Cuestión de formas

La jornada de partidos internacionales golpeó de manera importante al Feyenoord, pero la importancia que tiene el partido del jueves de esta semana hizo mella en la toma de decisiones por parte del entrenador Fred Rutten. Él sabía que no había puesto el once inicial en casa.

Y que tomase esa decisión no parecía mala idea del todo. El rival de la noche: el Dordrecht, el peor equipo de la liga en 12 jornadas, nada podía o debía salir mal con este equipo que decepciona fecha tras fecha a todos aquellos que creyeron en sus posibilidades luego de vistos los tres primeros partidos.

Cuando se habla en Róterdam de 'Equipo B' tampoco es posible referirse al mismo como un equipo de totales desconocidos dentro de las filas del club. Defensas/mediocampistas más, menos... La base se mantenía, con delanteros que son más que habituales, lo que significaba una sóla cosa: había que sentenciar las cosas de manera rápida.

Para cuando el partido se daba por iniciado en De Kuip, las emociones estaban a flor de piel. De uno a dos, de dos a tres y así, el conjunto local empujaba hacia atrás a su rival y daba muestras de que lo prometido se iba a hacer realidad en cuanto ala cuota goleadora esperada.

De un lado pasaba el remate de Kazim-Richards, por otro Toornstra ponía un centro al área, pero de ninguna manera caían los goles. El débil rival estaba soportando la embestida de un equipo que entre ceja y ceja ya tenía al Sevilla de cara al compromiso de la Europa League. En lugar de cumplir su cometido, el Feyenoord estaba adhentrándose en la desesperación y el roce contra un rival que quería llevarlo a este estilo tan complicado de juego.

En la otra mitad

No sería hasta la segunda mitad cuando veríamos acción de la buena en Róterdam. El central Wiedemeijder se había mostrado muy atento al juego, algo digno de aplaudir por la intensidad con la que se estaba viviendo el encuentro. A pesar de esto, los ánimos caldeados llegaron hasta el tope, cuando el lateral Marvin Peersman era expulsado del encuentro a los 72 minutos. Su ausencia en la lateral izquierda para contener a Toornstra se haría sentir rápidamente.

A pesar de los intentos por detener la embestida local, los esfuerzos al final fueron en vano. A los 86 minutos Jens Toornstra abría el marcador para los locales luego de interminables ocasiones generadas por el mismo. Podía sonreír por primera vez en la noche la afición presente en la Cuna de Róterdam.

Ya en el final del partido aparecía el veterano Ruben Schaken para setenciar el partido en favor del Feyenoord. Un segundo gol que ahogó en definitiva a un rival que soportó bastante tiempo con la portería en cero. De esta manera, los dirigidos por Fred Rutten supieron corregir los errores en los instantes oportunos. Del otro lado, la embestida que dio el Dordrecht a inicio de temporada no tuvo la duración que se quería cuando lograron el ascenso a la división de honor neerlandesa. La diferencia entre ambos equipos fue la condición física y la forma que afrontan.

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