pequeña pudieron abrir la lata pero los futbolistas parecían gafados.

El peligro lo ponía el PSG, pero la sensación de agobio del Monaco era mucho menor. Los locales veían entre ceja y ceja la posibilidad de hacer contragolpes y ese también fue el mensaje de su entrenador al hacer entrar en el terreno de juego a Dirar por Touré.

En el otro bando Javier el 'flaco' Pastore se eregía como el líder. El argentino cogió su batuta y por poco hace enmudecer al teatro con un mano a mano perfectamente picado ante la salida de Subasic. La pelota no cogió la rosca necesaria para terminar en el fondo de la red y se fue fuera por poco. Algunos futbolistas reclamaron penalti y el árbitro parecía dispuesto a señalarlo, pero únicamente se acercó para ver el estado de un Pastore que permanecía postrado en el suelo.

La entrada de Berbatov en el campo no tuvo la influencia en el juego que Jardim necesitaba. El Monaco se acercaba tímidamente a los dominios parisinos con alguna internada del habilidoso Bernardo Silva, pero el internacional sub21 por Portugal se encontraba muy solo arriba. Faltaban solo 15 minutos para el final y los dos conjuntos tenían que quemar todas sus naves.

El Paris Saint-Germain buscó su diana por la banda izquierda en la que tan cómodo se encontró Pastore durante el transcurso del partido. Este último y Maxwell se aliaron para tirar una pared que dejó al argentino solo pegado a la línea de cal. Lo único que le faltó fue un poco más de ángulo para superar a Subasic. El guardameta serbio despejó el tiro con autoridad.

Los últimos 10 minutos se presentabana apasionantes. Los dos equipos incitaban a un continuo toma y daca, pero no fue así. El balón se jugó en la medular y lo que sí brillo fue la intensidad: de los despejes del Monaco y de los intentos por llegar a gol del PSG. El encuentro terminó con el mismo resultado que al inicio: 0-0. Sin duda, para los aficionados a las apuestas sería un resultado fácil de adivinar, puesto que en los anteriores cinco enfrentamientos entre Monaco y PSG, el empate siempre estuvo presente.

El 0-0 final deja al As Monaco en la cuarta plaza con 44 puntos, uno por encima del Saint-Étienne y seis por debajo del Olympique de Marsella. Por su parte, el Paris Saint-Germain permanece segundo a tan solo un punto del Olympique de Lyon, y perdiendo así una oportunidad única de liderar la clasificación en solitario.

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