A veces, se dice que el fútbol puede llegar a ser injusto. Esta frase puede aplicarse al Ajax de Ámsterdam. Los de Frank de Boer no han tenido  suerte a lo largo de la fase de grupos de la Champions League. Mucha juventud que se traduce en un juego vistoso y de toque. Pero les tocó uno de los grupos más potentes de la competición con el Barcelona y Paris Saint-Germain. En los dos partidos contra el Barcelona, tuvieron más dominio, pero no supieron concretar sus ocasiones. Fue Messi el que tuvo que aparecer para romper la muralla holandesa. Se ha vivido un caso parecido en el Parque de los Príncipes.

Dominio en la primera parte con una presión fuerte poniendo en aprietos a los de Laurent Blanc. El partido no empezó de la mejor manera por la lesión de Boilesen en el minuto ocho. Van der Wiel cometió una dura entrada e hizo que Viergever entrara en su lugar. Esto les hizo venirse arriba y tomar el mando del partido. El tridente formado por Schöne, Milik y Kishna hizo buenas combinaciones, pero, al igual que en el último partido contra el Barcelona, no concretaron en el último pase. Contra un equipo grande los fallos se acaban pagando. Así fue diez minutos antes del descanso, cuando Ibrahimovic vio el desmarque de Lavezzi, que asistió a Cavani donde solo tuvo que empujarla. Se llegó al descanso con un castigo demasiado alto.

La segunda parte arrancó de la misma manera. El Ajax llevaba la batuta del partido y los parisinos esperaban para sacar buena contras. Iban pasando los minutos y se llegó a la recompensa al  buen juego. Una jugada armada de paciencia hizo que Kishna pusiera un centro medido para que Klaassen empatara con un sublime cabezazo. El gol es un ejemplo de la filosofía de Frank de Boer y que, a veces, las individualides no son suficientes. Pero, antes de llegar a los diez minutos finales, Ibrahimovic adelantaba de nuevo a los locales con un disparo cruzado en el que nada pudo hacer Cillessen. Todo un jarro de agua fría después de tanto esfuerzo. Por si fuera menos, Cavani acabó de cerrar el partido con el 3-1 después de un error en la cesión de Zimling, que había entrado en el minuto 70 por Serero. Los visitantes se dieron por vencidos y hasta el final del partido ya no hubo más ocasiones que destacar. Un resultado con mal sabor de boca después de haber dominado gran parte del encuentro.

Con esta derrota, no cambian las cosas. El Ajax sigue tercero de grupo un punto arriba del Apoel, que perdió 0-4 contra el Barcelona. De esta manera, la última jornada será toda una final en el Amsterdam Arena ya que tanto holandeses como chipriotas buscarán la victoria para seguir vivos en Europa y tener la consolación de la Europa League. Es verdad que al Ajax le vale el empate, pero jugando en casa y teniendo el apoyo de la afición irán a por todas.