Heracles y Dordrecht no se hacen daño

La jornada 16 de la Eredivisie tenía su inicio este viernes con un encuentro muy particular, puesto que el Heracles y Dordrecht son rivales directos en la lucha por evitar el descenso esta temporada.

El conjunto local debía afrontar este compromiso sin tres de sus jugadores más importantes en el medio sector del campo, por lo cual el estratega John Stegeman debía apostar por recambios que pudiesen hacer un trabajo importante en cuanto a la profundidad con la que los de Almelo pudiesen llegar.

Por su parte, el conjunto visitante afrontaba este compromiso con expectativas altas, ya que a pesar del buen momento local, los dirigidos por Ernie Brandts apuntaban a la victoria. La lesión de Everon Pisas representaba un golpe importante en la parte delantera del equipo, pero con la inclusión de Ten Voorde y Van Overeem en una mediacancha un poco más poblada, los hacían un equipo un poco más sólido.

El partido arrancaba en Almelo con todas estas expectativas. Sólo era cuestión de esperar y disfrutar de este partido.

No había terminado de acomodarse la afición cuando cayó el primer gol del partido. Ten Voorde empezó a arrastrar marca con un movimiento del centro del campo hacia la banda izquierda, logrando poner un balón en el hueco para que Ryan Koolwijk apareciese por sorpresa den el medio del área chica para lograr el tanto que adelantaba a los visitantes. Todo esto sucedió y el cronómetro apenas indicaba tres minutos de partido.

En ese preciso momento se sintió una extraña sensación en el equipo local y en su afición, una sensación que no habían percibido durante bastante tiempo, era esa decepción por verse doblegado, experiencia que empeoraba cuando se recordaba que el rival era el colista de la tabla. Los de Almelo debían revertir la situación.

La necesidad de conseguir un gol por parte de los locales estaba latente durante toda la primer mitad, encontrándose entonces un escenario donde la visita jugaba completamente dentro de su último cuarto de cancha tras los interminables centros y balones filtrados que llegaban hasta ese sector de la cancha, pero la defensa hasta ese momento y el portero Filip Kurto estaban logrando que la frustración en el Polman Stadion creciera cada vez más y más. Kuipers revisaba el cronómetro y decretaba finalmente el final de la primera parte.

Stegeman hizo dos cambios antes de los 50 minutos para buscar potenciar el ataque, descatándose la salida de Linssen para dar lugar en el campo a Advic, un movimiento curioso y que ratifica un momento bastante delicado, como lo es este para el delantero holandés que durante la campaña pasada se había convertido en el referente goleador, pero ahora dista mucho de ese momento futbolístico. Los movimientos parecían no dar sus resultados, no por la falta de aproximaciones, sino por la poca efectividad que tenían las llegadas. El mediocampista Joey Peluppesy se había convertido en el motor de empuje por parte de los locales.

Toda la concentración (y fortuna) que estaba teniendo la defensa visitante tuvo su punto de inflexión en una jugada bastante infantil. El delantero sueco Denni Advic levantaba el balón hasta la mano alzada del defensor Josimar Lima, acción vista por Kuipers, quien no dudó en señalar el penal. Sería Oussama Tannane el responsable del cobro, el cual hizo pegado al ángulo inferior izquierdo del portero Kurto que la adivinó, pero no pudo llegar al balón. El empate se firmaba a los 72 minutos del encuentro.

A pesar de la insistencia principalmente local, el partido finalizó con empate a uno. El empate no le sirve de mucho a ninguno de los dos, aunque los visitantes se van de Almelo con un punto que les sabe a gloria, puesto que no habían logrado sumar unidades en liga desde la jornada seis.

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