El matrimonio entre el Manchester United y las remontadas se selló una noche de mayo de 1999 en el Camp Nou. En aquella ocasión la magia y la fortuna llevaron a los diablos rojos a levantar una final en el descuento y llevarse, entre lágrimas alemanas y euforia inglesa, su segunda Champions League ante el Bayern de Münich.

Sin embargo, en esta temporada, los lazos entre el United y las remontadas se han estrechado hasta casi el extremo. Hasta ahogar a los ‘Red Devils’ y a Ferguson.

Y es que en lo que va de campaña el United ha remontado diez partidos entre Premier League y Champions League. Fulham, Liverpool, Southampton, Stoke, Aston Villa y Reading han sido las víctimas en Inglaterra de los agónicos finales de los ‘Red Devils’, de sus ataques sin cuartel y de sus goles eufóricos. El Braga y el Cluj han sido los castigados en Europa.

En Southampton, en cinco minutos finales de infarto, Van Persie silención St Mary’s con dos tantos que le dieron la vuelta al choque. En Birmingham, ante el Aston Villa, Chicharito, con sus tres goles masacró las ilusiones de los villanos y agrandó la leyenda del United. No hay resultado imposible, no hay cima que no se pueda coronar. Con Ferguson y los diablos rojos en el césped, ninguna resultado es seguro ni ninguna ventaja suficiente.

Sin embargo, caminar sobre el alambre no siempre le ha salido bien al United. El Chelsea le dejó fuera de la Capital One después de remontarle en la prórroga y en Norwich y ante el Tottenham los ‘Red Devils’ no pudieron superar los goles rivales.

El plan no siempre funciona pero el United, con su fortaleza mental y su pasión y sufrimiento, es un diablo de las remontadas. El terror de los resultados y de la tranquilidad rival.