Un penal para desatar la locura en Leuuwarden

Una de las batallas más reñidas de toda la jornada tenía lugar en Leuuwarden, donde el Cambuur recibiría nada más y nada menos que al PEC Zwolle. Ambos equipos, bien posicionados en la tabla, apuntaban a lo más alto de la clasificación, por lo cual la victoria era el único resultado válido para satisfacer las exigencias de jugadores y técnicos.

Haciendo valía de su ligero favoritismo previo al arranque del encuentro, el conjunto de Zwolle se iba adelante en el marcador a los 19 minutos de partido, obra del defensor finlandés Thomas Lam. Un centro por derecha no encontró a ninguno de los jugadores del equipo visitante en buena posición, pero Jesper Drost pudo bajarlo en medio de tantas piernas rivales para habilitar a su compañero defensor que venía entrando al área. Lam tomó el balón y remató en una posición donde Nienhuis poco o nada podía hacer.

Los minutos siguientes fueron un verdadero calvario para el equipo local, el cual nunca pudo encontrar la forma de aproximarse con peligro a la portería de Warner Hahn. El trabajo ofensivo de los dirigidos por Ron Jans había bajado considerablemente en la últimos 20 minutos del primer tiempo, una de las principales razones por las que todavía la distancia entre ambos equipos no era mayor. Van den Kerkhof tomaba su silbato y señalaba el medio tiempo.

El discurso en el vestuario

Para el segundo tiempo los locales salieron con una actitud completamente distinta a la de la primera mitad, con el dominio de la pelota y la iniciativa en ataque, muchos quedaron intrigados con la charla que el entrenador frisón tuvo con sus pupilos en el descanso.

El discurso tuvo su mayor recompensa en el minuto 57 cuando se daba el empate local. En una jugada personal, el mediocampista Sander van de Streek consiguió un lindo gol, regateando entre todos los defensores rivales y cambiando de palo su dirección, a una posición donde Hahn jamás podría llegar. Una de las mejores pinceladas de calidad vistas en lo que va de la jornada 17.

A partir del empate, los de Leuuwarden empezaron a movilizar con más facilidad el balón, encontrando el fútbol del eslovaco Albert Rusnák, quien tenía su último partido con este equipo durante esta noche. Sería Etienne Reijnen quien con un remate de cabeza pondría a pueba los reflejos del guardameta propiedad del Feyenoord, quien reaccionó de manera puntual con los puños. Mientras esto se daba en el césped, la afición disfrutaba a más no poder del espectáculo que los suyos se propusieron presentar.

Los visitantes no se rendirían y harían que su delantero, Tomas Necid, protagonizara una de las jugadas polémicas del partido, luego de que convirtiera un gol, el cual fue anulado por una supuesta falta sobre Reijnen tras un forcejeo dentro del área. A pesar de la decisión arbitral, en las repeticiones de la jugada se aprecia que es el defensor local quien termina haciendo la infracción, no así el jugador del Zwolle.

El partido llegaba a los últimos diez minutos, con una tónica donde ambos equipos llegaban con posibilidades hasta el área de chica de los respectivos porteros, siendo el local un poco más insistente. Cuando parecía que el partido finalizaba con el empate, Warner Hahn derribaba en el área a Martijn Barto, siendo motivo suficiente para que el central del compromiso decretara la pena máxima. De esta manera fue que a los 89 minutos del partido Erik Bakker lograría el gol que significaría el triunfo local, una sensación única de alegría que provocaba el éxtasis de la afición que se encontraba presente en la cancha.

Con este resultado los de Leuuwarden terminan el año entre los seis mejores de la clasificación holandesa, mientras que los pupilos de Ron Jans mantienen el tercer puesto de la liga a la espera de lo que pueda hacer el Feyenoord este domingo. Termina un gran año para el conjunto de Leuuwarden en casa con una victoria digna de el dramatismo que acompañó a este equipo por 12 meses.

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