El londinense estadio de Stamford Bridge iba a ser el testigo de lujo de un partido entre dos equipos situados en la zona noble de la tabla clasificatoria. El siempre combativo Chelsea de José Mourinho se tenía que ver las caras ante el equipo revelación de este inicio de campeonato, el Southampton del ex-espanyolista Mauricio Pochettino, en un duelo que ambos equipos querían y necesitaban ganar para seguir la estela de un Arsenal que hasta ahora ha mostrado muy pocas fisuras.

Jay desenfunda rápido

Los seguidores del equipo 'blue' que llegaran un poco tarde a sus asientos se quedarían con cara de pocos amigos cuando vieran que el marcador electrónico ya reflejaba el 0-1 a favor del Southampton, y es que Jay Rodríguez aprovechó a los 17 segundos de juego un error en la zaga defensiva del Chelsea para batir a Cech y empezar el partido con todo a favor. El entrenador luso, José Mourinho, seguro que pensó que la pasividad defensiva mostrada por sus jugadores el pasado martes ante el Basilea suizo todavía les afectaba.

Sin embargo, poco más iba a hacer el conjunto visitante durante el resto de la primera mitad ya que el Chelsea fue el claro dominador del esférico hasta el descanso. El equipo 'blue' controlaba el juego y era el poseedor del balón, pero a partir de tres cuartos de campo, cuando sus jugadores se topaban con el entramado defensivo propuesto por Pochettino, sus combinaciones se hacían lentas y previsibles. Ni Ramires ni Essien lograban contactar eficazmente con el tridente de mediapuntas. Con un Fernando Torres luchador pero aislado en la punta de ataque, con Hazard y Óscar bastante desaparecidos, la única esperanza para el Chelsea pasaba por las botas de Juan Mata. El asturiano, hoy titular, parecía ser el único jugador 'blue' capaz de inventar una jugada que dejara descolocados a los defensores del equipo visitante.

Parecía que los primeros cuarenta y cinco minutos iban a llegar a su fin sin ninguna ocasión clara de gol -aparte del tanto inicial de Jay Rodríguez- cuando el polaco Artur Boruc tuvo que hacer gala de sus reflejos para taponar un remate de cabeza de Fernando Torres que parecía destinado a igualar la contienda. Con el 0-1 en el marcador, el árbitro Michael Oliver señalizaba el final de la primera parte.

Zagueros goleadores

José Mourinho no quedó satisfecho con la actuación de sus jugadores en la primera mitad y por esa razón aprovechó los quince minutos de descanso para dejar en el vestuario a Michael Essien -que tenía tarjeta amarilla- y dar entrada al terreno de juego al ariete senegalés Demba Ba. Por su lado, Pochettino mantenía a los once futbolistas que alineó de inicio.

El plan de Mourinho surgió efecto, aunque quizá no como los aficionados 'blues' hubieran deseado, es decir, reproduciéndose en un fútbol alegre y vistoso, pero al menos fue efectivo. Durante la mayoría de los segundos cuarenta y cinco minutos, el partido se convirtió en un monólogo del Chelsea que se encontró sin mucha oposición. La verdad es que no fue el mejor partido de los pupilos de Pochettino hasta la fecha, ni mucho menos: despliegue defensivo y poco más.

Ya en el minuto 54 el equipo local iba a crear una clara ocasión de gol cuando el lanzamiento de falta de Frank Lampard estuvo a punto de sorprender a Artur Boruc y colarse por la mismísima escuadra. Solo una manopla salvadora del arquero polaco evitó ese desenlace. Sin embargo, poco le duraría el sentimiento de alivio a los jugadores del Southampton cuando, en ese mismo minuto de juego, Gary Cahill, de cabeza, lograba empatar el partido después de una jugada rocambolesca tras un lanzamiento de esquina.

Para seguir con el infortunio visitante, el meta Artur Boruc se lesionó y tuvo que dejar su sitio a Paulo Gazzaniga en el minuto 58. La primera vez que el joven portero argentino iba a tocar el balón con las manos iba a ser para recoger el balón del fondo de las mallas tras el gol conseguido por John Terry. El capitán 'blue' conectó un espléndido cabezazo tras un centro servido por Juan Mata desde el flanco izquierdo que hizo inútil la estirada de Gazzaniga. La remontada ya era un hecho; otra vez marcaba un defensor, y otra vez el gol llegaba tras un lanzamiento a balón parado -ambos córneres.

Con el 1-2 en el luminoso y con media hora por disputarse, Mauricio Pochettino ponía toda la carne en el asador, como se suele decir, al introducir en el terreno de juego al goleador Paul Lambert en lugar de Schneiderlin. Poco iba a repercutir ese cambio en el devenir del encuentro, ya que tan solo Osvaldo, y al final del encuentro, intentó tímidamente poner en peligro la portería defendida por Petr Cech.

La puntilla al partido llegó en el minuto 71, cuando Demba Ba, anticipándose a su defensor -Lovren en este caso-, lograba rematar a la red un centro servido desde la banda izquierda. Este tanto suponía el primer gol en liga para el delantero senegalés -segundo entre todas las competiciones-, cuya continuidad en el equipo londinense no está del todo asegurada; de hecho, se especula con que el ariete africano podría abandonar el Chelsea en el próximo mercado de invierno: equipos como Arsenal, Liverpool o Valencia parecen haberse interesado por sus servicios.

Con dos goles de ventaja, en el minuto 83, José Mourinho hizo un cambio conservador al reemplazar a Fernando Torres, bastante activo pero poco acertado durante todo el partido, para dar entrada al nigeriano Obi Mikel. El delantero español recibió una ovación por parte de los aficionados 'blues'.

Así pues, tras seis minutos de descuento, el pitido final oficializó una victoria del Chelsea basada más en su aspecto físico y guerrero que en el ámbito futbolístico. Las jugadas a balón parado le sirvieron al equipo dirigido por José Mourinho para seguir con su racha de invicto en su feudo y, también, para no perder la estela del conjunto 'gunner' en la dura y larga carrera hacia el título de liga.

¿Cómo quedan los equipos?

Tras esta jornada, el Chelsea se coloca 2º en la tabla clasificatoria, con 27 puntos -a 4 puntos del líder, el Arsenal de Arsène Wenger. Por su parte, la derrota de hoy sitúa al Southampton en la 7ª plaza, con 22 puntos -los mismos que el Manchester United-, a 2 puntos de los puestos europeos.